Contigo

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Los días siguientes Valerio permaneció al lado de Lucrecia. Muy poco fue lo que durmió aunque sabía que la chica no despertaría por los efectos de los sedantes.

El día en que Lucrecia despertó Valerio creía que se le iba a explotar el corazón de felicidad.

-Lu -Pronuncio mientras le daba un beso en la frente a su medio hermana-

Lucrecia no entendía lo que había sucedido, sintió ganas de vomitar al sentir el tubo que la alimentaba pasando por su esófago.

- ¿Qué hago aquí? -pregunto la mexicana confundida-

Valerio le explicó lo que estaba sucediendo, Lucrecia estaba muerta de la vergüenza por lo que le había sucedido. Sin embargo, Valerio le hizo entender que no había sido su culpa y que ante cualquier circunstancia el estaría a su lado.

- ¿Cuánto tiempo más tendré este tubo? -pregunto la mexicana algo incómoda-

Valerio en vez de explicarle llamó al doctor para que le dirá indicaciones a la chica. Ella las entendió y acato aunque no gustaban mucho la idea de tener que pasar más tiempo en el hospital y menos conectada a tantos cables y tubos.

Pasaron los días mientras la chica se recuperaba, algunos de sus amigos hicieron de sus días mejores y sin duda alguna Valerio era quién más la ayudaba en este proceso.

La chica estaba recibiendo terapia pero obviamente su psicóloga no sabía el trasfondo de su depresión, ansiedad y ataques de pánico.

El tubo fue retirado y poco a poco comenzó a alimentarse por si sola.

- Sólo un poco más bonita -le decía Valerio cuando con devoción le daba el consomé en la boca-

-Val te juro que no puedo más -Lucrecia a punto de vomitar-

Valerio sin embargo seguía insistiendo pues el doctor había sido muy específico en cuanto a las cantidades de comida que debería consumir la morena.

-Solo dos más y ya Lu, hazlo por mí -Valerio puso carita de perrito triste mientras le daba un tierno beso en los labios a Lucrecia-

Esos días los habían acercado más que nunca, ella se sentía feliz en sus brazos, estaba más que segura y él era feliz amándola como a ninguna otra.

Lu hizo un esfuerzo enorme y se comió las dos cucharadas de alimento que le quedaban, Valerio la besó en la frente celebrando su logro.

Así pasaron los días hasta que la morena fue dada de alta.

Una vez en su habitación en la casa de Samuel, la chica se sintió más segura. El primer día durmió abrazada al pecho de su medio hermano. El sin camisa y ella sintiendo el calor de su cuerpo y cada latido de su corazón.

-Te amo -susurró Valerio en el oído de la chica-

Por supuesto el pensaba que ella dormida profunda, sin embargo Lucrecia le escuchó, se movió un poco para acomodarse en su regazo, subió la cabeza y sorprendió un poco al pelinegro, fijamente vio sus labios y se dejó llevar por el sabor tan dulce que emanaba de los labios de aquel chico. El respondió su beso con más amor aún.

-Siempre voy a estar contigo Lucrecia -dijo Valerio causando que la morena comenzará a llorar-

-¿Que sucede bonita? -dijo el chico abrazándola aún más fuerte-

-Valerio esto que siento por ti es más fuerte que yo, se que no debemos pero ...

Ella no logro completar sus palabras, Valerio le dió otro beso en los labios para calmar esa ansiedad.

-Así como lo dijiste tu misma "el amor no es un crimen y ninguno de los dos somos criminales", el que quiera juzgar que juzgue, nunca nadie entenderá esto Lu y tenemos que tenerlo en claro.

-Val, yo quiero vivir esto a plenitud. Cómo una pareja normal ¿Por qué no podemos tenerlo? -una lágrima caía por la mejilla de Lucrecia-

-Pase lo que pase siempre estaré contigo, no me importa lo que diga la gente me preocupa es la presión que sientes tú. Yo estoy más que seguro de esto Lucrecia, no me importan las consecuencias, yo deseo estar a tu lado siempre.

Lucrecia guardó silencio y se quedó pensando en aquellas palabras mientras su primer amor le acariciaba el cabello. Por su cabeza pasaban los prejuicios de todos, el rechazo no y poder vivir su amor a plenitud y, esto la mataba. Aunque Valerio ya le había dicho que estaría siempre allí, con ella y ella tenía la seguridad de que el chileno cumpliría su palabra el miedo la carcomía por dentro. Realmente lo amaba y tenía miedo de perder todo lo que tenía con su medio hermano.

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora