19. Realmente interesante.

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Continué observando al muchacho durante el resto de la semana. Mayormente estaba sólo, escapaba de las personas, pero miraba atentamente a todos a su alrededor, estudiándolos con fascinación, como si fuera la primera vez en su vida que hiciera eso, como si fuera la primera vez que estuviera rodeado de tantas personas.
—¿Te gusta? —Ian se sentó a mi lado en el comedor a mitad de semana. Mis ojos fijos en el muchacho sentado fuera del lugar esperando, probablemente, su otra clase.
—No… me parece fascinante —respondí sin poder mover mis ojos de él.
Ian se había vuelto cercano a mí hacía algún tiempo atrás año. Él estaba solo y yo, luego de la confirmación de la relación de Milo con Nash, pasaba la mayor parte del tiempo alejado de ellos así que no me quejé de su cercanía.
No conocía muy bien la historia entre Ian y Nash, no había preguntado y él no lo había comentado tampoco. Pero al parecer hubo, algún tiempo atrás, un romance entre ellos que no terminó bien. Hacía unos años se habían reencontrado, lo habían intentado, pero no había funcionado. Nash lo intentó más que Ian y terminó herido cuando se enteró que Ian en realidad ya amaba a otro hombre; consecuencia de esto Nash terminó en los brazos de Milo y Milo terminó en sus brazos.
Yo no me podía quejar. Que Milo lo hubiera elegido sobre mí había sido mi culpa por no aceptar sus sentimientos a tiempo, pero eso no quitaba que doliera, incluso en ese momento, un poco cuando los veía juntos.
Por otra parte Josh, mi otro amigo, tampoco se llevaba bien con Ian. Pero eso era por otro enredo de Ian.
Nunca pregunté, pero aparentemente Ian no había sido tan bueno con los muchachos. Conmigo sí, no tenía nada de que quejarme, pero incluso él mismo a veces decía que merecía las miradas asesinas que le enviaba Milo. No es que le importara demasiado, pero sí se hacía cargo.
—Mira —dijo mostrándome su cámara. Había retomado eso de las fotos y estaba un poco obsesionado con eso ahora.
Me mostró la foto que había tomado de Gael, encogido en sí mismo, mirando a todo y a todos. Realmente parecía que estaba recién descubriendo al mundo.
—Bórrala.
—¿Por qué? —consultó sorprendido alejando su objeto de mí.
—Porque sí.
—Oh vamos, es una buena foto.
—Pero no quiero que la tengas —dije volviendo mis ojos al muchacho. Él ahora miraba su teléfono. Sinceramente no creí que tuviera uno. ¿Acaso sabía cómo funcionaba eso? —Es un caso ¿No lo crees?
—¿Disculpa? —consultó Ian apagando la cámara. Dudaba que hubiera hecho lo que le había pedido, pero preferí no preguntar, no quería pelear con él por algo así de tonto.
—Ese chico, Gael, es un caso —repetí. —Es tan extraño, no habla con nadie, siempre está mirando todo y a todos como si fueran lo más fascinante que hubiera visto nunca. Es como si viniera de algún lugar donde no tenía contacto con nadie.
—Tal vez sea Amish —dijo encogiéndose de hombros. Lo miré, no sé de qué manera, pero él sólo rodo los ojos. —Bueno, no lo sé Alex. Tú lo describes como si hubiera vivido en una cueva hasta este momento. Quizás si sea Amish después de todo.
—Quizás —suspiré volviendo mis ojos a él. No lo creía, pero tal vez Ian tenía razón.
—¿Por qué no le hablas?
—Yo lo intenté, pero él prácticamente huyó de mí.
—Dije hablar, no abordarlo —corrigió bromista ganándose un rodamiento de ojos de mi parte. Nosotros nos conocíamos hace bastante y él sabía que yo era un casanova. No es como si tuviera muchas citas, pero cuando alguien mi interesaba realmente yo apostaba todo por eso.
—Yo sólo intenté ser amable.
—¿Sí? Porque si lo estabas mirando con esos ojos como recién, como si fuera algo comestible, yo también me hubiera asustado —se rió poniéndose de pie antes de que mi mano alcanzara a darle un golpe. —Sólo trata de hablar con él. Quizás sólo necesita amigos. Como yo.
—Yo no quiero ser su amigo.
—Puedo verlo en la forma en que babeas por él —continuó bromista ignorando mi mirada. —No sabía que te gustaban así, pero supongo que no está mal.
—Supongo que no…
—Debo irme, tengo una clase ahora ¿Tomamos algo el fin de semana?
—Claro hombre —dije tirando mi mano para un saludo.
—Tú puedes invitar a esa criatura si quieres.
—Si pudiera la invitaría, pero harías el mal tercio así que…
—Sueña —se rio antes de retirarse completamente.

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