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camino por la acera, sin compañía y con mis compras del supermercado. Harry no ha podido acompañarme hoy a casa, y lo respeto, comprendo cuando tiene trabajo o cosas que hacer y Amelie está con su novia, ese no es tema nuevo.

Vibra mi celular por milésima vez en el día, no contestó, ni siquiera lo sacó de mi bolsa. Sé que es Gerard y sé lo que quiere, así que lo he evadido durante todo el día. Lo único que pido es que no se aparezca en mi departamento, lo último que quiero son escándalos.

Me muero de hambre, y en lo único que puedo pensar es en llegar a casa para poder cocinar algunas de las verduras que llevo en las bolsas. Odiaba hacer el súper mercado, siempre terminaba comprando 40% cosas que necesitaba para comer y 60% cosas que no necesitaba pero estaban en oferta o eran demasiado buenas para dejarlas. Y la mayoría eran para hacer postres.

Cruzó la calle, hacia el edificio en el que vivo, veo a la señora Margot y levanto mi mano para saludar a cómo puedo.

—¡Adiós, niña Monique!— sonrió al escuchar su amable voz. Ella normalmente está en su departamento pero de vez en cuándo sale a tomar un poco de aire. Normal, como todos.

Después de entrar y salir por el elevador, caminé por el pasillo, me paré enfrente de mi puerta, baje las bolsas del supermercado y abrí la puerta. Volví a tomar las bolsas, prendí las luces y de repente Amelie salió enfrente de mí, soplando una serpentina en mi cara.

—¡Sorpresa!— dijeron Amelie, Harry y Molly al unísono. Grité del susto, aferrándome a mis bolsas y vi a todos, contentos y felices. Olvide mencionar que era mi cumpleaños. Dejé las bolsas sobre la mesa, mientras veía los globos de colores alrededor de mi casa, un letrero enorme que decía "Feliz cumpleaños 27", comida, un pastel, cerveza y 3 personas muy contentas viéndome.

—¡Feliz cumpleaños, Monique!— Amelie me abrazó con mucha fuerza.

—Gracias.

—Felices 27.— dijo Molly y me abrazó.

—Gracias, Molly.

—Feliz cumpleaños, tonta.— Harry abrió sus brazos y yo literalmente me abalancé hacia él.

—Gracias, Styles. Que bueno que estás aquí.— él me dio un beso en la mejilla.

—No me perdería tu cumpleaños.

—Realmente pensé que mi cumpleaños había pasado desapercibido.— dije viendo a los 3. Llevaban gorros de cumpleaños, serpentinas colgadas y unas enormes sonrisas contagiosas.

—Por supuesto que no, jamás me olvidaría de tu cumpleaños, Monique. 27 años no se cumplen todos los días.— dijo Amelie.

—Ni me recuerdes que estoy llegando a los 30...

—¿Por qué? Los 30 son la edad del triunfo.— Harry expresó.

—Los 30 lo único que traen son deudas por pagar por ser adulto.— dije.

—¿Todos odiamos ser adultos?— dijo Harry, y todos asentimos.

—¿Cómo entraron a mi departamento?

—Le pedí a la Sra. Margot que me prestará las llaves de repuesto que guarda por ti.—dijo Amelie.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora