Epílogo - Final Feliz

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Habían pasado 16 años, Emilia con 24 años era la mano derecha de su padre en las bodegas pero también seguía siendo sus ojos, su princesa. Lo que daría Valerio porque su niña no creciera nunca, había tenido que dejar sus celos de padre a un lado pues Emilia ya para ese momento estaba saliendo con alguien y todo iba muy en serio, un joven empresario prospecto para invertir en la bodegas. Y es que era de esperarse que la chica tuviese muchos pretendientes pues era bastante atractiva, su cabello aún rizado y largo con un color oscuro natural, piel tostada como la de su madre, ojos castaños y oscuros, cejas y pestañas pobladas y las facciones delgadas y bien definidas. 

La chica tenía un estilo muy sencillo pero a la vez elegante, seguía teniendo la misma personalidad chispeante heredada de su padre y la determinación de su madre

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La chica tenía un estilo muy sencillo pero a la vez elegante, seguía teniendo la misma personalidad chispeante heredada de su padre y la determinación de su madre. Bastante intelectual como Lucrecia a su edad y enfocada en los negocios mientras estudiaba relaciones industriales, al estar a punto de graduarse en las mañanas iba a la universidad y por las tardes solía trabajar con su padre y su tía en una de las bodegas más grandes y la matriz de todo.

Por  otra parte estaba Lucas con 16 años, tal vez el chico más deseado por cualquier chica de su edad. Al Lucrecia y Valerio decidir vivir en España haciendo viajes constantes a Nueva York, sus hijos habían estudiado en Las Encias, Emilia graduándose con el mejor promedio de su promoción y su hijo Lucas, que sí era buen estudiante pero aún mejor conquistando. Estaba decidido a estudiar alguna carrera empresarial pues amaba lo que hacían su madre y Nadia, que a pesar de no verla mucho por estar en distintos continentes, lo inspiraba al igual que Lucrecia y su padre.

El chico tenía el cabello liso como el de su madre, los ojos oscuros y una mirada profunda  y encantadora a la vez, sus rasgos eran fuertes y aunque era el menor cuidaba a su hermana como a nada en el mundo.  Además de ser mucho más alto que ella lo que lo hacía ver como si fuese el mayor no sólo por la manera en que la cuidaba. 

Los hermanos se llevaban muy bien, en ocasiones Emilia parecía más mamá de Lucas que hermana, aunque se veía menor que su hermano era muy sobreprotectora con el

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Los hermanos se llevaban muy bien, en ocasiones Emilia parecía más mamá de Lucas que hermana, aunque se veía menor que su hermano era muy sobreprotectora con el. Él era su cómplice cuando más pequeños Emilia quería verse con algún chico. Lucas estaba muy contento con la relación de Emilia con Adrián, le parecía un muy buen tipo con el cual su hermana podría tener un prometedor futuro. En teoría apoyaba en todo a su hermana.

Los chicos eran muy amigos de los mellizos Antonio y Yusef los hijos de Omar y Ander, con quienes crecieron.  Y por supuesto de Rodrigo también, el hijo de Carla y Samuel que era más como un hermano para Lucas y Emilia quien era como la hermana mayor de estos 4 chicos. Y los padres de todos en definitiva eran su familia, sus tíos. 

Lu y Valerio por su parte estaban muy orgullosos de sus hijos, quienes eran muy parecidos a ellos a sus edades respectivas, sin embargo cada uno tenía un carácter muy forjado y marcado con diferencias. 

Para Lucrecia y Valerio el amor seguía tan fuerte como siempre. Eran compañeros, amigos, hermanos, siempre tomados de la mano y disfrutando del amor que se tenían. Entre ellos nunca faltaban las palabras bonitas o los gestos de afecto, algún obsequio en cualquier ocasión y sin razón alguna. Jamás dejaban de cultivar su amor, nunca dejaban que la llama entre ellos se apagara por la monotonía, en definitiva disfrutaban y se amaban como el primer día. 

Y aunque si, en ocasiones seguían luchando con los prejuicios de la sociedad

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Y aunque si, en ocasiones seguían luchando con los prejuicios de la sociedad. Pero ellos seguirían siendo un matrimonio y una familia como cualquier otra, sin importar lo que les pareciera o no a unos cuantos, jamás estarían dispuestos a sacrificar su felicidad por la comodidad de algún falso moralista. Los Montesinos seguirían siendo fieles a la promesa que en algún momento se hicieron y sellaron en la playa del hotel W Barcelona y disfrutando su final feliz. 

Todo lo prohibido (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora