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Suena el despertador, y abro los ojos con facilidad; la verdad es que no había dormido absolutamente nada. Arrastré mi mano izquierda hacia mi cara y la levanté, viendo el anillo que aún seguía en mi dedo.

Me lo quité y lo puse en el pequeño buró qué hay a un lado de mi cama. Cierro el cajón, me levanto de la cama, suspiré y me tallé los ojos con ambas manos.

Me alisté para ir a trabajar, me dolía la cabeza y no podía dejar de pensar en lo que había pasado. Mi cabeza me torturaba una y otra vez.

Puse a calentar la cafetera, esperando con paciencia mi café. Mi celular permanecía apagado desde la noche, no me había molestado en prenderlo, ni me preocupaba hacerlo.

Tomé mi termo, y serví café, le puse la tapadera y tomé mis cosas para salir rumbo al trabajo. Caminé por los pasillos del edificio en el que vivía, y seguí hasta llegar a la puerta de salida. De lejos vi a Amelie que me esperaba donde siempre, no sabía que hora era, pero todos los días salía al mismo tiempo, entonces eso no era un problema.

—Buenos días, Monique.— sonrió Amelie.

—Buenos días.— le dije.

—¿Por qué no me contestas mis llamadas?— preguntó mientras ambas caminábamos.

—Mi celular se apagó, y yo me dormí cuando llegué del aeropuerto. Se me hizo tarde esta mañana, y lo olvidé.— le expliqué lo que supuestamente había pasado, que en realidad no.

—Iba a venir a tu casa para saber si todo estaba en orden pero me tranquilice cuando Harry dijo que el te había dejado en tu departamento.

—Si. Fue un viaje largo.— dije.

—¿Estás tomando café?— preguntó y yo asentí. —¿hablaste con Gerard ayer? Ya vez que dijo que tan pronto como llegarás quería hablar contigo.

—No he hablado con él.

—Menos mal, tal vez ya está arrepintiéndose de...— la interrumpí.

—No vale la pena hablar de eso.

—Wow, ¿al fin te diste cuenta?— vi la mano en la que traía el termo, que era la misma en la que llevaba el anillo cuando me desperté.

—¿Cómo está Molly?— Amelie me vio extrañada.

—Ella está bien, hoy conoceré su departamento... ¿interesante no? Tal vez quieras acompañarme, Harry también podría ir y así cenamos juntos.— lo pensé por varios segundos y luego contesté.

—Tengo planes.— dije sin verla.

—¿planes? ¿Sin mí?— la vi de reojo, y en su cara podía ver que no le había agradado mi respuesta.

—Tengo que comprar la despensa.— Amelie se detuvo y yo también lo hice.

—¿Qué pasa, Monique?— preguntó.

—¿De qué hablas?

—Monique, tú no apagas tu celular solo porque sí, además te conozco y te siento rara.— Ambas nos vimos a los ojos.

—No pasa nada, Amelie. Hoy me levanté más cansada de lo normal. Olvidé mi celular por torpe, no te preocupes. Si tengo tiempo, te avisaré y iré contigo esta noche.

—Está bien.— contestó y las dos seguimos nuestro camino hasta llegar al lugar de trabajo.

...

Dejé pasar el tiempo mientras me concentraba en hacer postres y más combinaciones nuevas de postres. Mi mente tenía que permanecer ocupada, me ponía nerviosa que Gerard me buscará y que Amelie o Harry lo vieran, así que traté de alejar cualquier plan que Amelie tuviera. Ya había insistido durante el día que ella me acompañaba a hacer las compras y luego fuéramos a casa de su novia.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora