33. Valiente.

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La puerta no tardó demasiado en abrirse. Ni siquiera me gasté en mirar quién era, no porque supiera, sino porque no me importaba.

—No pensé que supieras fumar —Ignacio se sentó a mi lado y prendió él mismo un cigarrillo. Me alejé un poco cuando sentí que estábamos demasiado cerca y di una larga calada. —¿Está bien? —asentí. —Me alegro. ¿Fue Nano muy intenso?

—Tú seguramente escuchaste todo así que...

—Aunque no lo creas, sólo oí el final. Me gustaron tus respuestas, pero supongo que hubo mucha intensidad por parte de él antes —me encogí de hombros. —Mira, tú... tú puedes hablar conmigo si quieres. Sabes que puedes confiar en mí.

—Lo sé —dije relajándome un poco. Ignacio tenía razón, él era quizás la única persona que se había dado cuenta de cómo eran las cosas con mi gemelo. Suspiré y le di unas caladas a mi cigarrillo antes de decir algo más. —Alex y yo terminamos.

—Sí, podía suponer eso. ¿Pudiste hablar con él?

—Sí —dije con cansancio. —Pero terminé diciendo cosas groseras, y él se enojó y cortó el teléfono. Lo entiendo, sólo me gustaría que él me entendiera a mí.

—Bueno, deberían hablar cara a cara.

—Sí, Alex dice lo mismo —me apoyé contra su cuerpo y dejé caer mi cabeza en su hombro. No iba a llorar. Por supuesto que no iba a llorar. —Él quería venir aquí para hablar conmigo —dije largando una pesada carcajada. —Aquí ¿Entiendes? Está loco.

—No, yo creo que está realmente enamorado —aseguró con cuidado. Sostuve el aire unos segundos y lo largué suavemente.

—No importa ya.

—¿Por qué?

—Porque León nunca lo aceptará. Él ya se metió con Alex, no será ni siquiera un reto la próxima vez... no puedo hacerle eso a Alex y mucho menos a mí —dije encogiéndome de hombros. Tiré la colilla lejos y simplemente miré cómo poco a poco se fue apagando. —Yo intenté ser valiente, pero no fue lo mío.

—Yo no puedo creer que vayas a darte por vencido tan fácil.

—Sí con Alex —dije escondiéndome más en su hombro mientras recordaba cómo Alex había dicho que yo realmente estaba hambriento de contacto. De cómo había veces que los amigos se abrazaban. —Porque con él duele y seguirá doliendo si pasa otra vez.

—Duele y dolerá porque tú lo amas Gael, no sería así si no lo hicieras —aseguró pasando su brazo por encima de sus hombros para acercarme a él. —No deberías darte por vencido tan fácil... no somos inmune al amor ¿Sabes? Entonces luego vendrá otra persona y no podrás evitarlo y verás lo feliz que puedes ser al sentirte amado, pero no sé, yo me imagino que te preguntarás ¿Qué hubiera pasado si lo hubieras intentado un poco más con Alex? ¿Qué hubiera pasado si no fueras tan cobarde?

Respiré profundamente y mordí con fuerza mi labio inferior.

—¿No tienes miedo de arrepentirte luego? ¿No has pensado en eso?

—He estado pensado que no quiero sufrir así otra vez. Y en serio... Alex no se merece esto a pesar de lo que hizo —me escondí más en su hombro mientras sentía mi rostro sonrojarse como en días no se sentía. —Ellos se acostaron Ignacio, yo nunca voy a sacarme eso de la cabeza. Nunca voy a olvidar cómo se besaban y cómo encajaban tan bien juntos, incluso mejor que conmigo... nunca voy a dejar de compararme con León, aunque lo intentemos y no voy a poder dejar de pensar en que él se volverá a meter entre nosotros —guardé silencio unos minutos para intentar reprimir esas imágenes. —Yo aún no entiendo cómo no se dio cuenta, cómo le dijo que era feliz a él... cómo le dijo te amo luego de que León le dijera que iban a tener sexo. Yo... yo nunca lo hubiera dicho así —largué el aire contenido. —No... nosotros no lo haríamos bien una vez más, no creo que me arrepienta luego. Sólo nos haríamos sufrir... tú no me conoces enojado, no sabes cómo puedo dañarlo.

MIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora