Unas horas antes madre le insistió y le recordó tanto a Jungkook que cuidara de mí durante el viaje. La insistencia fue tan grande, que me avergoncé, pero no dije nada. Noté la extrañes al sentirme así, pero al mismo tiempo comprobé que un nuevo sentir aparecía dentro de mí, uno tan típico y normal, pero que nunca se había asomado dentro de mi comportamiento.
Quizá no era el hecho de que no tenía sentimientos, sino que nunca hubieron hechos o personas por quienes demostrarlo.
Durante las horas del viaje lo que hice fue mirar hacia la ventana, callar y recostarme sobre el hombro de Jungkook.
—¿Todo bien? —preguntó en uno de esos tantos momentos llenos de silencio. Asentí y me acurruqué en su hombro.
Llegamos al hotel a eso de las tres de la tarde, hora de Londres. Más tarde, a las cuatro, fuimos a Canning Town, uno de los distritos más pobres y lleno de delincuencia de Londres que quedaba al este de la ciudad; según las indicaciones de Wilson Cooper, el hombre que ocupaba un puesto en la unidad de crímenes de la ciudad y que al mismo tiempo se comprometió en ayudarme.
Coordinamos en que nos esperaría afuera de una casa de arriendo que quedaba en la calle principal. Tal como lo dijo, allí estaba él, vistiendo un poco más elegante que el resto de los moradores del vecindario.
Namjoon, Seokjin y Jungkook se presentaron con normalidad y después nos invitó a pasar a dicha casa que, de por sí, no estaba ocupada por nadie más que la casera y supongo que también dueña de la casa. La edificación tenía un estilo antiguo a la par de opaco en su interior, todo estaba hecho de madera y no se veía tan grande como lo pintaba el exterior. Los pasillos eran estrechos y la escalera rechinaba.
Wilson era un novato en la unidad, pero al mismo tiempo era un aficionado. Pesa eso, aún tenía mi duda de cuánto podría llegar a aportarme.
—Se llamaba John Bristol, era un detective jubilado —explicó Wilson mientras nos guiaba cuesta arriba por las escaleras-. Murió hace dos días de un infarto a los sesenta y ocho años.
—¿Vivía aquí? —inquirió Namjoon.
—Sí. Pasó sus últimos años investigando el caso de Fenton Dawson después de haberse jubilado.
—¿Qué pasó con su familia? —Esta vez pregunté yo.
—Estaba divorciado, no tenía hijos. La casera fue quien lo encontró y lo reportó. Algunos en el vecindario creían que había enloquecido, según testimonios —continuó—. Antes de terminar de allanar todo pensé que les resultaría conveniente que revisaran todo esto.
A continuación, nos permitió el pasó a lo que, seguramente, era la habitación que alquilaba. Podría ser cualquier piso de un anciano descuidado y enfermo, pero iba más allá de eso. El lugar estaba repleto de estantes y documentos viejos. Distinguí un viejo sillón individual que descansaba frente a un televisor antiguo; una alfombra y algunos vasos desechables con residuos de café amontonados en la mesa, además de colillas de cigarro.
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Mentes Criminales » Jeon Jungkook; BTS
FanfictionLos psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...