¿Es que vas a rendirte?

Para siempre

—¡¿No detuviste a mamá?!

Shikadai miró a su padre, ¡completamente indignado!... ¡Debía ser una mala broma!

—¡¿En serio no la detuviste?!

Shikamaru dio un larga suspiro y cerró los ojos. Sabía que su hijo todavía no lo comprendía.

—No sabía lo que hacía, pero sabía que no estaba listo...

Volvió a mirar por la apertura a su yo del pasado. Caminaba hacia su cuarto, ahora para a preparar las cosas para el viaje.

—¡¿Y esa historia querías contarme?!

Shikamaru miró a su hijo en silencio.

Shikadai le frunció todavía más el ceño.

—No sé cuando comenzó, pero puedo decirte que aquí ya amaba completamente a tu madre...

Shikadai levantó sus cejas.

—Simplemente lo entendí después.

—Pero mamá iba a casarse con otro tipo ¿Y tú no hiciste nada?—¡Vamos! ¡Esa historia no podía ser más horrible!

—¡Porque todavía ahí no comprendía que la amaba!

—¡Pero dejaste que se fuera! ¡Con alguien que tampoco la amaba!

—Porque no podía pedirle que se quedara... —dio un suspiro—. ¿Qué no comprendiste la historia? Leíste mi mente. 

—No puedo creer que la dejaras irse... —meneó la cabeza.

Shikamaru vio que su hijo le apartaba la vista bastante molesto.

—Voy a continuar con la historia...

Shikadai volvió a fijar la vista en la apertura, de brazos cruzados y frunciendo el ceño. No estaba seguro de querer seguir viendo todo eso.

Shikamaru configuró el colpasador otra vez. Los llevo al día en que él volvía de su viaje y llegaba a casa. Dos días después del día que la boda de ella había estado fijada.

* * *

Shikamaru entró a su casa y avisó que ya había llegado. No fue necesario para su madre preguntar la razón de su estado de ánimo. 

Como era temprano, simplemente pasó a su casa por el almuerzo, y se dirigió a la torre del hokage para finalmente delegar todos los proyectos. Dejó a cargo a uno de los científicos que era el mejor del equipo, Katasuke. Aunque era poco mayor que él, se notaba que dominaba gran parte del área, y lograría grandes avances. Ese hombre haría un mejor trabajo.

Shikamaru volvió a dedicarse completamente a ser la mano derecha del Hokage. Se entrenaría al máximo para ese trabajo, y luego con Kakashi propondrían a Naruto como sucesor a Hokage. Él sería consejero y se encargaría de que siempre estuviera todo bien en la aldea. 

Suspiró. 

No Había pasado mucho tiempo sin verla, pero nunca la había extrañado tanto, ni ansiado tanto toparse con esos ojos verdes que lo miraban de esa forma tan dulce y amable que solo ella podía lograr mostrarle, en privado usualmente. ¡Y eso que solo había pasado poco más de cuatro semanas desde la ultima vez! 

No estaba nada bien, pero tampoco sabía qué hacer. Incluso Kakashi le preguntó ese día si algo mas sucedía, pero él solo respondió que andaba cansado por el viaje. Sabía que era mentira. Pero la verdadera razón, no la comprendía. ¿Por que la extrañaba tanto si otras veces no la veía en al menos siete semanas? Faltaban tres semanas a lo que usualmente acostumbraba, pero la extrañaba, y extrañarla le agobiaba. No era lógico... Para nada lógico. ¿Por qué saber que ella no volvería hacía que todo fuera peor todavía? La extrañaba. La extrañaba cómo nunca creyó que lo haría.