Era un estúpido. Lo sé y lo lamento. Sabía que Gael no estaría con alguien más que conmigo, sabía que estaba mintiendo para generar algo en mí, pero de todas maneras creí todo lo que dijo y terminé teniendo el tipo de sexo que practicaba con un desconocido y no con el sujeto que amaba, muy a mi pesar. Había arruinado su primera vez y no era algo que yo podría perdonarme, aunque a él parecía no molestarle.
También había sido un estúpido al creer que él no estaba sufriendo, pero entonces, al verlo desarmado en lágrimas diciéndome que no podía más, que había tocado fondo, que estaba terminando todo porque no podía aguantarlo, entendí que él no estaba siendo indiferente como antes, Gael estaba sufriendo más de lo que se merecía.
Habíamos atravesada meses de malentendidos, idas y venidas, pero había algo que ambos sabíamos y lo sabíamos muy bien. Nos amábamos. Estábamos enamorados, y nada, ni nadie iba a cambiar eso. Pero si queríamos hacerlo bien, teníamos que cambiar nosotros, nuestras actitudes y a aprender a hablar más... mucho más, aunque no pareciera necesario.
Lo quería, en mi vida, no quería ni podía imaginarme con alguien más, y ni hablar de imaginarlo a él con otra persona... simplemente inconcebible. Entonces supe que teníamos que dejar los "pero" de lado y continuar en dónde lo habíamos dejado la noche que León había arruinado todo. Él se había movido, había dejado atrás a sus hermanos y a sus padres, aunque no quisiera hablar mucho sobre eso, no por lo menos en por el momento.
Sí hablamos de Marco e incluso lo invité a almorzar con nosotros para que la presentación fuera más formal que la que habían tenido la noche anterior. Gael se quejó y dijo que no quería hacerle eso al tipo con el que había estado durmiendo los últimos meses, pero yo creía que era lo mejor.
Los presenté y Marco, con su actitud avasalladora, le mostró un poco de lo que yo le había dicho: no había nada más que una amistad entre nosotros. Gael pareció un poco más tranquilo.
Marco le aseguró que no estaría mucho más conmigo, y recalcó que estaba durmiendo en el sofá, de todas maneras, yo le susurré, cuando Marco fue por una ducha, que me quedaría con en su casa si eso lo dejaba tranquilo. No es que me molestara dormir y despertar a su lado.
Parecía casi irreal estar en buenos términos con él, estar cómo habíamos estado antes de la intromisión de su hermano.
—Abril está viviendo con su amiga, Lucy —dijo ese sábado por la tarde mientras cocinábamos la cena. —Ella vino a vivir con León, pero tú sabes, no lo soportó bastante.
—Ella soportó menos que tú.
—Es porque es más fuerte —dijo encogiéndose de hombros. Besé su mejilla asegurándole que él también era fuerte y sólo sonrió condescendiente. —No me gusta la otra niña, pero sé que lo hará bien.
—¿Niña? —me reí. —Ambas deben tener dos años menos que tú, nada más.
Pareció pensarlo unos minutos y asintió. Además él sabía que Abril podía manejar cualquier situación.
—¿Qué no te gusta de ella?
—No lo sé... ella tuvo algunos problemas en la escuela a la que íbamos. Una vez golpeó a un profesor.
—¿Realmente?
—Abril y ella no se llevaban bien en ese momento, pero Abril dijo que estuvo bien. Que la haya golpeado estuvo bien... pero un profesor —alzó las cejas y suspiró. —En fin, me sorprende que sean amigas, sólo espero que no sea una mala influencia.
—Esperemos que no, pero para eso debemos estar en contacto ¿No? —asintió en acuerdo y yo me sentí feliz de poder volver a hablar de "nosotros". Había realmente extrañado eso.
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MIO
Ficção AdolescenteEs fácil acostumbrarse a no esperar nada, a no querer nada, a dejar que las cosas simplemente pasen. Lo difícil es querer, esperar y luchar por algo... o alguien.