Harry estacionó el coche, habíamos llegado a casa y yo estaba emocionada por bajar.
Pude ver a mis padres salir de casa y fue cuando bajé, me acerqué a ellos a toda prisa para abrazarlos. Llegar a casa, siempre era reconfortante.
Mi padre me envolvió en él como cuando era niña y me llenó la cabeza de besos.
—Me da tanto gusto que hayas llegado con bien, hija.— sonreí y luego fui con mi mamá.
—Niña de mamá, te extrañé mucho.— sus brazos eran mi salvación siempre. No había persona que admirara y quisiera más, que a mis padres.
Cuando me separé de ellos, pude ver a Harry y Amelie que estaban esperando que terminara de saludar a mis padres para ellos saludar.
—Papás, él es Harry.— Dije y él inmediatamente estiró su mano hacia mis padres saludándolos amablemente. —Amelie, a quien ya conocen.— mi amiga también los saludo.
—Pero pasen niños, está siempre será su casa.— mis padres caminaron hacia casa y nosotros los seguíamos.
Mi casa era un poco grande, no era lujosa pero era linda, tenía sus buenos muebles y sus decoraciones sencillas. Tenía 3 habitaciones de la familia y una de huéspedes.
mi pequeña hermana de 15 años, Suzette y mi hermano de 17, Johann, salieron a saludarme y a mis amigos.
—¿Y tú novio?— preguntó Johann.
—está de viaje. Y no necesitamos hablar de él.— contesté poniendo un poco tenso el ambiente.
...
Mientras la tarde pasaba, le mostré la habitación que tendrían a Harry y a Amelie. Ellos estaban demasiado cómodos teniendo una conversación con mis padres en la mesa, terminamos de almorzar y aún estábamos en la mesa.
—¿y qué tal Londres? ¿Mejor que Paris?— preguntó mi padre muy interesado.
—para mí es mejor Paris, aunque en ambos haga un horrible frío.— contestó Amelie.
—Yo no podría decidir, llevo poco tiempo aquí y años viviendo en Londres. Aunque por acá hay menos tráfico que allá.— todos rieron.
—Por algo estás en París, muchacho.— mi padre dijo astutamente.
—Monique me dijo que estaba listo para enseñarme más sobre postres...— Amelie dijo y mi padre no dudo en contestar.
—¿Quieres hacer alfajores? Es una receta secreta... pero creo que podremos compartirla con ustedes. Es más, Harry anímate a hacer algo con nosotros.— todos giramos a ver a Harry.
—Estaré encantado de hacer alfajores, señor.— mi receta se haría no tan secreta. Aunque Amelie era tan olvidadiza que juraba que no los volvería a hacer.
Comencé a recoger la mesa mientras Amelie y mi padre buscaban los ingredientes y los recipientes en que harían su postre.
Harry se ofreció a ayudarme y acepté.
Cuando terminamos nos unimos a mi padre y a Amelie, la "clase" estaba apunto de comenzar.
—Bien, entonces... Amelie tendrá su propia mezcla, Harry la suya y Monique le ayudará a Harry.— todos asintieron y comenzó a explicar mi papá, y aunque me sabía de memoria los pasos, solo escuchaba. —Pondrán 6 claras de huevo, en el recipiente hondo...— yo solo veía a ambos hacer lo que mi papá indicaba.
Harry parecía saber muy bien, ponía atención a lo que decía mi padre y hacía todo a la perfección. La que parecía tener un desastre era Amelie.
—Hagan círculos pequeños y pónganlos en la charola.— dijo mi papá y fue cuando Harry comenzó a tener un desastre.
—Solo tienes que amasar. Expándela.— le dije y su masa parecía estar un poco rebelde.
Me acerqué a él y puse mi mano sobre sus manos que estaban en el rodillo.
—Solo hazlo así, puede ponerse un poco dura a veces.— mi cabeza reacciono cuando sentí algo dentro de mí al tener nuestras manos juntas.
Me giré a ver su cara que estaba a centímetros de la mía y pareciera que mi cerebro se dio una sacudida para volver a la normalidad.
—Emm... ahora solo pasa el molde circular encima y corta.— Harry seguía viéndome y segundos después hizo lo que le dije.
—¿Así está bien?— me enseño la galleta y yo asentí. El comenzó a ponerlas sobre la charola.
—La primera vez que Monique intentó hacerlos no salieron, estaban todas las galletas quebradas, así qué.. no se sorprendan si no pudieron lograrlo.— dijo mi papá quien también hacía sus alfajores.
—Mis alfajores estarán perfectos.— contestó Harry y Amelie rodó los ojos.
—Arrogante.— contestó Amelie y Harry río.
—¿Y tú no lo eres?— preguntó a la defensiva Harry y pude evidenciar una casi pelea de hermanos. Me reí y ambos me vieron.
—No, no tanto como tú.— Amelie contestó con un tono diferente.
—Eso dices, pero no siempre tienes la razón hermanita.— me reí levemente.
—¿Qué te da risa? ¿Qué mi medio hermano a quien no veía hace años, me este desafiando en tu cocina?— Amelie cuestionó intensamente y yo me volví a reír.
—Disculpa que no nos hayamos visto hace años, no te tomaste la molestia de ir a Londres jamás.— Harry le contestó y deje de reírme. Vi a mi papá de reojo y me hizo una señal para que me diera cuenta que ahora sí era una pelea real.
—Y tú jamás te tomaste la molestia de venir a Paris.— lo único que hice fue tomarlos de la mano a ambos y arrastrarlos fuera de casa conmigo.
—Logran ver el mar desde aquí, ¿no?— le pregunté a ambos quienes sin entender asintieron. —Van a tomar sus abrigos y vamos a ir ahí. Tan solo relájense, no peleen; será peor.— suspiré y esperé a que los dos tomaran sus abrigos.
Bajé las escaleras en el camino hacia el mar, mis amigos venían siguiéndome. Literalmente, la playa estaba a ciertos metros de mi casa.
Le extendí mi mano a Amelie para cruzar la calle que había, no éramos niñas ni mucho menos, solo lo hacíamos siempre. Le tomé la mano a Harry también para no excluirlo y entrelazamos nuestros dedos sin pensarlo. Había emociones en mí, que no podía explicar.
Al llegar al mar, los solté a ambos y me hice a un lado.
—Bueno... les daré un tiempo. Si se quieren gritar, lo pueden hacer.— sonreí y me alejé de ellos unos metros.
Estar tan cerca del mar, me hacía estremecer de frío. Estaba bastante helado estos días por aquí, y necesitaba más que un solo abrigo.
Vi de lejos a mis amigos y recordé por primera vez desde que salí de casa, que tenía novio.
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monique, is a London boy :) h.s
FanfictionEl aroma a pastelillos en la cocina de Monique hace que parezca un día espectacular. Los rayos de sol fijos en el palacio de Versalles haciéndolo lucir grandioso a pleno medio día, el jardín de Luxemburgo parece más brillante y hermoso que nunca. Es...