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Desde el momento en que nos sentamos dentro del restaurant, Amelie no había dejado de hablar con Harry. Ambos parecían demasiado amigables, tenían muchas cosas por contarse y yo solo escuchaba la mayoría del tiempo.

—Cuéntale de ti, Monique. Dile de dónde eres y esas cosas.— reí tímidamente y pensé en que contarle.

—Pues yo soy de un pequeño pueblo, se llama Barfleur en Normandía. Pero me vine aquí hace algunos años, estudié gastronomía y repostería, y pues aquí estoy.

—¿Y haz pensado en abrir tu pastelería?— preguntó Harry muy atento a lo que decía.

—Ella tiene demasiados planes...— patee a mi amiga por debajo de la mesa y ella recordó que no tenía que hablar sobre mis asuntos. —ella tiene demasiados planes pero no piensa en algo propio, le digo que tiene talento pero es terca.— suspiré aliviada.

—Tienes talento, créeme que te iría mejor si decidieras emprender.— Amelie me vio como si me dijera "te lo dije".

—Es complicado.— contesté. —hablemos de otra cosa.

—Nos conseguí una fiesta. Ya saben, para conocernos mejor.— la enorme sonrisa de mi amiga me hizo reír. Llevábamos un día de vernos y ella ya tenía una fiesta.

—¿En serio, Susana?— preguntó Harry.

—Sí, es esta noche.— abrí los ojos sorprendida.

—¿hoy? Hoy me veo con Gerard.— Amelie comenzó a reírse cínicamente.

—Vamos, Moni. Un día que no veas a Gerard no pasa nada.— Harry estaba concentrado en su comida y yo veía a Amelie rogarme con sus manos.

—Amelie, tú sabes que no veo a Gerard mucho.

—Ay, por favor. ¿Qué puede ser mejor que nuestra fiesta? ¿Tendrán sexo? Porque entonces...— la interrumpí antes de que dijera cualquier tontería.

—Está bien, iré con ustedes.— lleve mi bebida a mi boca, dándole un pequeño sorbo.

—¿Y por qué no lo invitas, Monique?— preguntó Harry y no me pareció mala idea.

—¡NO!— respondió Amelie todo alterada, como si Harry hubiera dicho algo malo.

—¿Por qué?— cuestioné a mi amiga.

—Vamos a divertirnos entre amigos, Monique. Si tu novio va, estarás solo con él.— rodó los ojos.

—Está bien, Susana.— le rodee los ojos fastidiada.

—Tal vez sea hora de irnos, son las 3:05 pm.— dijo Harry viendo el reloj de su celular y al mismo tiempo sacaba su billetera.

—¡Vámonos ya!— dijo Amelie dejando dinero sobre la mesa, era demasiado tarde, nuestro almuerzo había terminado hace un rato. Me apresuré a dejar mi dinero y Amelie ni tardo en jalarnos mientras casi corría.

—¿Estás loca?— pregunté caminando a toda prisa entre personas y con unos zapatos que me impedían correr.

—¿Por qué no nos avisaste, Harry?— le gritó y él comenzó a reír.

—Estaba entretenido con ustedes, Susana, perdí de vista la hora.— yo también quería reírme pero tenía que mantener la compostura.

—¡Cállate y sigue!— contestó y fue cuando comencé a reír.

Tal vez todo hubiera sido más fácil, si Amelie no hubiera decidido ir a un restaurant tan lejos.

—¡Basta! De todas maneras ya venimos tarde.— le dije a Amelie y se detuvo en seco.

—Tienes razón, ¿de qué me preocupo? Perderé el trabajo, nada más.— mi querida amiga era tán sarcástica.

—¿Tú jefe no te regaña si llegas tarde, Harry?— pregunté.

—Mi jefe es tu novio. Aunque no por mucho. Pero no, porque mi hora de almuerzo no ha terminado.

—¿A qué te refieres con "no por mucho?"— pregunté curiosamente e intrigada de su respuesta.

—El jefe de ambos ha decidido ponernos en el mismo puesto, cree que es mejor así.— entonces Gerard tenía razón cuando dijo que Harry era demasiado inteligente.

—Oh, que bien por ti. Apenas llegas y consigues un buen puesto.— dijo Amelie llamando mi atención, Harry y yo nos vimos a los ojos por unos segundos pero después seguí viendo hacia el frente. —Harry volvemos a trabajar, nos vemos hoy a las 8:00 pm en mi departamento, luego iremos por Monique. ¡En punto!— Amelie se abalanzó a Harry, abrazándolo.

Harry luego fue a mí y también me abrazo, tomándome de la cintura. Me separé y fui con Amelie entrando a la pastelería.

—¡Que cariñoso tu amigo!— dije sarcásticamente y Amelie se rió.

—¡Es respetuoso! Se despidió de ti, no seas tonta.— Amelie empujó la puerta del lugar y ambas entramos.

...

La puerta de mi departamento estaba siendo golpeada bruscamente, podía deducir que era Amelie desesperada.

—¡Voy!— grité corriendo a la puerta.

Cuando abrí mi amiga comenzó a caminar sin esperarme. Jale mi abrigo del perchero y cerré la puerta siguiendo a Amelie.

—¡Pero que desesperó! ¡Espérame!— Amelie entro en el elevador y me apresuré para alcanzar a entrar.

—Harry nos está esperando.— se detuvo unos segundos para verme y suspiro. —¿quieres un cumplido? Si me gustaran las mujeres, de seguro te conquistaría. Te ves súper mona.— sonreí.

—Que tonta eres. Tú también te ves espectacular, sexy y elegante, tu toque.— Amelie me guiño el ojo y salimos del elevador que había llegado al primer piso.

Salimos del edificio y Amelie me señaló el auto al que teníamos que ir. Yo tenía auto, pero solo lo usaba para viajar a casa de mis padres.

Subí en la parte trasera del auto y saludé a Harry, él levantó la mano amablemente y luego Amelie entró.

—¿Están listos?— Amelie preguntó viéndonos.

—Contigo puede pasar cualquier cosa, así que estoy preparada.— contesté.

—No saben lo que les espera.

...

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora