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Estaba en mi sofá viendo la misma película de navidad, por quinta vez; el grinch. Estaba hundida en mis suaves sábanas con mi pijama puesta, eran días de demasiado frío en Francia y me sentía extremadamente cansada del trabajo hoy.

Tomé mi celular y vi mis últimos mensajes, Gerard se había ido a la ducha y aún no me contestaba de vuelta, eran las 8:45 pm, yo moría de sueño.

Entré a Amazon para ver utensilios de cocina, poco a poco compraba lo que necesitaría en mi pastelería en un futuro.

Si soy sincera, quería comprar absolutamente todo, hasta cosas que ni necesitaba. Mi última compra llegaba en unos días, eran unos moldes y espátulas. Nada grande.

Deje mi celular y mis ojos volvieron a la película pero inconscientemente comenzaron a cerrarse. Dejé de escuchar la televisión mientras mi dulce sueño se apoderaba de mí. Hasta que el horrible ruido de la puerta sonó haciéndome rodar al suelo, la estaban golpeando con fuerza. Casi arrastrándome y con los ojos pesados, caminé a la puerta. Abrí y me encontré con Amelie y su amigo.

—¿Por qué tardaste tanto? ¿Tú pijama es de cupcakes? Por Dios amiga, tú si que eres adorable.— mi cerebro no reaccionaba aún, me hice a un lado para que ellos pasarán, prendí las luces y apague el televisor.

—Olvidé que venían.— tallé mis ojos torpemente, Amelie se sentó en una silla del pequeño comedor y el tipo también. Traían pizza y ¿cerveza?

—Trajimos cerveza, es hora de que te actives.— me deje caer en una silla y abrieron la pizza.

—que bonita pijama.— mencionó el amigo de Amelie del cuál aún no me aprendía su nombre.

—¿Mi pijama?— volteé a ver mis pantalones y vi cupcakes coloridos. —¡Mi pijama! Una disculpa por no estar más presentable.

—Deberíamos conseguirnos unas, Monique... para nuestras próximas pijamadas y así.— hice una mueca al ver a mi amiga hablando mientras masticaba. —verán que seremos buenos amigos, iremos a fiestas, Monique nos hará postres para la resaca y Harry nos comprará pizza para estas veladas. También usaremos pijamas así. —dijo apuntando a mi vergonzoso traje.

Ni siquiera conocía a "Harry" y ella quería que fuéramos amigos por siempre.

—Le hubieras dicho a tu novio que viniera.— dijo el apuesto chico.

—El estaba agotado del trabajo hoy, otro día será.— Tomé una pizza y la lleve a mi boca.

—Sospechoso.— dijo Amelie abriendo su cerveza.

—Gerard se fue tarde de la oficina hoy, no te preocupes, si está haciendo su trabajo.— Harry sonrío amablemente.

—Sospechoso.— fulmine a Amelie con la mirada y ella comenzó a reír.

—Deja de juzgar a mi novio.— le tiré una servilleta a la cara a Silvana que reía divertida.

—Rápidamente te cuento que Monique no quiere casarse con su novio, ni irse a vivir con él. Llevan como 10 años, sexo no les falta.— abrí mis ojos sorprendida de las tonterías de Amelie, la imprudencia de mi amiga me hacía sentir incómoda.

—Llevamos 3 años, ignora a Amelie.— dije llevando un sorbo de cerveza a mi boca.

—¿Y por qué no quieres casarte con él?— Harry preguntó curioso.

—Digamos que... es complicado. Bueno algo así.— contesté cabizbaja.

—Lo entiendo, el matrimonio no es algo tan fácil. Tampoco vivir juntos es una decisión fácil. Además, no pareces tan vieja, aún tienes tiempo para eso. comprende más a tu amiga, Silvana.

—¡Eso! ¡Al fin alguien que lo entiende!— levanté las manos como agradecida y ellos rieron.

—¡Idiota! ¡Quiero ir a una boda!— Amelie golpeó el hombro de Harry y yo lo defendí.

—Deja a mi amigo.— jale su hombro acercándolo a mí y Amelie volteo los ojos.

—Vayamos el sábado a una fiesta, llevemos a Gerard. Aunque si va a estar de aburrido queriéndose ir a casa, mejor no lo lleves. Después de ahí, podemos ir a mi casa y dormir juntos. ¡Nuestra primer pijamada!— los dientes blancos de Amelie relucieron en la enorme sonrisa que emitía su rostro. Tan dulce y cálida, ella era así, buena amiga, sincera y sobre todo, iba a cualquier fiesta que necesitara.— no te preocupes por Harry, él es un buen tipo, tenemos nuestras pijamadas desde los 11.

Pues tal vez eso era bueno, pero seguía sin conocerlo.

—Iré a la fiesta.— Amelie me miró extraña. —¿qué?

—Definitivamente vendrás a dormir con nosotros. Prepárate para ver a Monique borracha, Harry.

—Yo ni siquiera me emborracho, no como tú.— rodeé los ojos y crucé los brazos.

—Por supuesto que sí.— giro a ver a su amigo y muy entusiasmada, comenzó a contarle.—Monique es muy mala para tomar bebidas alcohólicas. La última vez, la metí a la ducha para que reaccionara, o no sé si fue Gerard, yo tampoco andaba muy consciente. Siempre habla demás, todo lo que no te dijo estando consciente, te lo dice borracha.— sonreí con vergüenza.

—No te preocupes, sé que Amelie se pone peor.— contestó Harry, dándome tranquilidad.

—Tú no pareces mucho de fiesta.— dije al tipo mirando sus ojos verdes. Tenían un brillo que me parecía lindo.

—Oh no, no soy mucho de fiesta. Pero a veces hace falta divertirse.— llevo su cerveza a su boca, tomando un sorbo y la soltó de nuevo.

—Nuestros pensamientos se parecen.— dije sonriendo sin mostrar mis dientes.

—¡Enhorabuena, parece que ya encontraste con quién casarte!— dijo Amelie levantando su cerveza hacia arriba, como brindis.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora