Negación. Parte I

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- Hola pequeña, yo me llamo Valerio ¿y tú? -preguntó el chico poniéndose a la altura de la niña-

Ella tímidamente salió detrás de su mamá, pero antes de poder responder su madre lo hizo por ella.

- Mi amor anda con tu tío, debemos buscar a papá para irnos, yo tengo que hablar con el señor -respondió haciendo referencia a Valerio-

- Adiós Valerio -dijo la pequeña agitando su mano-

- Chao hermosa, espero verte pronto -le sonrió a la niña y ella hizo lo mismo-

El corazón de Lucrecia estaba a punto de estallar de lo rápido que latía, las manos le sudaban frío, quería salir corriendo de allí. 

- Con permiso -dijo seca tratando de caminar hacia la salida- 

- No vas a ir a ninguna parte hasta que hablemos Lucrecia -dijo Valerio jalándola por el brazo y deteniéndola en seco- 

- Me estas lastimando, Valerio -replicó Lu tratando de soltarse- 

- Veo que estas muy feliz con familia y demás -reclamó- Y yo en estos putos casi 8 años me siento una puta mierda, no he tenido una sola relación estable, no he logrado sacarme de la cabeza que te destrocé dos veces la vida, una embarazándote y otra haciéndote enojar al punto de que pasó lo que pasó. Y te encuentro después de todo este tiempo feliz y con una vida hecha. ¿te ama al menos? porque yo no he dejado de amarte un puto minuto, sigues siendo esa mosca en mi cabeza que no deja de darme vueltas, jamás nadie te ha podido ni te podrá hacer sombra. 

- Valerio basta -pidió Lucrecia con cara de enojo pero sus ojos a punto de soltar las primeras lágrimas- 

- No, nada de basta -respondió alterado- dime que te ama y te dejo en paz, dime que le amas y vuelvo a desaparecer de tu vida como en todo este tiempo que no me cogías las llamadas ni respondías los mensajes. Casi 8 años Lucrecia, cargando con toda esta culpa y tu feliz. 

- ¿Y qué querías Valerio?, si seguía tan mal como iba me terminaría matando -una lágrima corrió por su mejilla- 

La discusión se desarrollaba en la puerta de la oficina, Valerio la jaló para entrar y cerrar la puerta, no pretendía dejar las cosas así. 

- ¿Pero que haces?, suéltame y déjame salir -dijo soltándose de un tirón del agarre- 

- Que me digas que le amas y que jamás en todo este tiempo me has pensado, me has deseado, me has extrañado -dijo el chico acercándose a escasos centímetros de ella- 

- Valerio ... por favor no hagas esto más difícil, tengo una familia -respondió con la voz entrecortada- 

- Respóndeme Lucrecia -exigió con una cercanía peligrosa a los labios de la chica- 

Sus respiraciones rozaban levemente, al igual que sus cuerpos, ambos sentían una tensión que más que alejarlos los atraía más, ninguno de los dos había dejado de amar al otro. 

Lu finalmente rompió lo poco de distancia que quedaba entre ellos alejándose y dándose la vuelta. 

- Valerio, tengo una familia. Respeta eso por favor, lo nuestro ya fue -su tono era exigente- 

- ¿Quién es tu esposo? -exigió saber el chileno- 

Lu sabía que podía seguir guardando su secreto si el no sabía que su esposo era el chico que conocía el chileno, aquel que se presentó en la discoteca la noche de año nuevo. Después de todo el no era el único hombre de tez clara y cabello rizado en el mundo. Pero si se daba cuenta de la nula similitud entre la niña y su esposo comenzaría a atar cabos sueltos. 

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora