NO

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- Aquí estoy mi amor, estoy contigo -Valerio tomó ambas manos de Lucrecia entre las suyas y las besó- 

- Todo listo -escucharon hablar al médico- 

- Val -Lucrecia comenzó a llorar- No puedo, te lo juro que no puedo. 

Valerio quedó en blanco mirando a Lucrecia a los ojos. 

- Val que no quiero -Lucrecia lloraba desconsoladamente- Haz que pare por favor, te lo pido, no quiero hacer esto. Es nuestro bebé -Lu estaba comenzando a hiperventilar, Valerio salió de su trance- 

- ¡Doctor! -gritó Valerio- pare por favor. 

El médico estaba a punto de comenzar el procedimiento. 

- ¿Qué sucede? -preguntó el doctor confundido, la enfermera se quedó mirándolos- 

- No podemos hacerlo, lo siento -contestó Valerio, Lucrecia no soltaba su mano y seguía llorando- 

- Ya colocamos la anestesia, estuvimos a punto de dilatar el cuello del útero para introducir la succión y vosotros me venís a decir esto hasta ahora ¿sois unos críos o qué? Esto es un procedimiento a conciencia, tenéis que estar seguros antes de hacerlo ¿lo habéis hablado antes? -preguntó el doctor bastante irritado, la pareja se quedó callada- ¿sabéis lo que hubiera pasado si se arrepentían un minuto más tarde? ya no habría marcha atrás, vuestro hijo no estaría. 

- Lo sé, lo sé. Lo siento pero ella no quiere, no queremos -respondió torpemente el rizado- 

- Vamos a dejaros solos un rato para que piensen bien las cosas, no por mucho. Si decidís algo más, no debe ser pasada una hora, debemos aprovechar el efecto de la anestesia -el doctor inhaló profundo y salió del quirófano- 

- Perdón -Lucrecia se incorporó llorando, Valerio se sentó a su lado y la abrazó- 

- No, no bonita -besó su coronilla- No tienes que pedirme perdón, sino quieres hacerlo no lo haremos. 

- ¿Tu qué quieres Val? -Lu lo miró a los ojos- 

- Siempre voy a quererte a ti y todo lo que provenga de ti -con su mano acarició tiernamente el vientre de la chica- amaré a este bebé y siempre estaré a su lado. 

- Val -la voz de Lucrecia se quebró- ¿Y si algo sale mal estás listo para enfrentarlo? 

- Siempre lo estaré, por ti siempre lo estaré. Pero nada saldrá mal, nuestro bebé estará completamente sano -el chico no dejaba de acariciar el vientre de la mexicana- y jugará con Emilia, lo amaremos y disfrutaremos toda la vida. 

Valerio tomó a Lu y la invitó a ponerse de pie, esta lo hizo como pudo por la sensación de la anestesia local. El se arrodilló frente a ella quedando su cabeza justo en su vientre. Lo acarició sobre la bata quirúrgica, para luego besarlo tiernamente. 

- Serás un bebé muy sano, tienes que prometernos eso a mamá y a mi. Emi, tu hermanita. Mamá y papá te van a esperar con todo el amor del mundo y te van a amar siempre. -Lu acariciaba el cabello de Val con una mano y con otra tocaba su vientre- Perdónanos hijo, jamás quisimos no tenerte, pero no soportamos el hecho de pensar que te podemos perder cuando te tengamos en nuestros brazos, así que por favor tienes que crecer sano allí adentro. 

Ante las palabras de Valerio la mexicana sólo pudo llorar, no podía creer que hacía unos minutos estaba a punto de perder lo que justo en ese momento estaba viviendo. El mundo podía decir lo que quisiera pero ella sabía que no podía tener un hombre más maravilloso a su lado y menos un mejor padre para sus hijos. 

Valerio se incorporó y besó los labios de la chica. 

- Siempre voy a estar contigo bonita, pase lo que pase siempre estaré a tu lado.

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora