The kid is coming

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- Lu sólo un esfuerzo más, vamos amor -le animaba Valerio mientras sostenía su mano- 

- Val te lo juro que no puedo más, no puedo -Lu comenzaba a descontrolarse, ya eran demasiadas las horas de trabajo de parto y estaba agotada- 

- Lucrecia -dijo uno de los médicos con seriedad- Si no cooperas será perjudicial para el bebé, llevas muchísimo tiempo pujando. 

Lucrecia recordó que no fue así con Emilia, el parto fue rápido y maravilloso, Nadia estaba allí, entre la dilatación y el nacer la niña fueron 6 horas o un poco más. Lucrecia sentía que algo no marchaba bien, ya tenía casi 20 horas de trabajo de parto con su bebé sin contar las largas dos horas pujando sin resultados. 

- Val te lo juro que algo anda mal -dijo llorando mientras veía al rizado a los ojos- Nadia, Nadia está afuera ella te lo puede decir con Emi todo fue muy rápido. 

- Lucrecia basta, debes pujar. Tenemos que sacar a ese bebé ya mismo -prácticamente le gritó el doctor, Valerio lejos de defenderla sólo apoyó lo que dijo el hombre- 

La mirada del médico hacía que Lu tuviese escalofríos, los ojos azules y su mirada penetrante le causaban desconfianza. No entendía porque no estaba su médico tratante. Ella estaba pagando una costosa clínica para que su bebé estuviera bien y para que su médico de confianza lo recibiera. Lu ni siquiera recordaba como había llegado, antes de las dolorosas 20 horas tenía sólo vagos recuerdos. 

Con lágrimas en los ojos siguió pujando casi hasta quedarse sin aire, tragando sus propios gritos y casi al punto de desvanecerse. 

- Listo lo tenemos -escuchó a una voz ronca- 

- Val, el bebé ¿está bien el bebé? -pudo preguntar con los ojos casi cerrándoseles solos- No, no lo escucho llorar Val. 

 Valerio se alejó de ella sin respuesta. 

- ¿A donde vas Valerio? -abrió lo más que pudo los ojos, el cansancio la estaba consumiendo- ¿Dónde está mi bebé?, necesito escucharlo Val. 

Al borde de la desesperación y con las pocas fuerzas que le quedaba Lucrecia se pudo incorporar un poco y ver a Valerio cerca de la mesa donde tenían al bebé rodeado de médicos y enfermeras. 

- Lucrecia, estás muy cansada debes dormir -el cabello oscuro del doctor era lo poco que podía ver- Esto te hará descansar. 

El hombre hizo contacto visual con ella, sus ojos azules helaron su piel. Con una inyectadora en la mano tomó el brazo de Lucrecia y pasó un frío líquido. 

- ¡No quiero, no quiero! -dijo como pudo- Mi ... beb... 

La morena no terminó la frase, se quedó dormida profundamente. 

No sabía cuanto tiempo había pasado pero se despertó en la habitación de la clínica, no sabía si era de día o de noche sólo escuchaba la tormenta que estaba azotando, el ruido de los árboles chocando con las ventanas del tercer piso amenazaban con romper los cristales de la habitación donde se encontraba Lu. 

La mexicana abrió los ojos y vio a su alrededor, sus amigos se encontraban allí. Valerio estaba a su lado, su pequeña hija sostenía un oso de peluche la chica infirió que era para el bebé. Buscó a los lados pero por ninguna parte vio la pequeña cuna de cristal donde suelen colocar a los bebés al lado de sus madres. 

- Val -Lucrecia se incorporó como pudo- ¿Dónde está nuestro bebé? ¿Fue niño o niña?

Valerio no respondía. 

Nadia, Guzmán, Carla, Samuel, Omar y Ander se acercaron a la cama. La niña se acercó un poco pero se escondió detrás de su padre, había poca claridad. 

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora