Luego de que Espirilo me acusara, me ganara ciertas miraditas desaprobadas de mis padres y el extraño humor de Namjoon, logré escapar de casa. Sin las bacterias, que era lo que más importaba.
Tomé uno de los autos, ya que me disponía a averiguar el paradero de Jungkook, en toda la tarde no había tenido ninguna respuesta de su parte. Así que el primer lugar que fui fue al bar de Yoongi y Hoseok. Sería el lugar predilecto que Jungkook escogería luego de una exhaustiva plática con su padre.
Cuando estacioné el auto el lugar era un caos: policías por un lado y gente corriendo a montones por otro. Avisté a Yoongi queriendo sacarle los ojos a un policía en lo que este trataba de hablarle lo más calmado posible. Al mismo tiempo, Hoseok era quien quería sacarle los ojos a su socio. Otro grupo de policías se encargaban de sacar a grupos de adolescentes a la fuerza. Entonces entendí que esto se debía a una clausura. Estaban clausurando La Ambrosía por meter a menores de edad a un bar que precisamente no tenía nada para menores de edad.
Me pregunté si Jungkook estaba metido por aquí, pero no vi su camioneta por ningún lado. Descarté la idea.
Decidí preguntarle al primer barban que deambulaba por el lugar.
—Oye, ¿de casualidad has visto a Jungkook?
—¿Jungkook?
—Sí. Es un tipo alto, de un metro ochenta, pelinegro. Siempre lleva el ceño fruncido. ¿Lo has visto?
Alguien de este bar por lo menos debía saber su nombre. Sobre todo si Jungkook era cercano —de alguna manera— a los dueños.
—Uhm, nop. —El tipo sacudió la cabeza—. No sé de quién me hablas.
Opté en irme por una probabilidad más certera. Entre Jungkook y sus amigos borrachos, ¿quién tenía más posibilidades de ser conocido en este bar? Sus amigos, exacto. ¿Por qué? Pues porque ellos se la pasaban más metidos aquí que el mismo Jungkook.
El dilema era que no recordaba sus nombres. Solo a Taehyung, pero él era otro Jungkook si de comparaciones hablábamos.
Hice un esfuerzo por recordar. El barban me veía muy extraño, dado a que estaba hablando sola. Más bien, discutía con mi cerebro porque no era capaz de recordar a los amigos de Jungkook.
—¿Hay otra forma en que pueda ayudarte?
—¡Shh! Me estoy concentrando. Normalmente olvido a la gente que no me importa. —Lo mandé a callar poniendo mi mano delante de su rostro—. ¿Cómo se llamaba? ¿Cómo se llamaba? Empezaba con J. Ja... Ja... Ja. ¡Ay, sí! ¡¡Jasson Wong!! ¡Así se llama!
—¿Jasson Wong? —Asentí varias veces—. ¿No querrás decir Jackson Wang?
—¡Sí, sí! ¡Dios, qué inteligente eres!
Rio un poco antes de hablar.
—Claro, a él sí lo conozco. Lo siento, soy nuevo aquí. Suele venir con otro amigo llamado Shownu. Aunque hoy lo vi con un grupo de amigos, en ese grupo debe estar ese Jungkook del que hablas.
—¿Sabes dónde se fueron?
—No estoy seguro, pero dijeron que se irían a plasmar sus pensamientos.
ESTÁS LEYENDO
Mentes Criminales » Jeon Jungkook; BTS
FanfictionLos psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...