¿Es que vas a rendirte?

Creo que te ves hermosa...

El tiempo pasó rápido y Shikamaru ya estaba llegando a Suna.

Ella estaba allí como siempre. Con su hermoso kimono negro ceñido, resaltando su figura, una mano en la cadera, y sus nuevas dos coletas... Esperándolo. Seriamente.

—Hola

—Llegas algo tarde.

<<Mendokusai>>

—Solo esta vez me retrasé —comenzó a seguirla. Ella había iniciado la caminata rápidamente.

Habían comenzado a caminar hacia la torre del Kazekage. 

Shikamaru sintió que, por alguna extraña razón, esta vez la vista de todos estaba sobre ellos, o sobre ella más bien. Miró a Temari pero esta seguía caminando como de costumbre

Una pequeña niña se acercó a ella con una flor. Temari la quedó mirando algo sorprendida.

—Felicidades Temari-sama.

Temari tomó la flor y la pequeña salió corriendo hacia donde estaba su madre. La rubia recordaba que esa niña acababa de ingresar a la escuela ninja. Le sonrió y saludó a la distancia.

Ambos reiniciaron la caminata.

—¿La conoces?... ¿a la pequeña?

—Acaba de entrar a la academia.

Shikamaru supuso que la pequeña debía admirar a la rubia simplemente. Pero no, sucedía algo más. Cada vez que pasaba alguien cerca de ellos le sonreían a Temari y más de alguno soltaba alguna felicitación.

Shikamaru preguntó qué sucedía esta vez y Temari le explicó que era por lo del compromiso. En general no salía de la torre del Kazekage mas que para ir a su casa que quedaba bastante cerca. La gente no la había visto mucho, no desde que se anuncio formalmente el compromiso hace unas semanas atrás, y desde entonces no paraba de encontrarse con gente que la felicitaba y le brindaba sus buenos deseos.

Shikamaru asintió y siguieron caminando.

—señorita Temari —dijo una anciana acercándose hacia ellos. 

Se detuvieron

—No la había visto. Quería felicitarla por su nueva compromiso —sonrió.

Ella también respondió con una sonrisa. Era incómodo. No le gustaba que todos la quedaran mirando, pero era grato saber que le tenían tanto cariño.

—Hacen una bonita pareja, y él es bastante apuesto —la mujer sonrió con picardía, para soltar una ligera carcajada—. Se ve que están muy enamorados. ¿Cuando vendrá a verla otra vez? Viaja bastante seguido para estar con usted.

Temari se sonrojó y sonrió 

—Llegará hoy en la tarde.

Shikamaru miró hacia un costado e intentó pensar en algo más.

—Me alegro, me alegro.

La anciana siguió su camino y ellos reanudaron el suyo.

Temari sintió que se le apretaba el estómago. Desde que había empezado su relación Kitsume, nunca su gente se le había acercado para felicitarla por las cosas que había hecho. Las personas no lo decían abiertamente, pero sabía que la alegría de todo el compromiso era por los beneficios de la aldea. La verdad es que había hecho muchas cosas por la aldea, pero nunca su gente le había mostrado tanto aprecio y agradecimiento como ahora con aquel compromiso.