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tomé mi celular y busqué al contacto de Gerard. Le marqué esperando que contestará. Miré las olas del mar, la brisa que había me hacía sentir congelada. Vi a Harry y Amelie que hablaban aún, me daba curiosidad saber que era eso, que molestaba tanto en sus vidas. Me imaginaba que era un gran problema el que tenían.

—¿Monique?— por unos segundos olvidé que mi celular estaba en mi oreja y me asusté.

—Gerard.— contesté sin más.

—¿Todo bien?— rodeé los ojos, tal vez era porque me sentía enfadada con él.

—¿habría que estar algo mal para poder llamarte?— pregunté un poco molesta.

—No, amor.

—¿Cómo estás?

—Estoy bien, ¿y tú? ¿Cómo están todos por allá? ¿Te la estás pasando bien?— si supieras.

—Estamos bien, Harry y Amelie estuvieron haciendo alfajores un rato con mi padre, y luego se pelearon.— suspiré.

—¿Styles esta con ustedes? Llevas poco de conocerlo, ¿no?— preguntó.

—Es el hermano de Amelie, ¿hay algo de malo en eso?

—Tú no lo conoces en lo absoluto.— ¿y qué, Gerard?

—¿Tú sí?— contesté demasiado rápido, tal vez a la defensiva.

—Tal vez más que tú.— dijo en tono un poco molesto.

—¿más que yo? Últimamente salgo más con él que contigo, tengo que preguntarle a él para saber algo de ti, porque tú no te apareces hasta que yo llamo.— reclamé molesta.

—¿Por qué si estás molesta conmigo, no lo dices y ya?— podía sentir su fastidio.

—Estoy molesta, pero no te importa, así es siempre. ¿Hace cuánto no nos vemos? ¿Sabes qué? Así déjalo, esperaré a que me busques.— terminé la llamada y volví a dejar mi celular en el bolso de mi abrigo.

Caminé lentamente hacia Harry y Amelie, no sabía si ya habían terminado su plática y tampoco quería interrumpir. Sentía mi cabello volar por el viento, mis pies se hundían ligeramente en la arena. Normalmente no venía mucho al mar, ni aunque lo tuviera frente a casa, traer a Harry y Amelie fue solo un impulso del momento.

—¡Moniquee!—mi nombre alargado, viniendo del acento británico de Amelie llamo mi atención.

Finalmente me acerqué a ellos y nos vimos entre los 3.

—¿Ya esta todo bien entre ustedes?— pregunté y se vieron mutuamente, pude suponer que sí.

—Si, gracias.— contestó Harry.

—¿Y me van a contar porque peleaban?— Amelie alzo las cejas viéndome con una sonrisa.

—Por supuesto que no.— agarro mi brazo junto al suyo y comenzamos a caminar. Harry caminaba detrás de nosotros.

—Vayamos a ver sus alfajores...— dije viendo a Harry y él asintió.

—Deberíamos hacer algo después de cenar.— propuso Amelie.

—Prenderemos la chimenea mientras tomamos mucho vino tinto.— respondí.

—y comeremos un intento de alfajores.— los 3 reímos un poco en el transcurso a casa.

Mi celular no había dejado de vibrar en ningún momento; era Gerard. Sabía mantener mi orgullo, así que no iba a contestar durante un buen rato.

—¿ha llamado tu novio?— preguntó Amelie y pensé varios segundos antes de contestar.

—No.— contesté.

—Pensé haberte visto llamando por celular en la playa.

—Era mi papá preguntando si todo estaba bien.— Amelie asintió.

Abrí la puerta de casa, dejando entrar primero a los chicos y luego entré yo. Fuimos a la cocina, donde se encontraba mi padre, el ya había puesto los alfajores a enfriar.

Harry vio los suyos que estaban algunos quebrados pero se salvaban otros y Amelie vio los de ella; la mitad estaban un poco partidos y algunos parecían quemados.

—Ustedes jamás igualarán mis alfajores.— les dije sintiéndome victoriosa, aunque ni siquiera haya hecho nada.

—Diste una buena batalla, Amelie. Pero te gané, como era obvio.— Harry dijo y Amelie lo arremedo, así tal cual, cómo comportamiento de niña.

—Practicaré esta receta hasta perfeccionarla.—Amelie dijo y mi padre se río un poco.

—Seguro lo harás, niña. Monique, traje los vinos que me pediste.— mi papá saco dos botellas de vino tinto de la alacena, se acercó a darme un beso en la cabeza y salió de la cocina.

—¿todavía le pides a papi que compre tus vinos?— Amelie sarcástica y con risa burlesca dijo viendo las botellas a detalle. Harry solo me veía con "discreción".

—para tu información...— mi amiga me interrumpió al ver la botella.

—Espera... ¿tu familia hace vinos? La botella lleva por nombre Solange, 94. Es tu apellido y tu año.— Amelie parecía chillar de la emoción.

—Mis abuelos tienen un viñedo. Y Solange porque es el apellido que nos heredó mi abuelo, 94 es el año en que nací. Hay más vinos con diferentes nombres, pero decidieron hacer este por mí.— Harry tomó una de las botellas observándola con detalle.

—¿tus abuelos están vivos? ¡Quiero conocer ese viñedo! ¿Dan vino gratis?— mi amiga estaba muy emocionada con este tema al parecer.

—Si, conozcamos el viñedo.— los ojos verdes de Harry me vieron fijamente haciéndome sentir nerviosa por cómo me observaba.

—sí, mis abuelos siguen vivos. Mañana los llevaré al viñedo.— mis planes eran llevarlos a conocer pero al parecer, se me había arruinado la sorpresa.

Saqué las copas para el vino, le di una a mis amigos y fuimos a la sala; justo donde se encontraba la chimenea.

—cuéntanos más de tu familia, parece que eres más interesante de lo que pensaba. Incluso me parece una ofensa que después de tantos años, no me dijeras que tu familia tiene un viñedo y que tienes vino gratis. Además, ¿no llevas vino a paris o qué?— la voz chillante de Amelie me hizo estresar durante unos segundos, hasta que sorbí un trago del vino que llevaba en mis manos.

—No es un negocio familiar; es de mis abuelos. Solo de ellos. Mis padres se dedican a otra cosa. Yo nunca vi la necesidad de decirlo... además, siempre tengo este vino en Paris, y siempre te lo he ofrecido, solo que jamás te había dado la botella, por eso no sabías qué era de aquí.— di explicaciones cortas y precisas, Amelie seguía sorprendida y Harry estaba degustando el vino. Los 3 estábamos en un sofá diferente.

—Amo aquí, no sé qué haces viviendo en París. Aquí lo tienes todo, el mar enfrente, tu papá que es un chef perfecto y un viñedo.— me reí entre dientes y luego vi a Harry.

—¿te gustó?— no dudo ni un segundo en verme y asintió.

—sí este vino es perfecto, no me puedo imaginar los otros que habrá.— ¿tanto así? ¿O solo estaban halagándome porque estaban en mi casa?

—Tomemos una foto de este momento.—dijo Amelie sacando su celular.— anda, acércate.— sugirió mi amiga.

Amelie se sentó en el sofa dónde estaba Harry, yo fui hacia ellos y me senté a lado de él, quedando en la esquina.

—Tú en el medio, Monique. Quiero que salgamos juntas.— dijo Amelie sospechosamente.

Me puse de pie y me senté en medio de ellos dos, Amelie puso la cámara de su celular y estiró su mano para tomar la foto. Harry puso su mano en mi cintura, acercándome a él, pareciéndome bastante extraño.

Amelie se pego a mí, obligándome a quedar más cerca de Harry; parecía que no había más sofa, estábamos amontonados y en algún punto me asfixiaban.

—Listo.— dijo Amelie y ella se hizo a un lado. Harry deslizó su mano por mi cintura y mi espalda, yo me moví al otro extremo del sofá.

Interesante situación.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora