¿Es que vas a rendirte?

Ni tiempo de fingir una sonrisa

Temari caminaba hacia la aldea de Konoha. Había pasado un mes y medio, y no había podido viajar para su cumpleaños después de todo. Aunque no creía que a él fuera a importarle tanto. De todas formas... ahora iba a verlo.

Alzó la vista y vio que, el que estaba echado en la puerta esta vez, no era Shikamaru. Era un hombre alto y cabello gris. Lo recordaba bien.

-Buenos días -dijo Kakashi poniendo de pie- ¿Has tenido un buen viaje?

-Sí, gracias. -asintió amablemente.

Era el hombre que los había encontrado esa vez que se durmieron en el techo. Recordarlo ahora le daba algo de vergüenza. Ni se le ocurriría preguntar que le había pasado al vago.

Mientras caminaban por la calle principal tenia la horrible sensación de que necesitaba verlo. Le parecía una tortura cada hora que pasaba en Konoha sin poder hacerlo. Sabía que estaba mal, así que no haría nada. Si no se lo encontraba era mejor... No debía verlo. Por el bien de ella misma, no debía hablar con él, por mucho que deseara hacerlo.

Caminaron hasta la oficina de la Hokage y ella entregó el mensaje. Con la colaboración de ambas aldeas, lograban armar un mejor rompecabezas sobre la organización de los akatsuki. Lady Tsunade leyó el mensaje, y cuando terminó, le informó que hacía poco habían logrado atrapar a otro miembro más. Escribirá una carta formal para reportar lo sucedido a Gaara.

Temari asintió.

Esperó un poco más, y entonces, por orden de la Hokage, Kakashi la escoltó a la hostal para que descansara al menos una noche antes de partir al día siguiente. Después de que le entregaran el mensaje para el kazekage.

Temari pasó a comprar verduras a una tienda. Para preparar su almuerzo y su cena. Kakashi-sensei no hablaba mucho y la forma de caminar con las manos en los bolsillos le recordaba a Shikamaru.

Suspiró.

Ya en la hostal no hizo otra cosa cocinar y almorzar. Por la tarde iría a caminar un rato por la aldea... No quiso admitírselo pero quería aumentar las probabilidades de encontrarse con él. Quedarse ahí encerrada le deprimía, y de todas formas no le diría nada a Kakashi. Saldría por la aldea, sola.

Como a las cinco de la tarde decidió salir. Pensó en visitar la florería de Ino; si esta la veía, seguramente el vago no tardaría en enterarse... o bien, a ella la dejaría enterada de lo que pasaba con Shikamaru...

Pero estaba cerrada.

Temari caminó por la aldea sin un rumbo fijo y finalmente decidió ver el atardecer en el río. Caminó intentando pensar en algo más. Intentaba no pensar, ni buscar a Shikamaru. Simplemente se sentó junto al río y miró la puesta de sol.

Era tan hermoso como lo había recordado, pero, ya en serio, estaba deseando encontrarse con el vago. Al menos quería saber cómo había estado... O por último verlo a lo lejos la conformaba. Había viajado con la esperanza de verlo... Realmente esperaba hacerlo aunque fuera de lejos.

Pero no lo vio.

Caminó a la hostal nuevamente en silencio. Era tarde y no había comido todavía. Algo desanimada calentó la comida y se la sirvió. Miró un poco la ciudad desde su ventana y luego miró el reloj. Mejor sería ir a dormir.

Al día siguiente Kakashi llegó a buscarla por la tarde, Después de almuerzo. Lady Tsunade tenía listo el reporte y ella viajaría de vuelta a la mañana siguiente. Decidió que viajaría por la mañana por si encontraba a Shikamaru esa tarde. Solo tenía esa tarde para verlo. Bueno, lo había visto hace poco de todas formas. No podía quejarse. El vago seguramente andaría en una misión. Pero no tenía nada de malo viajar el otro día por la mañana, en vez de hacerlo ese mismo día en la tarde.