«La emoción nubla la razón»
«La emoción nubla la razón»
«La emoción nubla la razón»
Y yo era Kim Raven y no iba a dejar que las malditas emociones me ganaran. No iba a dejar que me quitaran mi único soporte. Las emociones eran todo eso que había evitado por tanto tiempo porque para lo único que me sirvió fue para sentirme patética. Y como una idiota me estaba hundiendo de nuevo.
Jungkook recordó pocos minutos después que tenía un partido esta misma noche, fue ahí mismo que echó a correr en su auto junto a Taehyung, no sin antes decirme que esperaba verme ahí. 0-3. Ese era el resultado de esta noche. No lo supe porque lo haya visto, me bastó con preguntarle a un grupo de chicos cuando acabó el juego. Debía ser horrible para Jungkook, sobre todo si fue mi preparatoria quien le ganó a la suya.
Supe que era así al verlo en una de las gradas, permaneciendo ahí en medio de un mutismo y una soledad. Seguro ya sabía que ni siquiera me atreví a hacer acto de presencia durante el juego, pero no me importaba, pues mis prioridades ahora se remontaban a otra cosa, como a volver a sentirme estable, la yo de antes.
Sí era complicado, tampoco tendría que negarlo.
Me senté a su lado y pareció que el tiempo en esa grada se iba muy rápido.
—Ya ganarán —dije después de un suspiro—. Aún les queda un ultimo partido antes de que los saquen.
—Tú no lo entiendes. —Sacudió la cabeza. Empezaba a creer que llegaría a exasperarse en cualquier segundo—. Hasta ahora ganar había sido mi única prioridad antes de que llegara la maldita universidad.
—Ganar no lo es todo.
Él bufó y soltó una risita incrédula. Sin embargo, su rostro se restauró a una mirada fría y oscura.
—Claro, a ti estas cosas no te importan. ¿Por qué a Raven le gustarían cosas tan triviales como estas? Ah, claro, siempre están sus casos, porque nadie más puede que ella.
—Estás enojado y ahora intentas desquitarte conmigo. —Bufé a la par de levantar una de mis comisuras—. Eso, úsame como tu asqueroso saco de boxeo —gruñí—. Porque eso es lo que hace la gente tan común como tú.
—Cierra la boca —advirtió.
—Predecible, común, banal. Así son todos.
—No sigas, Raven —volvió, esta vez con la mandíbula tensa. Sus ojos caían sobre los míos, ambos pares eran como globos de fuego enfrentándose y esperando el detonante para estallar.
—¿Por qué? Porque estoy hiriendo tu patético ego —solté una risita—. Mírate, molesto por una cosa tan absurda.
—Que cierres la boca, te he dicho —gruñó. Pude ver sus puños apretarse hasta el punto en que sus nudillos se tornaban blancos.
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Mentes Criminales » Jeon Jungkook; BTS
FanfictionLos psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...