En una semana

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Esa mañana, Shikamaru se despertó temprano y no pudo volver a dormirse. Esperó en cama a la hora usual, y bajo a tomar desayuno.

Ninguno de sus padres había dicho algo de anoche. Quizás si habían entendido que ella era solo la embajadora, y la cena un caso excepcional.

Mientras comía su madre dejó a su lado dos almuerzos sobre la mesa. Shikamaru le arqueó una ceja.

-una es para Temari.-puso sus manos en la cintura -si estaba todo cerrado no tuvo tiempo de comprar cosas para comer hoy, ¿No es así?

-pero mamá, ¡es extraño!

-tonterías, es ser solidario.

Shikamaru entre cerró sus ojos.

-le llevaras la cena y si pregunta dirás que es una ofrenda de paz por mi intromisión de anoche y punto.

-¿entonces si reconoces que te pasaste esta vez?

-No le faltes el respeto a tu madre Shikamaru - le dijo ella mientras ponía ambos almuerzos en sus manos. Se dio la media vuelta y volvió a la cocina

-mendokse.

Cuando Shikamaru llegó al salón, cerró la puerta tras si y la miró. Como siempre ella ya estaba ahí.

-mi mamá te envió un almuerzo.

Ella levantó la vista -gracias -dijo con sorpresa.

-tómalo como una disculpa por lo de anoche.

-ay Shikamaru no tenía porqué.

El Nara dejó las cosas sobre el mesón que había al costado, y miró la mesa. Fue y se sentó al lado de ella.

Comenzaron a trabajar en los últimos detalles. Intercambian opiniones y hacían los arreglos.

Tardaron un poco mas en ir a almorzar pero al fin lo tuvieron listo. Después de almuerzo se lo llevarían a la Hokage. Bajaron a comer y se sentaron juntos esta vez. Uno al lado del otro. Ninguno de los dos sabia de la fase que el otro había organizado así que curiosearon por un momento. Temari vio que una chica rubia se acercaba hacia ellos. También el chico del hospital.

-así que aquí estabas Shikamaru -dijo ella burlona.

-mendokse. -susurró él en voz baja.

-Hola shikamaru -dijo Chouji con una sonrisa sentándose en frente.- Hola Temari - ella saludó también.

-¿como va la preparación de los exámenes?

-ya están listos. Pero no les diré Nada -dijo

Shikamaru mientras se llenaba la boca.

-¡Oye! ¡¿como crees que voy a pedirte hacer trampa?! -protestó Ino - Ya conseguimos que Sakura te reemplace. Ni siquiera te extrañaremos! -dijo cruzándose de brazos - eso sí, Necesito que entrenemos mi jutsu, con tus ciervos en el bosque. Quiero alcanzar a desarrollarlo antes de los exámenes.

-te queda una semana Ino.

-lo se, lo sé.

-¿entrenan en el bosque Nara? -preguntó Temari.

-por supuesto - dijo Choji- somos el equipo Ino-shika-chou.

-shikamaru me habló de eso - dijo ella tan seria como siempre.

-debo practicar reconocer el chacra de los ciervos. Es algo difícil en verdad.

-ya lo lograrás Ino -dijo Shikamaru mientras comía un poco más.

-¿podemos entrenar hoy?

-bueno -mendokse... -puede que tengamos la tarde libre. Podríamos reunirnos en el bosque.


-¡Bien! ahí estaremos.

Tan rápido como habían llegado, habían desaparecido.

El reloj apuntó las 2 y el periodo de comer había terminado. Temari y Shikamaru volvieron al salón. Dieron una ultima revisada y fueron hasta donde Lady Tsunade.

Mientras ella volvía a leer todo, esperaron en el salón. Temari pensaba partir esa misma tarde si se podía.

Salieron temprano. Como a las cinco.

Shikamaru la escoltó hasta la Hostal y luego hasta la puerta.

-Nos vemos en una semana. Vago. -agregó en un tono burlón.

El suspiró .


- a ver si te sorprendes con el problema que preparé para la fase uno- le sonrió de lado.

Ella sintió un cosquilleo pero se lo aguantó. El vago era fanfarrón y ella no le demostraría nunca lo loca que la ponía cuando le mostraba su astucia.


- Pues ...espero que así sea - le sonrió.-No me decepciones.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar.

Shikamaru la miró por unos momentos y luego miró el piso. Con una leve sonrisa se rascó la nuca. 

Mejor seria preparar a Ino para ese desierto infernal.


***

-¿aquí ya te gustaba mamá? -preguntó Shikadai

Se encogió de hombros - Me atraía. Pero no quería darme cuenta en realidad... Eso solo traería problemas a mi vida y lo sabía. -miró a su hijo.


Este lo miró algo molesto. 

 - uno de los mayores problemas de ser inteligente, es que te creerás lo suficientemente astuto para engañarte a ti mismo... - ajustó el colapsador una vez más. - y aveces lo lograrás.

¿Es que vas a rendirte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora