15. Boalá.

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Nano estaba sentando en la mesa con una cerveza entre sus manos. Tenía un cenicero frente a él y un cigarrillo encendido. No me gustaba que fumaran dentro de la casa, León lo sabía, pero él no le había dicho nada a pesar de estar en la misma habitación.

Saludé apenas mirándolos y me moví para dejar ingresar a Alex.

Nano se reincorporó de inmediato, quizás él realmente no creía que se presentaría frente a él. León, en cambio, entornó los ojos con aburrimiento.

-Buenas tardes -dijo Alex acercándose a mis hermanos para tenderle su mano primero a uno y luego al otro. León le sonrió y Nano le dio una descarada inspección. -Dijo Gael que querías hablar conmigo.

-¿Cuáles son tus intenciones con mi hermano? -soltó directo y amenazante.

-Nano -advertí demasiado bajo para mi gusto.

Alex tomó asiento sin ser invitado y prendió un cigarrillo también. Me observó y me invitó a sentarme a su lado. Arrastré un pequeño banco y lo hice.

-Conozco a Gael desde que ingresó a la facultad. Nos volvimos cercanos y hace más o menos ¿Un mes? -consultó. Me encogí de hombros escapando de sus ojos. -Comenzamos a salir. Me gusta y quiero estar con él. ¿Eso responde tu pregunta?

-Tú tienes casi diez años más que él -continuó Nano.

-Son siete años en realidad, el problema de eso sería... -continuó amable. Tenía una sonrisa forzada en sus labios, pero era difícil darse cuenta que no era natural, yo sabía de sus sonrisas y no parecía para nada relajada.

-Gael es un niño.

-Yo no lo veo como a un niño -dijo encogiéndose de hombros. -Tiene sus momentos, tú sabes, pero me parece bastante maduro.

-Gael no tiene ninguna experiencia en nada.

-Bueno, de eso yo no soy el culpable ¿O sí? -se giró y me observó, pero no pude verlo a los ojos. -Gael es bastante inteligente para elegir con quién sí y con quién no estar ¿O no Gael?

-Lo soy.

-Yo pienso que está confundido y que tú te estás

-Yo quiero a tu hermano -lo interrumpió con seriedad y enojo. Aplastó la colilla en el cenicero y lo miró directo a los ojos. -Me gusta, lo quiero y nunca haría nada en contra de su voluntad. Creo que no es muy amable de tu parte que lo subestimes tanto. Deberías aprender a escucharlo un poco

-Yo lo escucho.

-¿Sí? -se extrañó con inocencia. -Desde que ingresamos aquí no les has dirigido la palabra, has hecho como si él no estuviera presente.

Nano suspiró con frustración y me miró.

-¿Te gusta este sujeto? -escupió con enojo.

-Sí.

-¿Tú eres gay?

-No lo sé.

-¿Quieres estar con él?

-Sí.

-No me gusta. Es más grande y tú eres fácilmente manipulable.

-Hablando de escuchar -Alex se puso de pie y lo miré espantado. ¿Él no iba a dejarme no? Me sonrío con calma. -¿Vamos?

-¿A dónde van?

Me puse de pie y esperé que Alex respondiera por mí, pero no lo hizo. Solo me observó invitándome a seguir.

-Dejé mis cosas en su casa -dije observando a Nano que tenía una mirada seria y enojada. -Voy a ir por ellas y me quedaré a dormir.

-Tú tienes que volver -dijo esta vez León.

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