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abrí mis ojos en medio de mi vieja habitación aniñada. Era mi habitación cuando vivía con mis padres y ahora es también de mi hermana menor. Ella mantenía las paredes rosas aún, y aunque la pintura era vieja, estaba muy bien cuidada, al igual que los muebles. Pero algún día todo eso se irá, porque los adolescentes crecen y comienzan a querer cosas nuevas.

Vi la hora que había en mi celular, 10:30 a.m., hora perfecta para despertar a Harry y Amelie para ir al viñedo. Me levanté de la cama, lavé mi cara y cepille mis dientes. Con pereza, me arrastré a la habitación de huéspedes. Abrí con cuidado la puerta, y como me imaginé; estaban dormidos.

Entré a la habitación que estaba a oscuras y abrí las persianas, dejando que el bello sol de Normandía, iluminará las cuatro paredes. Amelie solo se retorció y Harry ni siquiera se movió. Opté por una mejor opción y me tiré en medio de ambos.

-¡Buenos días!- dije con voz chillona y feliz.

-¿No duermes?- Escuché a Amelie decir entre dientes. Cuanta pereza.

-Parece que no lo hace.-Le contestó Harry con la voz demasiado ronca y se tapo con la almohada. Yo me reí y me senté frente a ellos.

-¡Arriba!- insistí y por un momento pensé lo irritante que tal vez estaba pareciendo.

-¿Le dices tu o le digo yo?- preguntó Harry aún ronco y con la almohada en la cara. Yo fruncí el ceño confundida.

-¿Qué?- contesté.

-Nos acabamos de dormir, literalmente.- o estaban muy dormidos o yo no sabía qué decían, o simplemente se entendían entre ellos.

-¿eh?- Amelie puso sus ojos cafés en mí, intimidándome. Se sentó y comenzó a explicarme.

-¿Recuerdas qué pasó anoche? ¿o estabas borracha?- comencé a recordar.

-Solo recuerdo haber sacado otra botella de vino, e irme a dormir.

-¿Qué crees que pasó con esa botella, amor?- dijo Amelie, yo abrí los ojos impresionada.

-¿Se la tomaron? Yo ya no podía y ni siquiera tomé tanto. Ustedes son increíbles, y tienen problemas de alcohol.- me reí y Amelie volvió a acostarse.-Yo comprendo que ustedes tienen sueño, pero es domingo y el viñedo de mis abuelos cierra temprano.

-Danos 40 minutos y estaremos listos.-dijo mi amiga y asentí.

Salí de la habitación y fui a la mía, saqué la ropa que tenía en mi mochila y me metí a bañar. Hace mucho tiempo no veía a mis abuelos, a ellos no les agradaba tanto Gerard, y la mayoría de las veces que estaba en casa, él estaba conmigo. Mi abuela siempre me dijo que él parecía un poco rudo para mí, y mi abuelo le seguía la cinta a mi abuela. Lo extraño era que a Amelie comenzaba a caerle mal también.

Terminé de bañarme y me cambié, me puse un mom jean, con una sudadera blanca y mis converse altos blancos. Encima me puse mi abrigo cafe, estaba a temperaturas bajas por el invierno y no quería sufrir de frío. Dejé mi cabello suelto para que se secará, y puse un poco de maquillaje en mi rostro.

Mis padres nos acompañarían al viñedo, así que ellos estaban listos también. Con la pequeña diferencia que ellos tenían rato listos.

-¡Buenos días, mi amor!- mi mamá me abrazo, dándome un beso en la mejilla.

-Que largo tu cabello, Monique. Lo tienes igual de bonito que siempre.- la tan distinguida sonrisa de mi padre junto a sus halagos me hacían ser la hija más feliz del mundo.

-Gracias, papá.

La puerta de la habitación de huéspedes se escuchó, todos vimos a Harry que era quien recién salía y saludo amablemente.

monique, is a London boy :) h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora