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Era viernes. El último examen de Yamaguchi. Estaba muy emocionado y a la vez muy cansado. Lo único que quería era dormir durante un buen rato. Entró al salón con paso lento, sonriendo un poco al ver a su profesor.

—Buenos días, sensei —saludó mientras rascaba su nuca con un semblante cansado.

—Buen día, Yamaguchi.

El rubio le siguió con la mirada hasta su pupitre, su forma de andar se le hizo curiosa, a lo que decidió enviarle un mensaje.

« ¿Estás bien? »

Yamaguchi sintió su teléfono vibrar, pero no quiso responder o ver quien era. Tsukishima suspiró, enviando otro mensaje para llamar su atención, consiguiéndolo.

« Estoy cansado, Tsukki... no sé si vaya a la próxima clase después, además me duele la cabeza »

En seguida escribió una respuesta.

« ¿No tienes aspirinas? »

« Esta vez no »

Pasaron unos cuantos minutos más y algunos estudiantes llegaron. Todos estaban hablando y estudiando a último minuto o dando un último repaso a sus apuntes.

—Guarden todo lo que tengan sobre su mesa, no quiero ver ningún aparato electrónico así que apáguenlo. No quiero que distraigan a los demás.

Tsukishima se ponía serio a la hora de dar exámenes de esa dificultad. A medida que iba entregando los exámenes, iba a explicando en qué consistía el mismo.

—Tiene veinte preguntas de alternativas y tres de desarrollo. Recuerden que tienen que ser muy ordenados en estas últimas, ya que no me voy a dar el lujo de intentar comprender sus cálculos ni su caligrafía, por favor.

Cuando todos los estudiantes tenían su examen frente a ellos, comenzaron a realizar el mismo. Tsukishima se sentó en su escritorio y miró a los jóvenes. De vez en cuando cruzaba miradas con algunos, a lo cual supuso que esperaban que él hiciera otra cosa para copiar. Se quedó mirando a Yamaguchi unos segundos. Este estaba concentrado en su examen y no apartaba su vista de él ningún segundo, solo para tomar un poco de agua algunas veces. Sus mejillas estaban algo sonrosadas.

Quizás tenía fiebre.

Tsukishima no podía ir a preguntarle directamente ni entregarle una pastilla de la nada, iba a ser muy sospechoso y tenían que ser muy cuidadosos con respecto a su relación.

Pasaron varios minutos y algunos estudiantes comenzaron a entregar sus exámenes en la mesa del maestro, quien solo les miraba. Echó un vistazo a algunos exámenes, suspirando al ver los cálculos en todos lados en el último ítem.

Yamaguchi entregó su examen también.

—Sensei... ¿no tendrá alguna aspirina? —preguntó en voz baja.

Tsukishima agradeció que no hubieran tantos estudiantes.

Se levantó de su asiento para sacar de su bolso, una aspirina que anteriormente el mismo pecoso le había dado. El más bajo sonrió sin mostrar sus dientes y se tomó la aspirina sin muchos problemas con su agua.

—Gracias, sensei... Nos vemos la próxima semana, adiós.

—Adiós, Yamaguchi.

Tsukishima-sensei ❤︎ ┊ TsukiYama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora