Los psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recomendación: Cloud - Elias
***
Hace tres años
Tenía dieciséis años cuando me asignaron mi primer caso. Increíblemente fue el propio Kim Namjoon quien me recomendó. Estaba desesperado. En ese tiempo no se imaginaba que terminaría involucrándome demás. Observó lo que podía hacer, razonar, descifrar y percibir. Yo no buscaba involucrarme y él terminó haciéndolo por mí.
Una red delictiva de trata de mujeres activa en la frontera con Corea del Norte empezaba a tomar terreno. Todos dijeron que era una tontería, que una cría de dieciséis años no podía porque simplemente no habían visto nada. Incluso Namjoon llegó a sentirse cohibido por sus superiores. Para ese tiempo ya no importaba nada, solo trataba de mantenerme alejada de todo lo que me rodeaba. Sin embargo, hubo una persona que sí confío en mí: el detective Wang.
Después de una exhaustiva búsqueda logramos dar con el núcleo de esa red. La mayoría de mujeres eran prostitutas que eran secuestradas para luego ser torturadas por un grupo de psicópatas. Todos, de pronto, empezaron a confiar en mí, el orgullo del detective Wang aumentaba, pero ninguna emoción en mí se removía. Yo vivía en paz con eso.
El día que logramos involucrarnos en el lugar exacto, Namjoon me exigió que no fuese más allá de la cuenta, que esperara a que los hombres armados vayan por ellos. Yo no hice caso. Yo quería conocer más de cerca qué clase de seres eran estos, cómo funcionaban sus cerebros, por qué eran como eran. Mi atracción hacia ellos era enorme.
El detective Wang me ayudó.
El detective Wang prometió que me cuidaría.
El detective Wang veía en mí un gran futuro.
Pero yo lo veía como a un humano más.
En el momento que recibió la bala por mí pensé que debía sentirme culpable, llorar, gritar, como todos; nunca fue así. Ni una maldita fibra de sentimiento se removió en ningún lugar lóbrego de mis entrañas.
Y jamás me preocupé por eso, porque era lo que había querido para mí.
Actualidad
Cuando Jungkook cayó al suelo lo primero que sentí fue un dolor oprimiendo mi pecho. Luego mis manos empezaron a temblar como no tenía idea. Repudié aquello, pero repudié más verlo a él en el piso. En ese momento no era consciente de mis expresiones, pero estaba ahí, y yo no podía cambiar ese hecho.
Yo fui frágil.
Yo no quería serlo.
Era el cliché más grande y para algunos podía ser la mentira más absurda. No obstante, mi método de protección me había posicionado en donde estaba ahora, de lo contrario estuviese tres metros bajo tierra.
