5O

2.5K 332 163
                                    

Ya habían pasado unas cuantas semanas. Los estudiantes ahora salían felices de la universidad, por fin podrían descansar de aquellos exámenes y clases, aunque no por mucho. Un mes de descanso, según la universidad, era más que suficiente. El pecoso ahora mismo estaba caminando por los pasillos en dirección a la salida también, mirando su informe de calificaciones en su teléfono.

—Tadashi.

Sintió un escalofrío al escuchar aquella voz, que podría reconocer en cualquier lugar. Detuvo su caminaba y giró su cabeza hacia donde provenía la voz.

—Sensei —dijo acercándose a él con una sonrisa cálida.

El rubio le miró teniendo sus manos en sus bolsillos.

—Ahora que lo veo, estaba pensando en que si podríamos ir a cenar... —propuso el menor jugando con sus dedos, aún teniendo su teléfono en su mano.

—No creo que pueda —respondió rascando su nuca—. Tengo mucho papeleo ahora que terminó el semestre.

Yamaguchi asintió con su cabeza comprensivo.

—Oh, entiendo. Podríamos dejarlo para otro día...

Se quedaron unos segundos en silencio, hasta que unas voces ruidosas rompieron el silencio.

—¡Te estoy diciendo que es por aquí! —la pareja miró en dirección a las voces, encontrándose con dos chicos que poco menos estaban peleando.

—¡Oye, la chica de antes dijo que era por el otro lado! —le respondió el otro.

Tsukishima suspiró.

—Hoy vienen algunos estudiantes a inscribirse en su primer año... —dijo masajeando su cien—. Debo irme.

—Oh, sí —volvió a asentir con su cabeza—. Si quiere... Y si puede... Podría venir a mi casa un rato en la noche... ¡S...sólo si es que puede!

El rubio sonrió ladino.

—Ya veré si me da para ir.

Un intercambio de palabras más y se despidieron, aunque Yamaguchi se acercó a los chicos que anteriormente estaban discutiendo, buscando al parecer algún lugar dentro de la universidad, y claro, cualquiera que no conociese el lugar podía perderse fácilmente.

—Mmh, hola... ¿Están perdidos? —preguntó el pecoso con una pequeña sonrisa.

Ambos detuvieron su griterío y miraron al mayor de allí.

—Uh, sí. Estamos buscando secretaría —respondió uno de ellos.

—Si quieren puedo guiarlos... Yo estudio aquí —sugirió el pecoso.

—¡Oh, sí, por favor! —pidió el más bajo—. Yo soy Hinata, y él es Kageyama.

—Hola —saludó el pelinegro.

Yamaguchi sonrió.

—Yo soy Yamaguchi, síganme —dijo con una amplia sonrisa.

Caminaron un rato por los pasillos del recinto, aunque Yamaguchi comenzó a observarles detenidamente. Tenían sus manos entrelazadas, ¿eran pareja? La forma en que se habían tratado antes era algo... especial.

—Aquí está —dijo Yamaguchi, deteniéndose.

Ambos menores se soltaron de la mano.

—¡Woah, muchas gracias! —agradeció el pelirrojo.

—Qué les vaya bien —dijo el pecoso moviendo su mano de un lado a otro, despidiéndose.

—¡Ah, espera! —dijo el pelinegro, haciendo que Yamaguchi se detuviera—. Nos preguntábamos si es que conoces algún bar cerca de aquí... Somos nuevos y no conocemos muy bien el lugar.

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora