Luego de un vuelo bastante tranquilo los Montesinos y los Nunier estaban en suelo neoyorkino. Durante el vuelo Lu había tenido náuseas, Nadia por suerte no. Aunque Lucrecia estaba acostumbrada a viajar las alturas siempre habían sido su debilidad y con un embarazo en curso aún más.
Ambas familias habían decidido cenar juntos en el pent-house de Lucrecia, justo estaba anocheciendo cuando llegaron, la vista desde aquel ventanal era maravillosa. El piso de parquet blanco, muebles de una paleta oscura y diseño minimalista le daba al sitio un toque refinado, el toque de Lucrecia Montesinos.
Al llegar Emilia fue a su habitación, sus padres le habían pedido que se lavara las manos y la cara antes de cenar, habían pedido comida apenas se bajaron del avión, tanto Nadia como Lucrecia tenían bastante hambre, cosas del embarazo.
Después de la cena los Nunier se despidieron para dejar a la pareja con su hija, como siempre la acostaron juntos con un beso en la frente y diciéndole cuanto la amaban, apagaron la luz y salieron a su habitación.
- ¿No has pensado en lo que será estar en casa con dos niños pequeños? -preguntó Valerio con una sonrisa en su rostro-
- Todas las noches lo pienso -Lucrecia acarició la mejilla de Valerio y depositó un suave besos en sus labios-
- No veo la hora en decirle a Emi, que los tres compremos la ropita, diseñemos su habitación y armemos todo lo necesario -Valerio besó el vientre de Lu- Necesitamos un carrito para el bebé, la cuna Lu ¡Oh por Dios no tenemos nada!
- Amor cálmate ¿si? -dijo Lu riendo- Dijimos que íbamos a tomar las cosas con calma -esta vez su tono cambió entre preocupación y tristeza-
- Todo va a estar bien bonita -inmediatamente el chileno la tomó en sus brazos- Hasta ahora todo está bien y todo seguirá así.
Lu se aferró como siempre a Valerio, ambos se metieron a la cama y se fundieron en un beso, primero tierno y luego con más necesidad, subiendo así de tono.
- Hace unos minutos estabas triste -Valerio mordió el lóbulo de la oreja de la mexicana-
- ¡Cállate ya! -prácticamente gritó a su oído en voz baja- Y sigue, entiende que las hormonas del embarazo me tienen así -esta vez mordió sus labios y colocó su mano en el entrepiernas del chileno este dejó que ella siguiera con lo suyo mientras besaba su cuello dándole placer-
Los pequeños gemidos comenzaron a inundar la habitación cuando sus centros de unieron. Valerio iba en un compás lento que hacía que Lucrecia disfrutara cada momento más enterrando sus uñas en la espalda del rizado para llegar juntos al clímax y tumbarse en la cama, Lu en el pecho de Val acariciando sus marcados pectorales.
- ¿Estás bien? -preguntó Valerio acariciando el cabello de Lucrecia-
- Contigo siempre lo estoy -esta le sonrió plenamente- Pero debemos dormir, a partir de mañana te tocará una vida de padre responsable, preparar a tu hija para ir al colegio y llevarla. ¿Quién lo diría? Valerio Montesinos una persona responsable -Lu carcajeó-
- ¿Ah si? -Valerio se puso sobre ella, Lu se mordió el labio-
Sin embargo el rizado no le daría lo que ella esperaba sino que comenzó a hacerle cosquillas.
- Val, val, val -repetía Lucrecia entre risas- Para ya, se despertará Emilia.
Sólo por esa petición Valerio paró para tumbarse nuevamente en la cama y entre risas y pequeños besos quedarse dormidos.
El despertador les indicó que era momento de levantarse, pero había dormido sólo un par de horas por lo que Valerio le dijo a Lu que se quedara descansando, debía hacerlo por el bebé.
- Siempre despierto a Emi -refutó la morena-
- Ella entenderá mi amor -este besó su coronilla y salió de la habitación-
- Buenos días princesa -se acercó a su hija y suavemente besó su frente, la niña despertó-
- Buenos días papi -la pequeña abrió sus brazos para abrazarlo, Valerio le correspondió el abrazó y la cargó hasta el baño-
- ¿Y mamá? -preguntó mientras tomaba su cepillo de dientes-
- Está descansando un poco más mi vida, pero desayunará con nosotros -aseguró-
Valerio terminó de ayudar a su hija y mientras esta arreglaba los libros en su mochila, el preparaba el desayuno.
- Huele delicioso -Lucrecia se dirigió a Valerio para darle un beso- Voy por Emi, se les hace tarde.
Lu caminó al corredor pero se devolvió y abrazó por la espalda a Valerio dejando un pequeño beso en su espalda.
- Eres el mejor, en serio - Valerio se volteó y besó sus labios-
Lu caminó hasta el cuarto de la pequeña que venía saliendo de su habitación con su mochila en la espalda.
- ¡Mami! -la niña abrazó a Lucrecia-
- Buenos días mi amor, que linda estas -le dio un beso en la coronilla- Papá te dejó hermosa.
La pequeña asintió con la cabeza y tomó a su madre de la mano para dirigirse al comedor donde su padre las esperaba con el desayuno servido.
- A alimentarse mis princesa -dijo Valerio animándolas a sentarse a la mesa para comer-
Después del desayuno Emilia y Valerio se despidieron de Lucrecia quien se arreglaría para ir a la oficina, mientras su hija estaba en el colegio y Valerio atendiendo los negocios que estaban por concretarse. En la noche tendrían una cena con Guzmán y Nadia para comenzar a realizar el papeleo para el cambio de apellido de Emilia y por supuesto para la pronta boda de la pareja.
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Todo lo prohibido (TERMINADA)
FanfictionLucrecia Montesinos la ha pasado realmente mal después de la muerte de Polo, su sostén y consuelo más grande ha sido su medio hermano Valerio. Ambos luchan constantemente entre la pasión desbordante y su historia prohibida.