Todo cambia

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Al encontrarse con los ojos de su padre ambos se helaron pero salieron de su trance cuando su hija salió corriendo a abrazar al mayor. 

- ¡Abuelo! -la niña salió corriendo para saludar efusivamente al hombre el cual la abrazó respondiendo su saludo- 

- ¿Qué sucede papá? -preguntó Lucrecia sin muchas ganas- 

- Me gustaría hablar con Valerio -hizo una pausa- Bueno con ambos. 

- Papá no se si sea el día y momento para que nos vengas con tus sermones, hoy no por favor, sólo queremos terminar la noche tranquila con nuestros amigos -replicó la mexicana- 

- Lu, vamos a darle chance ¿si? -pidió Valerio viéndola a los ojos mientras acariciaba su mejilla- 

Lucrecia rodó los ojos pero hizo lo que Valerio le pidió, ella confiaba en Valerio y si lo hacía era por el no por su padre. 

- Estaremos en casa, si quieres nos sigues ya que no sabes el camino -dijo el Chileno haciendo referencia a su penthouse- Estaremos con nuestros amigos pero podemos hacerles esperar un poco y seguro lo comprenderán. 

Terminaron de salir del lugar para dejar a los padres de Nadia y a los de Guzmán molestos por apoyar aquella "depravación" como decidieron llamarlo y echando pestes por los aires, por suerte a aquella cena sólo habían asistido sus amigos cercanos y uno que otro amigo de los padres de la pareja, era algo muy íntimo pero si traía o no repercusiones sociales ya era algo que a esa altura no les importaba, si llegaban o no a ser noticia era algo que para ese momento les tenía sin cuidado. 

Emprendieron camino y en 15 minutos todos estaban en el penthouse de Valerio, todos habían ido menos Ander y Omar que habían dejado a los mellizos con la niñera y debían volver a casa. Al ver que estaría el padre de los Montesinos, Nadia tomó la iniciativa para sacar a Emilia de aquella situación, mientras Carla, Samuel y Guzmán se encargaban de servir algunos tragos esperando que los Montesinos terminaran de tener su conversación. 

- Emi, despídete del abuelo -propuso Valerio, la niña frunció el entrecejo- Nadia te llevará a dormir mi amor, ya es tarde.

- Pero nunca puedo pasar tiempo con el abuelo -reclamó a su padre- 

- Mi amor ya es muy tarde, entre la semana te llevamos a su casa ¿si? -propuso Lucrecia , acariciando la mejilla de su hija con ternura- Hazle caso a papá. 

La niña no muy convencida aceptó y le dio un abrazo a su abuelo para despedirse, el hombre le devolvió el abrazo no sin antes asegurarle a la niña que se verían muy pronto y que conocería a su abuela que estaba por llegar de viaje -genial otro problema más, pensó la pareja Montesinos. La madre de Lu quien jamás había si quiera opinado en todo esto-

- Vamos a mi oficina -Valerio tomó de la mano a Lucrecia y se dirigieron a la oficina con su padre detrás-

- Siéntate por favor -Valerio lo invitó a sentarse no en el escritorio sino en la mesa que usaban para reuniones-

- Bueno iré al grano -el mayor tomó asiento, se acomodó la corbata y sacó unos papeles de su maletín- Valerio, el que me hayas ofrecido prácticamente todo lo que tienes solo por formar una familia habla muy bien de ti, se nota la diferencia entre tu y yo, tu familia siempre estará primero para mí siempre estuvo el dinero y pensé que ustedes solo necesitaban lo material -agregó con pesar-

- No estoy entendiendo nada -articuló Lu con confusión mientras Valerio tomó la mano de la chica y la miro a los ojos-

- Primero déjame explicarte -trató de decir Valerio pero el fue interrumpido por su padre-

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora