49

2.2K 320 6
                                    

.
.
.

Yamaguchi despertaba ante el molestoso sonido del despertador. Había procurado dejarlo un poco antes en la noche, para que el rubio pudiese irse a su casa y así vestirse y llegar decente a la universidad. Se sentó en la cama somnoliento y apagó la alarma. Miró a su lado, en donde estaba Tsukishima acostado boca abajo, abrazando una almohada.

—Tsukki... Despierte —murmuró el pecoso moviéndole con suavidad—. Debe irse a su casa...

El rubio abrió sus ojos, dándose cuenta rápidamente donde estaba. Se sentó con brusquedad en la cama, aún abrazando la almohada, pero sintió un fuerte dolor de cabeza y como su garganta rogaba por algo de agua.

Yamaguchi se levantó de la cama y estiró sus extremidades. El rubio le miró; este estaba completamente desnudo y con su cuerpo lleno de marcas, sobre todo en la parte del pecho. Recordó lo que había pasado esa noche y no pudo evitar soltar una risa traviesa, aunque comenzó a toser segundos después por agua.

Se levantó de la cama en busca de la misma.

Yamaguchi le siguió con una bata puesta.

—¿Recuerda lo que pasó anoche? —preguntó el mismo.

Este dio un largo sorbo a su vaso con agua.

—Claro que lo recuerdo —dijo, muy orgulloso tallando sus ojos con sus dedos.

—Me devoró —comentó el pecoso soltando un suspiro, colocando una mano en su cintura—. ¡Mire como dejo mi pecho!

Abrió un poco su bata, dejando ver su pecho lleno de marcas y algunas mordidas, sobretodo en la zona de sus pezones. Tsukishima se acercó a él.

—Ah, sí... —rio divertido llevando su diestra hacia el pecho ajeno, acariciando con la yema de sus dedos el mismo—. Sí que lo recuerdo.

Yamaguchi apretó sus labios.

Cerró su bata con rapidez antes de que algo más sucediera.

—Tiene que irse... Recuerde que hoy tenemos examen —dijo yendo en dirección hacia su habitación.

—Oye, oye. Espera —dijo jalando su muñeca.

—¿Qué?

—¿Mi beso? —preguntó llevando su mano hacia la mejilla impropia.

Yamaguchi rodeó sus ojos y se acercó a su rostro para depositar un beso en sus labios.

—Ahora vístase y váyase.

...

Yamaguchi entró como si nada al salón, en donde Tsukishima estaba allí ordenando los exámenes. Soltó una pequeña carcajada.

—Buenos días, sensei —saludó intentando contener su risa.

El mayor le miró arrugando su ceño.

—Buenos días, Yamaguchi.

El nombrado caminó hasta su pupitre. Mientras esperaba a que pasara el tiempo, comenzó a mirar a su alrededor. Podía ver a Terushima hablando entusiasmadamente con el castaño mientras tenía su teléfono en la mano, y en corto lapso sus miradas se cruzaron. Terushima rascó su nuca mirando al frente, un poco incómodo.

El pecoso suspiró.

—Buenos días, chicos y chicas. Voy a comenzar a repartir los exámenes así que guarden todo lo que no tenga que ver con la asignatura, por favor.

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora