Nadie sabe

829 56 9
                                    

La discoteca que había escogido Lucrecia para pasar la víspera de año nuevo era muy al estilo que estaban acostumbrados, con un reservado que había cancelado el chileno. Una botella de champagne no podía faltar, aunque sabían debían ahorrar aquella noche se permitieron algunos lujos como en los viejos tiempos. 

Las luces eran un violeta fuerte con algunos destellos de colores  que cambiaban, la música hacía de la noche bastante amena, ambos bailaban juntos y entre canción y canción aprovechaban para juguetear dándose pequeños besos. Lucrecia siempre amó los rizos de Valerio y en todo momento pasaba su mano por ellos, el jugaba con los labios de la morena que siempre habían sido su debilidad. 

- Val tengo que ir al tocador -dijo la chica mientras se dirigían a su reservado- 

- Vale, te espero en el reservado.

Ella asintió, fue al tocador y antes de salir se retocó el labial y un poco el maquillaje. 

- Lu -escuchó entre la música- ¿Cómo estás? pensé que estarías en Madrid. 

- Santi -dijo efusiva la mexicana dándole un beso en la mejilla al rubio- 

- Que sorpresa encontrarte aquí, jamás habías aceptado venir a la disco conmigo ¿estas con Nadia? -preguntó el chico- 

- No, no vine con Nadia - respondió- 

Fue interrumpida antes de seguir hablando. 

- Ven entonces conmigo -la interceptó el chico antes de poder segur hablando- Estoy con Lucas, Pablo y Marcos. También hay algunas chicas de la universidad. 

- Es que ... -otra vez Santiago la interrumpió- 

- Lu hoy no acepto un no como respuesta -dijo el chico tomándola de la mano para llevársela hasta su reservado- 

Santiago y Lucrecia se habían conocido en la clase de economía internacional, el siempre mostró interés en la morena. La invitaba a salir, a fiestas, a estudiar incluso pero ella siempre tenía la excusa perfecta. Lucrecia tenía algo de miedo de que todos se enteraran de su relación con Valerio, por lo que mientras Valerio decía que estaba con alguien aunque no la nombraba a ella, Lucrecia se hacía pasar por soltera. La chica al ser bastante atractiva tenía a muchos detrás de ella pero ella por supuesto se negaba a estar con alguno, ni siquiera a aceptar invitaciones porque sabía que eso sería como serle infiel a Valerio, aunque no pasara de una cena o una salida. Muchos habían notado el anillo que tenía en su mano, sin embargo no le había prestado atención por lo joven que ella era y asumieron que simplemente le gustaba, además el diamante rosado no les indicaba un compromiso, pero ella y Valerio sabían todo lo que significaba. 

- Es que me están esperando -logró decir mientras iba caminando- 

- Tranquila dile a tus amigas que se vengan con nosotros -respondió el rubio- 

Pero antes de que la conversación siguiera Lu pudo ver a Valerio a lo lejos, que se acercaba a ella viendo la escena, ella lo miró con cara de suplica, el supo que tenía que sacarle de encima al chico de ojos verdes. 

- Hola bombón, te estabas tardando -dijo Valerio sujetándola por la cintura- 

En ese momento Santiago soltó a la chica. 

- ¿Y tu eres? -preguntó el rubio en tono celoso- 

Lucrecia tenía la intensión de presentarlos pero Valerio lo hizo sólo. 

- Yo soy el prometido de esta hermosa mujer -respondió airoso besando la mano donde Lucrecia tenía el anillo- 

- Lu no sabía que estabas comprometida -respondió el chico- 

Valerio se sorprendió un poco pero intentó mantenerse entero. 

- Si Santi, nos comprometimos antes de venirme a New York. El es Valerio - Ambos se dieron la mano- 

- Me tenía preocupado amor, te estabas tardando mucho -dijo el chileno- 

- Perdona amor, me entretuve hablando con Santiago que me estaba invitando a su reservado. 

- Tranquilo Santiago, tenemos el nuestro y la estamos pasando de puta madre -respondió cortante el chileno, en su tono se notaba que estaba marcando bien su territorio- 

- Pasenla bien, y feliz año -dijo el rubio mientras se marchaba- Nos vemos Lu -dándole un beso a la chica en la mejilla- 

Lucrecia le correspondió y Valerio le dio una sonrisa falsa. 

Camino al reservado no pronunciaron palabras, Valerio no podía creer que nadie sabía de su relación o al menos eso se imaginaba. 

- Lucrecia -dijo serio el chileno mientras se sentaban- ¿alguien aquí sabe de nuestra relación?  o ¿nadie sabe de lo nuestro?

Lu bajó la mirada. 

- Nadie te conoce aquí Lucrecia, no hay razones para mentir. Porque así como Santi -dijo irritado- imagino que hay muchos otros chicos. 

- Si Valerio pero a ninguno le he aceptado salidas ni nada por el estilo -dijo la chica también en tono chocante- 

- Lucrecia, cuando te pedí matrimonio fue algo serio. Al menos para mi, yo estoy esforzándome al máximo por ti y por nuestra relación. Y al menos quiero que se sepa que estamos juntos, no que te hagas la soltera toda la vida, esto no es un puto juego de niños Lucrecia, ya no somos unos críos -dijo enojado el chileno- 

- Val - ella tomó su cara entre sus manos y dejó un pequeño beso- tienes razón y esto para mi es algo serio, no dejé que papá me desheredara por una tontería y se que estás dando lo mejor de ti, pero entiéndeme también, no es fácil que todo el mundo sepa que tengo una relación con mi medio hermano. 

- ¿Acaso todos tienen que saber eso? igual y en Madrid pero aquí eres Lucrecia y yo soy Valerio y ya, aquí puedes ser más libre que en cualquier otro sitio -reclamó el chileno- 

- Lo sé Val, obviamente no voy a decir "si estoy comprometida con mi medio hermano", sólo diré comprometida con el mejor hombre del mundo y ya -dijo la chica haciéndole ojitos al pelinegro- pero todo esto es nuevo para mi Valerio, dame chance ¿si?. 

El como siempre no se resistió a la mirada de su princesa y asintió. 

- No estés enojado amor -Lucrecia hizo un puchero al cual Valerio no pudo resistirse y sin querer se rió-

En ese momento anunciaron que estaba entrando el año nuevo.

Todas la parejas se besaban y los amigos se abrazaban. 

- Quiero pasar no sólo este año de mi vida contigo, sino todos -dijo la chica deseándole un feliz año al chileno- 

El le dio un apasionado beso. 

- Amo tus celos y como marcas territorio -dijo en el oído del chico, no sabes como me pone- 

Valerio soltó una pequeña risa. Lucrecia se mordió el labio. 

Ella lo guió hasta los baños de la disco, y mientras todos estaban bailando para celebrar el año nuevo ella estaba disfrutando de algo que siempre le había gustado, hacer el amor en lugares públicos. 

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora