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- Mierda -la formentera cayó al piso y Valerio salió corriendo a sostener a Lucrecia- Amor, amor. 

El chico la sostenía con desesperación mientras el dolor en la cara de Lucrecia era evidente. 

- Val aún no puede nacer -dijo Lu viendo al piso mojado, claramente había roto fuente- No es tiempo aún faltan unas semanas. 

Pero evidentemente el parto de Lucrecia se había adelantado. 

- No tenemos nada preparado Lu -dijo Valerio llevándola a la cama para cambiarla de ropa- 

- En el armario del bebé está todo preparado -respondió mientras Valerio la ayudaba a vestirse- Preparé todo hace un par de días. 

Lucrecia trató de acallar un grito de dolor. 

- Val necesitamos irnos ya mismo -se quejó sosteniéndose de Valerio-

El chico salió corriendo al armario del bebé pasando por la habitación de su hija para llevarla cargada hasta el sofá. 

- Emi, Emilia despierta princesa, debemos irnos -movió un poco a la niña mientras se ponía el bolso en el hombro- 

Imposible, la niña tenía un sueño muy pesado y nada la despertaba por lo que el rizado se regresó a la habitación a buscar a Lucrecia. 

- Todo listo amor, vamos -la sostuvo y ayudó a levantar- 

- No vamos a dejar a Emilia sola, me niego. -dijo entre una contracción- 

- No amor, por supuesto que no. Te dejaré en el auto y subo por ella -explicó el chico- 

Aunque Lucrecia no estaba muy convencida de la idea confió en Valerio. En ese momento deseaba más que nada en el mundo llegar al hospital y tener al bebé. 

Así lo hicieron, Valerio bajó al sótano con Lucrecia y la dejó en el auto. Nuevamente en el ascensor llamó a Guzmán y le explicó la situación. Guzmán habló por él y  Nadia cuando decía que iría a buscar a la niña al hospital y la cuidarían hasta que el bebé naciera. 

- Por supuesto, no te preocupes. Trataré de estar allí antes de que ustedes lleguen -explicó Guzmán- 

Valerio le agradeció y abrió la puerta para encontrarse a su hija en la misma posición que la había dejado en el sofá. 

- Vamos princesa -la tomó en peso y se la llevó lo más rápido que pudo al estacionamiento donde en la Ranger Rover de su padre los esperaba Lucrecia- 

- Val ¿podrías llamar a Guzmán? -preguntó Lucrecia con la respiración agitada- Para ...

- Estará antes que nosotros en el hospital amor, tu tranquila y concéntrate en el bebé -Valerio le tomó la mano y depositó un beso en ella justo antes de encender el motor para conducir al hospital- 

Llegando al hospital Valerio se bajó y cargó a la niña que seguía profundamente dormida, Guzmán había llegado justo a tiempo y los estaba esperando afuera. Tomó a Emilia en sus brazos para que Valerio se pudiera encargar de Lu y el bolso, el cual nuevamente de colocó en el hombro. 

- Lu ya pasaste por esto, así que será cuestión de horas ya lo verás -la animó Guzmán dándole un beso en la frente con la niña en brazos- 

Lucrecia le sonrió como pudo, dejó un beso en la mano de su niña. Valerio le dio un beso en la frente a la niña y agradeció a Guzmán. 

- No es nada tío, y no me quedo porque Emi necesita descansar bien. Mañana temprano los cuatro estaremos aquí -Aseguró haciendo referencia a su esposa, hija, sobrina y a si mismo- 

Finalmente después de despedirse entraron a la clínica, en seguida recibieron a Lucrecia y la prepararon para el parto mientras llegaba su doctor al cual ya le habían avisado que su paciente estaba en trabajo de parto. 

- No tienes la dilatación completa aún, por suerte -dijo una enfermera sonriéndole a la morena- Podemos esperar al doctor porque entiendo que es un embarazo riesgoso. 

La pareja asintió mientras la chica terminaba de colocar los monitores en diferentes partes del cuerpo de Lucrecia para luego dejarlos a solas. 

- Vendré en unos minutos por si me necesitan pueden apretar este botón -les indicó amablemente- ¿Segura que no quieres la epidural? 

Lucrecia asintió, no había utilizado ningún tipo de anestesia con su primera hija, tampoco lo haría con este bebé. 

En cuestión de horas sabrían si su bebé era niño o niña, conocerían su pequeño rostro y podrían tenerlo en brazos. 

En todo momento Valerio estuvo dándole a Lucrecia la mano, esta la apretaba cada vez que sentía dolor. El chileno la ayudaba a respirar y besaba su frente en señal de apoyo.

- Lucrecia, Valerio -escucharon al doctor entrando a la habitación- Que bueno verlos por aquí, tenemos un pequeño adelanto de 2 semanas con su bebé, esperamos que todo salga bien, hasta ahora no me han reportado ninguna eventualidad. Vamos a revisarte.

El médico se colocó los guantes y revisó a la chica. 

- Bien, estamos listos -les sonrió- 

Valerio tragó saliva, Lucrecia respiró profundo. Ella sabía que venía la parte más difícil pero satisfactoria. 

- Bien Lucrecia, quiero que en la próxima contracción respires profundo y pujes lo más fuerte que puedas, vamos a sacar a este bebé lo más rápido posible -afirmó el doctor- 

Lucrecia tomó aire y cuando sintió la contracción comenzó a esforzarse lo más que podía. 

Botó el aire y se quejó un poco, nuevamente tomó la mano de Valerio quien la sostenía con fuerza. 

- Vamos amor, un poco más -la animaba su esposo- 

Lu lo miró a los ojos a Valerio y una vez más hizo un esfuerzo. 

- Lo estás haciendo perfecto Lucrecia, sólo un poco más -afirmó el doctor- 

- Vamos amor, tu puedes -Valerio la sostuvo y ella pujó con todas sus fuerzas- 

- Listo, ¡lo tenemos! -dijo el doctor sosteniendo al bebé- 

Lucrecia respiró y Valerio le dio un beso en los labios. 

- Te amo tanto Lucrecia Montesinos, tanto y un poco más -dijo viéndola a los ojos- 

Algo llamó la atención de Lu. 

- Val ¿por qué no escucho llorar al bebé? -preguntó preocupada- 

Valerio se dio cuenta de lo mismo y se incorporó para ir hasta la camilla donde tenían a su bebé. 

- Valerio por favor permítenos hacer nuestro trabajo, necesitamos que estás al lado de Lucrecia y no aquí -habló el doctor nervioso- 

Valerio se quedó paralizado. 

- Val ¿qué sucede? -Lucrecia se tensó- ¿Por qué no llora?

Valerio salió de su trance y se acercó a Lu dejando al doctor y las enfermeras alrededor del bebé. 

- Valerio ¿qué pasa? -preguntó Lucrecia desesperada- 

Valerio estaba mudo, sólo pudo acercarse a Lu, cerrar los ojos y unir su frente con la de ella. 

- Joder Valerio dime ya qué sucede ¿por qué no llora nuestro bebé? -Lucrecia estaba al borde del colapso- 



Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora