Gracias por todo el apoyo que he recibido con TLP, me encanta leer sus comentarios y lo que las emociona cada capítulo. Al principio tenía mucho miedo porque he estado manejando la historia con mucha crudeza, y desde que comencé a escribir tenía claro que ese era el rumbo que quería darle a la historia. Una relación entre medios hermanos y lo que deben afrontar no sólo socialmente sino también en su vida privada, si tenían o no hijos y si podían o no formar una familia como cualquier otra. Era por ello mi miedo, por la aceptación o no que podía tener la trama. Espero sigan disfrutando hasta el final.
Quiero comenzar este capítulo con una imagen de D y J que refleja un poco la felicidad de Lu y Val estarán viviendo.
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El vientre de Lu apenas era visible, procuraba cuidarse mucho comiendo sano pues uno de sus mayores miedos era que regresaran sus problemas alimenticios justo en su embarazo, una posibilidad latente según su terapeuta. Aún no le daban la noticia a su hija sin embargo; tenían planes para hacerlo. La pequeña sabía que sus tías Nadia y Carla tendrían bebés y ella a pesar que sabía que siempre estaría con ellos quería un hermanito o hermanita propio. El jugar con los mellizos de Omar y Ander le hacían reafirmar la idea de querer tener un hermano.
- ¿Cuándo piensan decirle a la pobre? -Preguntó Ander, esa tarde estaban reunidos como de costumbre los sábados- Cada que juega con los mellizos nos dice que en serio quiere un hermanito.
- Y cada que ve que Guzmán trae algo nuevo para la bebé nos hace el mismo comentario -agregó Nadia para ser secundada por Carla con un comentario similar-
Carla sabría que tendría un niño y Nadia una niña, en cambio Lu y Valerio preferían esperar hasta el momento del parto para saber que sería su bebé, habían escogido los nombres para niñas y los de niños, aún no tenían ropa, ni habitación, en realidad no tenían casi nada, Lu ya estaba entrando al tercer mes del embarazo y no querían precipitarse, apenas hacía dos semanas habían tenido la primera consulta.
Sus planes básicamente eran esperar a tener noticias más concretas, por ahora todo marchaba bien y tenían un bebé aparentemente sano. Luego de tener estas noticias comenzarían a ordenar todo.
Además tenían varios pendientes. Regresar a Nueva York para arreglar todo el papeleo de Emilia pues ya Valerio oficialmente no llevaba el apellido Montesinos, sin embargo; todos sabían que lo seguían siendo e incluso cuando se referían a ellos siempre era como "Los Montesinos". El trámite legal para cambiar el apellido de Valerio no fue tan complicado, tenía muy buenos abogados que se encargaron de todo, Guzmán y Samuel.
En una semana regresarían a Nueva York para comenzar con los trámites de Emilia, en la gran ciudad se encargaría de todo Guzmán que regresaba con Nadia por tiempo indefinido, después de todo la empresa de las chicas estaba en ascenso y no podían dejarla de lado. Lucrecia también asistiría a asuntos de trabajo por supuesto, sin embargo; no estaba segura de querer quedarse en Nueva York, por ahora las bodegas Rosón comenzarían con algo muy pequeño en la gran ciudad por lo que no sería necesaria la presencia de Valerio allí y por supuesto Lucrecia no estaba de acuerdo con separarse una vez más y menos con dos hijos, Valerio tampoco lo permitiría. Otra de las razones para volver a Nueva York era que las vacaciones por navidad ya habían acabado y Emilia ya estaba por retornar al colegio.
Nadia y Lu ya habían hablado la posibilidad de comenzar una nueva sucursal de la empresa en Madrid y por supuesto una de ellas tenía que hacerse cargo completamente, desde hacía mucho tiempo tenían ganas de incursionar en el mercado europeo pero por obvias razones, ni lo habían puesto en la mesa, Lucrecia no quería toparse con Valerio. Justo ahora no había ninguna razón para llevar sus planes de negocio a España por lo que en los próximos meses se enfocarían en ello.
La noche anterior a regresar al USA todos se reunieron, Lu y Valerio llegaron un poco tarde porque pasaron dejando a Emilia en casa de sus abuelos, ellos la querían disfrutar los meses que no estaría con ellos en España.
- Abuelo tienes que ponerle el vestido más lindo a tu Barbie -dijo la niña entregando un vestido rosa a su abuelo-
- ¿Quién diría que el gran Sr. Montesinos jugaría con muñecas alguna vez? -preguntó Valerio viendo la escena-
- Conmigo nunca lo hizo -se mofó Lu- pero me alegra muchísimo que pueda disfrutar esos momentos con su nieta. Jamás pensé que papá cambiaría tanto.
- Ni yo hija, Felipe es otro desde que ustedes volvieron y más aún desde que Emilia está en su vida. Tal vez ella sea nuestra oportunidad para recuperar todo lo que no hicimos ni vivimos con ustedes -añadió la madre de la chica-
- Mamá, hablando de eso. Tenemos algo que decirles pero no puede estar presente Emilia -comentó Lu-
La sra. Montesinos se acercó a su esposo y discretamente el comentó que sus hijos necesitaban hablar con ellos.
- Mi niña -el mayor se dirigió a su nieta- ¿Por qué no vas con Martha a buscar un poco de helado? compré tu favorito.
- ¿De cookies and cream? -dijo emocionada, su abuelo asintió y la niña salió directo a buscar a Martha-
- ¿Sucede algo? -preguntó serio Felipe-
Valerio como siempre muy espontáneo tocó el vientre de Lucrecia y fue gesto suficiente para entender. Sus padres lejos de alegrarse se consternaron.
- A mi despacho ahora mismo -ordenó el Sr. Montesinos-
Su esposa e hijos lo siguieron.
- No crean que les daré el mismo sermón de siempre -dijo mientras se sentaba- tampoco me voy a oponer y lo saben más que bien, eso ya fue un capítulo cerrado. Pero carajo -alzó un poco la voz- ¿en qué están pensando? Y no es que no me alegre por ustedes pero son hermanos y ya no son unos niños como cuando tuvieron a Emilia, saben bien todos los riesgos que corren.
La Sra. Montesinos se acercó a su esposo y puso las manos en sus hombros para indicarle que se calmara un poco.
- Lo sabemos papá, lo sabemos bien -respondió Lucrecia, una lágrima se le escapó. Su padre se acercó a ella-
- Hija, no te estoy reclamando nada. Pero -esta vez dirigió la mirada a su hijo- Estoy preocupándome por ambos y por su hijo.
- Papá nosotros más que nadie entendemos los riesgos de que algo malo ocurra, estuvimos a punto de interrumpir el embarazo justo por eso pero no pudimos, aunque no lo buscábamos es nuestro hijo también y desde que nos enteramos le amamos -argumentó Valerio-
- ¿Están viendo a un especialista? -preguntó la madre de Lu-
Ambos asintieron.
- Por ahora todo marcha bien, lo más preocupante es la predisposición a sufrir problemas cardíacos -añadió Lu con tristeza-
- Carajo -se recriminó su padre- Nada bueno les podía heredar.
- Papá confiamos en que todo estará bien, nuestro hijo está en excelentes manos -explicó Valerio- Pero para evitar pasar una vez más por esto cuando lleguemos a Nueva York ya hice una cita para la vasectomía.
- Y yo apenas tenga el bebé tendré una ligadura de trompas, para asegurar -añadió la chica- En nuestros planes no estaba tener más hijos, lo juramos. Pero esto se nos escapó.
El Sr. Montesinos se llevó las manos a la cabeza.
- ¿Qué haré con ustedes de verdad? -respiró profundo y se acercó nuevamente para abrazar a sus hijos, la madre de Lu se unió al abrazo-
- Nos alegra muchísimo ser abuelos una vez más pero por supuesto esto nos llena de miedo por ti hija y por el bebé -argumentó la madre de Lu-
Después de hablar un rato más con sus padres y despedirse de su hija quien dormiría con sus abuelos se pusieron en marcha a casa de Carla y Samuel para unirse a la cena de despedida momentánea mientras regresaban nuevamente a NY.
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Todo lo prohibido (TERMINADA)
FanfictionLucrecia Montesinos la ha pasado realmente mal después de la muerte de Polo, su sostén y consuelo más grande ha sido su medio hermano Valerio. Ambos luchan constantemente entre la pasión desbordante y su historia prohibida.