Sin duda, sería una noche larga

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—Mañana... ¿te irás temprano?

Habían caminado en silenció un buen rato. Shikamaru se sentía bien cuando miraba hacia el lado y veía a Temari con su chaqueta sobre la espalda. Era extraño, pero se veía más hermosa. También dulce y tierna sin perder ese problemático carácter de autosuficiencia que tanto le atraía últimamente.

—Sí. Kakashi va a escoltarme.

Continuaron caminando uno al lado del otro.

—¿Como lograste zafarte de él hoy? —la miró de reojo.

—Cree ... cree que pasé la tarde en la hostal.

Shikamaru levantó las cejas.

—Pensé que estarías en otro lugar. —Siguió ella. —Pensé que estabas en una misión lejos de aquí y pensé que no te vería esta vez.

Shikamaru la miró en silencio, pero ella no lo miró.

Siguieron caminando.

—Cuando Hinata te lo dijo ¿abandonaste a Kakashi?—aquello era difícil de creer.

—Si no lo hacía no te hubiese podido ver hoy. Quien sabe cuando te hubiera visto de nuevo.—continuó con la vista rígida hacia el frente en todo momento.

—Así que rompiste el protocolo por mi —le sonrió de lado.

—¡claro!—dijo ella cruzando sus brazos. — Cualquiera en mi lugar haría lo mismo. —intentó convencerse a sí misma también. No iba a dejarse en evidencia ahí con él.

—sí —dijo volviendo la vista al frente. Se encogió de hombros. — tienes razón.aun así estaba feliz.

Ella intentó convencerse de que era normal.

Llegaron a la hostal y Temari iba a quitarse la chaqueta pero él le dijo que no lo hiciera.

—Podrías resfriarte innecesariamente. Mañana la dejas en recepción. Y yo la vendré a buscar... A una hora decente.

Ella lo miró y le asintió algo divertida por lo de <<a una hora decente>>. Le avergonzaba que la vieran con la chaqueta del vago, pero no podía mentirse así misma diciéndose que no se sentía bien llevarla puesta.

Extremadamente bien. Suspiró levemente.

Aun así, la próxima vez no olvidaría traer algo mas abrigado.

—Nos veremos pronto— arqueó los ojos con amabilidad. Y volteó para entrar.

Shikamaru la siguió con sus ojos hasta que desapareció tras la puerta, y luego volteó para volver a su casa.

Seguía desanimado, pero haber visto a Temari, sin duda lo había alegrado. Dio un suspiro. se obligó a pensar en que debía solo pensar en el hijo de Asuma que venía en camino, y nada más. Absolutamente nada más...

Ademas ella...

«mendokusai» ella complicaba las cosas.

Abrió la puerta de su casa y la cerró después de entrar. Se sacó los zapatos sintiendo todo el peso de la rutina diaria que habían vivido desde la muerte de Asuma. Sin duda, agradecía que Temari hubiese ido a visitarlo aunque fuera una noche para sacarlo de ese pesar diario. Había sido una agradable distracción

Caminó y se dirigió al pasillo. Allí vio que su padre lo miró, pero no le habló. Sabía que lo esperaba ahí para su juego diario...pero...

¿Es que vas a rendirte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora