La cara de Felipe Montesinos era dura como una piedra, su corazón lo era aún más.
- Se cortés hija, saluda a tu abuelo -Lucrecia tocó el hombro de la niña animándola a saludar al hombre-
Los ojos grandes de la pequeña miraron fijamente pero con la dulzura que la caracterizaba al mayor. Le regaló una pequeña sonrisa y se despegó de Valerio que la sostenía de la mano.
- Hola ... Abuelo -completó la frase tímidamente-
Flashback
- Todo listo Lu, mientras se termina el trámite de la nueva documentación de Emilia hemos conseguido una orden del juez para que puedas sacarla del país -Dijo Samuel entregándole a Lu un sobre-
- Son los mejores joder -dijo la chica emocionada-
El viaje había sido tan repentino que aun no habían podido terminar el trámite legal de Emilia para quitar de su acta de nacimiento el apellido de Santiago, sin embargo; Guzmán y Samuel movieron algunas influencias para obtener la orden del juez donde explicaba la situación legal de la niña en ese momento y que Emilia pudiese viajar sola con su madre sin autorización de quien le daba su primer apellido.
- Los boletos están comprados, las maletas listas, mañana volvemos a España -agregó con emoción Carla entrando al departamento de Lu-
Lucrecia y Valerio tragaron saliva al mismo tiempo. Si, estaban emocionados por volver a ver a sus viejos amigos, pero también tenían un miedo enorme de volver a encontrarse con su padre. Valerio tomó la mano de Lu en señal de contención.
- Tía -dijo Emilia acercándose a Carla- ¿Me llevarás a todos los lugares que me dijiste en España?
- Pero por supuesto peque -Carla se agachó a la altura de la niña- Mientras vuestros ...
Lucrecia y Valerio le hicieron una mueca a Carla que casi se le sale decir "vuestros padres"
- Mientras tu madre y Val hacen unas diligencias aburridas de adultos -corrigió enseguida- El tío Samu y yo te llevaremos a muchos lugares divertidos ¿a qué si Samu?.
Samuel asintió despeinando un poco a la niña, cosa que le hacía gracia pero a la vez le molestaba un poco.
- Tío, sabes que no me gusta -dijo riendo-
- Pues no parece no gustarte -rió eé- siempre te ríes.
Samuel se llevaba muy bien con Emilia, pensaba que tal vez así se hubiese llevado con el hijo de Marina y Nano, Guzmán pensaba lo mismo. Emilia había sido en definitiva un regalo para todos y todos estaban procurando su bienestar.
- Bueno ya nos vamos yendo -Nadia se despidió con dos besos de todos sus amigos y con un abrazo de la pequeña- Mañana debemos madrugar y nosotros aún no hacemos nuestras maletas.
Guzmán la siguió junto con Carla y Samuel. Quedando solos la familia Montesinos.
- ¿Podemos dormir los tres juntos? -preguntó la niña inocentemente-
- ¿Y eso? -preguntó Valerio- ¿por qué los tres juntos?
- Es que me da miedo volar -respondió con cara de pena- Y mamá siempre duerme conmigo antes de un viaje, pero quiero que tu también lo hagas ¿si?
Los ojos de Emilia se hicieron grandes y suplicantes como los de un cachorro y entrelazó sus manos en señal de suplica.
- Si a tu madre no le importa -respondió guiñando el ojo-
- Para nada, así Emi seguro tiene menos miedo mañana ¿verdad mi amor? -dirigiéndose a su hija-
La niña asintió. Esa noche entre los dos le leyeron un cuento para que se quedara plácidamente dormida entre los dos que la abrazaron. Toda la noche durmieron plenamente abrazados como la familia que desde un principio merecían ser.
El vuelo fue bastante tranquilo, Emilia estuvo calmada y el hablar con sus tíos y tías durante todo el camino la hacían sentirse más segura. Con Nadia comentó todo lo que se divertiría con los pequeños hijos de Omar y Ander que eran cuatro años menor que ella y con Carla y Samuel todos los sitios que visitarían.
Mientras tanto Lu y Valerio iban muy callados pensando en todo lo que podía suceder.
finalmente aterrizó el avión, tomaron sus equipajes y se fueron, Nadia y Guzmán habían decidido separarse al menos unos días para disfrutar del mayor tiempo posible con sus padres, luego se turnarían para pasar algunos días con los Shanaa y otros con los Nunier. Por su parte Carla y Samuel estaban viviendo en su propia casa, la cual era bastante grande para ellos dos por lo que ofrecieron a Lu y Valerio quedarse con ellos, sin embargo; estos prefirieron irse al departamento de Valerio, tenía las habitaciones justa para estar bien los tres, el chileno siempre había sido muy modesto y aunque tenía un buen ingreso prefirió comprar un departamento pequeño de dos habitaciones pero bastante cómodo, sin embargo; ahora con una familia debía pensar el algo mucho más grande y cómodo donde Emilia y Lu estuviesen cómodas y tal vez hasta incorporar una mascota en sus vidas.
Al llegar al departamento arreglaron sus cosas y decidieron salir a dar una vuelta. Habían decidido ir a casa de su padre días después de su llegada a España, Lu y Emilia regresaban en un mes y Valerio se quedaría en España, aún no tenían muy claro como iban a manejar el tema de vivir en un sitio en específico pero se las arreglarían como siempre.
Pasaron los días y habían conseguido que su padre accediera a verles, lo habían llamado infinidades de veces y el hombre siempre daba excusas hasta que al final accedió pues decidieron dejarle en el mensaje que era un tema de vida o muerte, exagerando un poco las cosas pero si su padre accedía tal vez era porque de alguna manera le importaban aunque fuese un poco sus hijos.
Martes por la tarde, el martes que definiría todo, los nervios carcomían a Lu, Valerio tampoco estaba tan relajado. Lu se arregló, impecable como siempre e hizo lo propio con su hija que siempre parecía una pequeña muñeca. Valerio también se vistió acorde al momento.
Salieron los tres en el auto del chileno directo a la casa en donde habían crecido y en donde había comenzado su historia de amor.
- ¿Hoy no voy a salir con mis tíos? -preguntó curiosa la niña-
- No mi amor, hoy vamos a conocer a una persona -respondió Lucrecia con un nudo en la garganta-
El camino se hizo eterno, al llegar tocaron el timbre. No tardó mucho antes de que el servicio abriera la puerta.
- Señorita Lucrecia, Señor Valerio. Tanto tiempo -dijo una voz femenina- Bienvenidos.
Los tres entraron, la mujer que les abrió la puerta saludó con la mano a la pequeña sin hacer preguntas sobre quien era ella, era más que obvio y todo el servicio sabía lo que había sucedido entre los Montesinos, ellos debían vigilarlos día y noche después del incidente en la mesa.
La mujer anunció a los chicos, su padre los esperaba en el despacho.
-Todo va a estar bien -aseguró Valerio dándole una sonrisa a Lu-
Lu respiró una gran bocanada de aire. Valerio sujetó a Emilia de la mano. Lu tocó la puerta del despacho.
- Pase -se escuchó desde adentro-
- Hola papá -dijo Lucrecia entrando-
Valerio que venía detrás con la niña saludó también.
- Hola papá -repitió el chico-
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Todo lo prohibido (TERMINADA)
FanfictionLucrecia Montesinos la ha pasado realmente mal después de la muerte de Polo, su sostén y consuelo más grande ha sido su medio hermano Valerio. Ambos luchan constantemente entre la pasión desbordante y su historia prohibida.