Los psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...
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—The pilots, cinco integrantes: Jang-suk, el líder; Daichi; Jair; Zhao y Minho. —Leyó Raven a través de la pantalla del móvil, mientras nos encaminábamos a la estación—. Nuestro caso especial: Zhao.
—Sí, pero límpiate la boca, llevas así desde que salimos del bar. —Tuve que agarrarla de los hombros, colocarla frente a mí y pasar los pulgares en sus comisuras.
—¡A la estación! —Dio un giro de 180° sobre su propio eje antes de dirigirse a dicho lugar que quedaba a menos de cinco metros.
Mientras se alejaba saqué mi pañuelo para limpiarme los dedos. Al segundo le seguí los pasos. Pensé en por qué mejor no usé el simple pañuelo para limpiar sus comisuras. Supuse que fue un impulso.
El hermano de Raven, que caminando a no-sé-dónde en medio de las oficinas y cargando un expediente, se detuvo tan pronto vio a la rubia entrar como si de una pasarela se tratara. Seguro se preguntaba qué carajos hacía aquí, aunque era obvio. Nuestras miradas se cruzaron luego, pero no surgió gran relevancia ni intriga de su parte en mi caso. No tuvo la oportunidad de hacer preguntas, pues Raven siguió su camino sin prestarle la mínima atención.
Un leve levantamiento de cejas se pronunció en mi rostro cuando vi la cantidad de mujeres afuera de la sala de interrogación. De pronto, pensé que esta podría ser mi situación si yo estuviera en el lugar Zhao.
Nos trasladamos a una ventana que proyectaba toda la escena del interrogario y que del lado contrario fingía ser un espejo. Pero ese no era un engaño ya para nadie, de seguro la muchacha que estaba sentada en la habitación contra la mesa ya sabía que alguien estaba escuchando sus palabras.
Costantemente una chica entraba y otra salía de la habitación. Era evidente que el detective Do Soohyung tenía mucho trabajo el día de hoy. Ninguna parecía dar nada clave, todo era predecible ya teniendo la versión de la primera muchacha que entró, pues se volvía a repetir. Tal parecía que el tal Zhao no era muy creativo en cuanto a seducir chicas. Algunas eran famosas, otras pertenecientes a familias acomodadas y otras aspirantes a idols; ninguna estaba mal pero tampoco era como si fuesen muy listas, eso era evidente.
«Nos conocimos en un bar». «Nos conocimos en el gimnasio». «Fuimos al mismo restaurante». «Zhao me invitó a salir una vez, luego se volvió a repetir». «No creo que alguien de las chicas con las que salía pueda ser la culpable, se suponía que sabían en lo que se metían».
Prácticamente todas las respuestas eran las mismas.
—Creo que estamos perdiendo el tiempo. —Me atreví a decir.
Raven y yo permanecíamos atentos a la pantalla, cruzados de brazos. Sin embargo, era Raven la que estaba más atenta que yo.
—Los hombres buscan liarse con varias chicas para alimentar su ego masculino. Otros porque quizás se sientan solos. Como también puede suceder con chicas. Lo que coincide es que se meten con un rango de inteligencia más bajo que ellos porque de esa forma es más fácil deshacerse de ellas. Tú haces eso.
