43. Estúpidamente Feliz.

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Especial Josh 1/3


Quería sentirme feliz por Alex cuando me enteré de su beca en el extranjero. En serio deseaba alegrarme por esa decisión, pero no podía. Estaba preocupado. A pesar de que él había dicho que lo había pensando mucho, yo sentía que estaba tomando una decisión demasiado apresurada, estaba pensando con el corazón y no con la cabeza.
Alex estaba pasando un mal momento. Claramente él no se volcaría al alcohol y las drogas como Tiziano, ni desaparecería como Milo o Ian, él tomaría una decisión madura como “ir a estudiar al extranjero”. Un país que no conocía, donde estaría sólo, donde no tendría ni un amigo cerca para que dejara quedar a regañadientes cuando se sintiera mal, no tendría a nadie que lo “obligara” a pasar una tarde con él cuando lo viera un poco triste. No. No me gustaba para nada la decisión.
Había dicho que lo pensó mucho, sin embargo nos comunicó la noticia en una incómoda reunión una semana antes de irse. En la reunión estábamos Nash, Milo y yo, y también había sumado a Ian. Claramente no había ninguna intención de su parte de generar incomodidad, sólo estaba marcando cuán importante era el intruso en su vida, tanto como nosotros. Ninguno de nosotros teníamos ni idea del porqué de la reunión, de hecho, ese noche Alex llegó tarde al encuentro.
—Buenas noches —saludó Ian mientras Milo, Nash y yo tomábamos asiento en la mesa que nos había indicado la camarera del lugar. Los tres lo miramos y nos miramos entre nosotros intentando entender porqué nos estaba saludando justo en ese momento. Junto en ese lugar.
—¿Qué quieres? —fue Milo quien pudo preguntar.
—Alex me pidió que los encuentre aquí, esta noche. Sólo vine porque es importante para él —dijo tomando asiento frente a nosotros. —Me adelanto que estarían todos, y sé que no les agrado, pero les pido que me soporten unos minutos.
—¿Por qué te invitaría? —continuó Milo con desdén. —¿Para molestarnos? —consultó mirando a Nash.
—No todo siempre se trata de ti Milo —respondió con desgano mirando a la camarera llegar.
—Ian es amigo de Alex, Milo —dije tomando su brazo para detener su partida y, por supuesto, la de Nash también. —Si nos citó aquí, y lo incluyó a Ian, es porque es importante.
—Como dije…
—Así que —continué de mala gana —solo lo esperaremos en silencio, oiremos lo que quiere decir y luego seguiremos nuestros caminos. ¿De acuerdo?
Ninguno respondió, pero afortunadamente todos obedecieron. Permanecimos en silencio hasta que Alex llegó. En algún momento creí que él llegaría con Gael o no sé, con alguien a quien presentaría como su pareja, para mí ese sería un motivo válido para reunirnos, pero cuando llegó solo supe que quizás no sería algo grato como aquello.
—Lamento la tardanza —dijo con clara preocupación. Tomó asiento luego de pedirle una cerveza a la camarera y nos sonrió tranquilo. —Cuánta tensión…
—Sí, así que te agradecería que fueras breve —dijo Milo de malhumor. Alex sólo rodó los ojos.
—Acepté una beca en Italia.
Al primero que miré fue a Ian. Su cara era de pura sorpresa, él tampoco lo sabía, ni siquiera lo sospechaba. Luego miré a Milo quien tenía su ceño fruncido al igual que Nash.
—¿Te vas? —consultó Ian incrédulo. Bueno, supongo que no podía culparlo, hasta donde sabía Alex era su único amigo.
—Sí. Lo pensé mucho y creo que es una buena decisión.
—¿Cuánto tiempo?
—Pues, en principio es un año pero se puede extender… depende de mi adaptación —continuó sonriéndole con tranquilidad. Ian no estaba para nada tranquilo.
—No creo que sea una buena idea —dijo Milo con seriedad.
—¿Por qué? Estoy abriendo horizontes, quiero crecer como profesional, es una oportunidad {única.
—¿Y qué hay con tu novio? —consultó Nash. Lo miré en forma de advertencia. No sabía cómo él se había enterado de aquello, pero era obvio que no se había enterado que las cosas entre Alex y Gael no estaban bien.
Alex sostuvo su mirada unos segundos y sólo la movió para tomar el trago que la camarera le había llevado.
—¿Qué hay con él? Estamos hablando de mi vida, no de la suya.
—Alex, será pesado estar lejos de él —presionó. Yo negué con mi cabeza, pero mi amigo no me vio. —Es un año. Y tú sabes que Iniestra no tiene el dinero como para
—Gael y yo terminamos —interrumpió de manera cortante. Bueno. Esa era otra noticia. Hasta donde yo sabía ellos se estaban tomando un tiempo… bueno Alex le estaba dando un tiempo.
Otra vez, Ian tampoco estaba en conocimiento de aquello, el chico estaba completamente en blanco, ni siquiera estaba pestañando.
—¿Qué? ¿Cuándo pasó eso? —consultó Milo. Alex sostuvo su mirada con gesto serio y negó con su cabeza.
—No estoy aquí para hablar de eso. Quería avisarles de mi decisión y esperaba que se pusieran felices por mí.
—¿Cuándo te vas? —interrumpí a Milo quien estaba a punto de hablar.
—En tres días.
—¿Estás jodidamente bromeando? —consultó finalmente Ian. Alex lo miró suavizando su gesto y negó con la cabeza.
Ian rodó los ojos, le dio un largo trago a su bebida, dejó dinero en la mesa y salió del lugar. Alex bajó su mirada a la mesa y la dejó allí durante largos segundos.
—Bueno, quizás debí adelantarle algo de eso —sonrió.
—¿Estás seguro de que es una buena decisión? —consulté amable. Alex estaba esperando nuestra aprobación, aunque aquello no cambiara su decisión.
—Realmente lo pensé mucho, había dicho que no antes, pero las cosas se estaban poniendo complicadas y no me estaba sintiendo bien… yo creo que un tiempo alejado de todo es lo más maduro que puedo hacer. Además me estoy enfocando en mi carrera, no debería ser algo malo enfocarme en eso ¿no? —consultó. Alex había preparado ese discurso. Se notaba. Él solía estudiar de memoria cuando algún examen era difícil y le preocupaba ponerse nervioso, yo lo sabía, y en ese momento él lo estaba.
—¿Lo sabe Gael?
—No, él y yo no estamos juntos hace un tiempo, sería ridículo que se lo contara antes que a mis amigos.
—¿Se lo dirás después? —continué. Negó con su cabeza. — Alex… creo que está bien si es lo que quieres pero
—Gael no tiene ningún interés en tener ningún tipo de relación conmigo Josh —cortó con entereza. —Decirle sería ridículo, sería como si estuviera esperando que él me detuviera —largó una carcajada —y no quiero eso. No voy a contarles lo que pasó, porque no tengo ganas, pero créanme, no serviría de nada decirle.
El silencio se sostuvo unos largos minutos hasta que fuera Nash quien tomara la palabra, pero él ya no mencionó a Gael o si la decisión era o no buena. Al contario, le preguntó como era la beca y dónde se hospedaría. Indagó sobre los detalles del trabajo y luego le deseó muchos éxitos. La cara de agradecimiento de Alex fue gigante.
Milo por su parte no habló más. Claro que él quería hacerlo, él quería preguntarle si sus padres estaban en conocimiento, pero hasta donde yo sabía las cosas con ellos estaban mal en ese momento, así que se abstuvo de hacerlo.
Yo pregunté algunas cosas también, pero de manera superficial, no sabía muy bien que decirle… yo pensaba que definitivamente era una mala idea, pero Alex era un adulto, él estaba tomando una decisión importante y debíamos apoyarlos.
La charla giró en torno a un partido de fútbol mientras comíamos algo. Nos despedimos de Nash y Milo y subimos a su vehículo.
—¿Te llevo a tu casa? —consultó amablemente. —Tengo que ir a hablar con Ian, sino te invitaría a seguir bebiendo un poco más, en teoría esa fue mi “fiesta de despedida” —bromeó.
—Ian no lo tomó muy bien —observé con cuidado.
—Sí… he pasado mucho tiempo con él últimamente. Supongo que se sintió un poco traicionado —respondió encogiéndose de hombros.
—Alex ¿Puedo decirle yo a Gael?
—No puedes… —suspiró con cansancio. —No es como si no quisiera que se entere. En serio me da lo mismo, pero no quiero decírselo como si le correspondiera saberlo. Él y yo no somos nada, lo dejó bien el claro.
—¿No vas a contarme lo que pasó?
—¿Para qué?
—Quiero saber…
Alex encendió el vehículo y lo puso en movimiento antes de volver a suspirar.
—No hay mucho que contar Josh, en serio —dijo dándome una media sonrisa. —Gael y León tiene muchos problemas que resolver… incluso si León es el malo, Gael no es mucho mejor que él.
—No entiendo —confesé. Porque lo que había hecho el hermano de Gael era imperdonable… entonces realmente no entendía cómo era que él estaba diciendo algo tan feo del chico al que, yo tenía entendido, amaba.
—Gael volvió a ponerse en contacto conmigo, y yo me sentía estúpidamente feliz. Pero luego me di cuenta que él no lo hacía porque quería verme o porque me extrañaba como yo a él… demonios, no estoy ni siquiera seguro de si él realmente me quiere o me quiso alguna vez —dijo carcajeándose con frustración. —Gael quiere demostrarle a su hermano que “cambió”, que no lo necesita, que tiene gente con él y para él. Se estaba obligando a juntarse conmigo para mostrarle a León que no es el mismo.
—¿Pero no es el mismo o sí?
—Claro que no —rió más fuerte, con ganas, con dolor. —Cuando yo lo conocí Gael hacía todo lo que hacía por él mismo. Ahora lo hace por alguien más sin importarle si está o no usando a las personas. Él no es el mismo, Gael se convirtió en alguien feo. Alguien que no me gusta. Alguien que no me hace bien. Y antes de convertirme en alguien que no le hace bien a él también, decidí alejarme, y… —carraspeó y miró al frente —Gael no me detuvo. Así que… supongo que era lo que realmente quería ¿Sabes? Como Milo. Pero él no es tan fuerte como Milo, no iba a darse cuenta del mal que se estaba haciendo.
—Deberían hablar.
—Lo hicimos. Por supuesto que lo hicimos. Después de que lo esperé casi 5 meses… yo lo esperé porque decidí hacerlo, porque pensé que me daría una oportunidad, que podríamos volver a tener lo de antes —negó firmemente con su cabeza. —Debí escucharlo la primera vez que me dijo que no quería estar conmigo, que no funcionaría porque León siempre estaría en el medio. Es mi culpa estar como estoy…
—Amigo —suspiré apretando su pierna. No sabía que la estaba pasando tan mal. —Pero
—Creo que un “Te apoyo en esta decisión”, me serviría más que cualquier “pero”…
Lo observé unos segundos y asentí. Tenía razón. Dijera lo que dijera no aliviaría su dolor ni cambiaría las cosas, apoyarlo, en cambio, haría que para él fuera más liviano.

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