🍏 Capítulo XXXIV

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           Capítulo XXXIV

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Al estar donde Susi, con Sam pululando por el lugar con gozo, la extraña sensación desapareció casi por completo. Eran las seis con cuarenta minutos, estábamos en el salón principal de la vivienda esperando a que llegase Isabel, era la única que faltaba por unirse al grupo. Marcos al igual que Valeria habían llegado antes que yo, el primero estaba arrebatador como siempre: con su aire bohemio, con su vestimenta informal, por su parte Val estaba en ropa de andar por casa, así era ella, podía presentarse casi como un ángel de pasarela o bueno, como estaba esta tarde, lo extraño era que se suponía que, había salido de mi casa para arreglarse. «Ella dijo que se iba a cambiar, y así fue». Me recordó mi subconsciente, de igual forma lucía bella, como siempre.

—¿Qué trajiste de postre, Marcos? —la vecina estaba apoyada en la encimera de la cocina, mirando como Susi sacaba del horno un delicioso pollo. La casa olía de maravilla: a especies, sobre todo a naranja que era el ingrediente principal de la carne. El ambiente estaba cargado de cordialidad, como de costumbre. Intentaba no mirar mucho al profesor, estaba segura de que me delataría en el acto, por lo que cuando este contestó fingí estar concentrada en el juego que tenía Samantha con una de sus muñecas; a la que arrastraba por la vivienda, «Ni Annabelle hubiese podido con esta pequeña cuándo le da por jugar». Descarté pronto la extraña cavilación, mi cerebro activaba esa parte satírica de mi ser al estar exaltada.

—Traje flanes de tres leches —el mentar el dulce hizo que la pequeña se detuviese, que mirase con cara de corderillo a su tío mientras se le acercaba, aproveché para desviar mi atención un segundo hacia él, encontré sus ojos puestos en mí, le sonreí, fugaz, posando mi vista en la vecina que le estaba cuestionando, ella también se rio moviendo la cabeza de lado a lado, noté que sacó su celular del bolsillo trasero de su short de jean roto, en contados segundos mi aparato vibró, lo tomé de la mesilla central donde lo había dejado.

Valeria

Relájate Jaque. Actúa con normalidad,
por Dios. 6:44 Pm.

Jaque

Estoy algo nerviosa 🙈 6:44Pm.

Valeria

Lo sé, Marcos lo sabe, Sam lo sabe, la
muñeca que pronto estará sin cabeza
de ella lo sabe...Hasta los espíritus
de tus difuntos ancestros saben
que lo estás, a eso me refiero,
cálmate. Sólo actúa como
siempre lo haces y no esquives su
mirada que es aún más raro. 6:44Pm

Jaque

¿Y si no puedo disimular? ¿Si mis ojos
nos delatan? 6:44Pm

Valeria

Cariño, tú le miras así desde hace
mucho, no es algo nuevo,
tranquila. 6:45 Pm

Valeria

No hagas que él se preocupe, te
está mirando con cara de
constipado. 😓 6:45Pm.

Elevé la vista del móvil centrándola en el objeto de nuestros mensajes: conforme estaba escrito en el último, el profesor me veía frunciendo el ceño, me sentí estúpida, obligué a mi ser a aflojarse al tiempo que me viciaba con el sentimiento de ternura que mostraban sus ojos a pesar de tener el rostro surcado por la expresión de duda. Volví a sonreírle, como diciéndole que estaba todo bien, creo que lo captó, me devolvió el gesto, en sus hermosas facciones solo residía ya la ternura.

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