Epílogo, PARTE 1.

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—Era una vez...— hablé con voz delicada y dulce.

—No, así no. Eres muy convencional— vi a Amelie frente a mí y puse los ojos en blanco.

—¿Entonces cómo?— pregunté algo fastidiada.

—En un mundo muy lejano...— dijo Harry.

—¿Muy muy lejano? ¿Cómo el pueblo de Fiona?— Molly, Amelie y Harry me fulminaron con la mirada, era sarcasmo. —¿Qué? ¿No han visto Shrek?

—El bebé no, explícale tu chiste— me reí cuando Amelie habló.

Todos vimos al bebé que estaba en la cuna. Literalmente, estábamos intentando contarle un cuento para dormir a un niño de 7 meses, como si entendiera algo.

—Tan solo dale el biberón— dije un poco desesperada. El bebé ni siquiera entendía quiénes éramos.

—Quiero contarle su primer cuento— Molly toda emocionada siguió con el rollo del cuento. Sus ojeras hablaban por sí solas expresando que necesitaba dormir, pero quería estar viendo al bebé en todo momento-

—Mi amor, cuando empiezas a contar la historia, a Amelie le da un ataque por lo que el bebé va a escuchar. Tan solo cuéntale... no sé, cuéntale cómo se enamoró Harry de mí.

—Yo se lo cuento— contestó Harry con una seriedad que me hizo sonreir.

Vimos la carita de Alain, él ya estaba dormido, mi primer instinto era salir del lugar, los bebés despertaban con cualquier cosa y yo no quería que llorará, luego gritaban y nadie podía calmarlos, pero ambas mamás en la habitación estaban muy enamoradas de su bebé y no dejaban de verlo.

—Dejémoslo dormir— susurré, Molly asintió y Harry también.

—¿Y si necesita algo? ¿Si se despierta?— dijo Amelie.

—Si se despierta nos daremos cuenta con el micrófono que tiene a un lado— Harry le respondió.

—Es que...

—Amelie, vamos, estará bien— Molly le extendió la mano y ella un poco forzada camino a la puerta. Ella era otra desde que era mamá, sus ojos brillaban distinto, su vida era más cuidadosa, repartía amor por todas partes. Incluso ya pensaba en la noche  en la que tendría que hacer de santa clause.

Harry y yo salimos detrás de ellas, su departamento estaba lleno de biberones y latas de leche en polvo vacías. La linda etapa de la maternidad, la cual no se me antojaba ni un poco... no en ese momento, pero el futuro era incierto.

—Queremos que sean padrinos de Alain— dijo Molly.

—¿Cómo los padrinos mágicos?

—Si, Monique, queremos que vueles a lado de él todo el tiempo para que cumplas sus deseos— Amelie se rió.

—Nada más me falta la magia— contesté soltando una risa.

—Lo vamos a bautizar el próximo fin de semana y ustedes serán los padrinos.

—¿En qué momento dijimos que sí?— preguntó Harry.

—¿En qué momento dijeron que no?

—Buen punto— Harry expresó, —nada nos encantaría más que ser los padrinos de Alain.

—Gracias por elegirnos— sonreí.

—No había más— fulminé con la mirada a Amelie. —Es una broma. Gracias a ustedes por mirar a Alain con tanto amor, sabemos que lo quieren tanto como nosotras...

—Es lo más cerca que tendremos a un hijo— habló Harry y yo vi sus ojos, los dos queríamos lo mismo y no era un bebé.

—Alain tendrá que jugar con alguien, así que apresúrense.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora