¡Quería hablar contigo como antes!

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El viaje sería largo.

Sería largo y aunque a Temari no le agradaba tener el desvío hacia Konoha, había accedido a hacerlo porque su hermano no le dejó otra opción. Solo ella podía ir a entregar una copia de las listas.

Gaara estaba ocupado e iniciaría su viaje con todos los de la Arena. Kankuro partiría esa misma noche y se reuniría con el pequeño grupo de avanzada unos días antes que todos los demás. Desde ahí se trasladarían. Ella no alcanzaría a verlo otra vez. suspiró. Lo que mas le aterraba de esa guerra era que alguno de sus hermanos no sobreviviera. Los había visto entrenar. Gaara había perfecciondado la fuerza de sus ataques, así también como su velocidad. Los tres lo habían logrado. Se habían perfeccionado durante ese tiempo, pero podían encontrarse con cualquier cosa en esa batalla.



Después de tres días de viaje, y de bastante debate mental, llegaba la hora de enfrentarse al famoso vago de Konoha. Y todavía seguía decidida a no hablar.

Llegaba a la aldea un día antes del viaje que ellos iniciarían hacia la aldea de la Nube...

No iba a hablarle, a pesar de lo que Kankuro había dicho. El consejo de Temaris lo había decidido así. No fue una decisión unánime, pero ya estaba decidido. Ella ya estaba concentrada, y no tenía para qué abrir con él el tema del compromiso político.

Se fijó que en las puertas ya estaba esperándola él. Ahí estaba, igual que siempre; echado en la puerta y de brazos cruzados. Bien... parece que ya lo había superado un poco. No dolía tanto. Pero aun que ya lo había superado un poco, no iba a hablarle. Pasara lo que pasara no iba a hablarle.

—Hola —él la saludó.

—Hola—Temari lo miró y luego fijó la vista en frente.

¡No iba a hablarle!

—¿Todo bien en tu viaje?

Ella asintió. Tampoco iba a mirarlo. Se concentró en la calle y comenzaron a caminar. Cada uno guardaba silencio.

Era tarde y Temari debía ir a la oficina del Hokage, entregaría la información, y se iría. Se iría de inmediato. Tenía que irse. No iba a decirle nada. Nada, de nada. 

Se repetía las mismas frases una y otra vez.

Shikamaru, por su parte, pensaba en cómo abordar el tema del beso nuevamente. No estaba seguro de cómo hacerlo, pero quería hacerlo. Necesitaba hacerlo mas bien... la ultima vez que la vio ella no le había dirigido ninguna palabra y él había acabado por admitirse que no quería vivir eso otra vez. Se sintió pésimo siendo ignorado tan abiertamente... 


Bueno, tampoco había sido capaz de dirigirle unas palabras él. Las que le dijo entendió que fueron más bien desagradables dadas las circunstancias extrañas en las que estaban... No estaba pensando en lo que decía... 

En realidad sí lo había pensado. Pero las cosas no resultaron como el las había previsto en su mente. Al decirle eso, había pensado que ella le iba a responder algo ingenioso como hacía siempre... y entonces se iniciaría la conversación, durante la cual, él abriría el tema de por qué ella no estaba yendo a Konoha... ¡Pero ella solo le lanzó una tenebrosa y fría mirada que parecía querer borrarlo de la faz de la tierra! Se había dado la vuelta, después de fulminarlo, y había iniciado su viaje sin siquiera prestarle mayor importancia. No creyó que provocarla de esa manera iba a resultar tan fastidioso. Lo había hecho otras veces, y usualmente terminaba divirtiéndose. Sí, porque ella siempre decidía quedarse con la última palabra... Y a él le gustaba verla ingeniárselas para lograr pronunciar esas últimas palabras. 

¿Es que vas a rendirte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora