monique, is a London boy :) h.s

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Sonreí dulcemente y supe que mis ojos brillaron cuando vi a Gerard sentado en una silla, en las mesas de afuera de la pastelería. Él me esperaba ahí todos los días, no faltaba un solo día, siempre almorzábamos juntos. Me acerqué a él, abrazándolo por detrás, rodeando con mis brazos su cuello y dejando que él se recostará en mi pecho.

—Hola, cariño —dijo él y yo le respondí con un beso en la mejilla.

—Hola, Gerard —él me atrajo hacía él girándose, me dio un beso corto en los labios y dejó que me sentara.

—Te extrañé estás horas sin ti.

—Yo igual, ¿quedamos está noche? —pregunté tomando un macarrón de los que había en medio de la mesa, mismos que Gerard había pedido.

—No lo creo, Moni. Estaré en una reunión tarde y además le quieren dar la bienvenida a un tipo en la empresa... créeme, que me gustaría estar contigo, incluso sería un mejor plan, pero tengo que corresponder a mi trabajo —. Su tono desanimado me convenció de que realmente quería tener planes conmigo, así que decidí ignorar el tema de nosotros.

—¿Un tipo nuevo?

—Sí. Se relaciona mucho con nuestro departamento en la empresa, viene de intercambio, es bueno en su trabajo y además es verdaderamente amable.

—Vale... haré macarrones o galletas por la noche, tal vez pueda darte unas para que le lleves a tu compañerito nuevo.

—Hablas como sí estuviera en el colegio.

—No importa, tienes que hacer amiguitos nuevos, ¿sí no quién irá a nuestra boda? —su sonrisa se borro y yo tardé en segundos en captar qué tal vez me había precipitado con mi comentario—. Oh... no quise decir... que nos vayamos a casar... solamente era una broma.

—Menuda broma.

Me quedé en silencio observando la pequeña planta que había de centro de mesa y suspiré; —Oye, Gerard... ¿tú...? —se quedó viéndome esperando mi pregunta— ¿Quieres o tienes planes de...? Ya sabes —me miro confundido.

No sabía cómo decirle la palabra "casarte".

Su teléfono vibró en el momento equivocado y él lo vio de reojo, se levantó de la silla y me pidió un momento para atender la llamada. Borré de mi mente la pregunta que estaba apunto de hacer y decidí dejar fluir todo. Uno o dos años más no eran mucha diferencia si seguían siendo de novios.

—¿De qué hablábamos, Monique? —preguntó él cuando volvió a sentarse.

—No importa, olvídalo.

—Vale... tenía algo que comentarte.

—Dime.

—Me voy a mudar de apartamento como te había comentado, quiero uno más grande —asentí, aunque en realidad no tenía idea de por qué quería un apartamento más grande, el que tenía era perfecto, y a mí me encantaba la decoración—. Mi apartamento tiene espacio suficiente para una persona y su mascota, pero quiero tener espacio para alguien más.

—¿Te refieres a tener huéspedes?

—No.

—¿Entonces?

—Quiero que vengas a vivir conmigo, Monique —me tomó por sorpresa cuando lo mencionó, no sentí emoción ni mucho menos pude decirle que "sí" en el momento que lo dijo.

—¿Por qué? —Respondí sin pensar.

—Porque hemos estado juntos mucho tiempo, y te amo demasiado como para pedirte que vengas a vivir conmigo. Quiero que nuestra relación escale un paso más.