El entrenador tocó tan duro el silbato que estuvo a punto de dejarme sordo. Pero eso pasó a segundo plano porque ahora lo único que necesitaba era apoderarme del maldito disco y llevarlo a la portería. Siendo más rápido que mi contrincante, quien era otro miembro más de mi equipo, tomé la ventaja, me deslicé sobre el hielo y empujé con el bastón el disco. Jackson y Minjoon salieron a mi semenjaza de cada extremo. Le di el pase al primer mencionado. Taeyong y Hyunwoo, o como le gustaba que le dijeran: Shownu, ocupan la defensa.
Antes de que Jackson se aporreara contra la valla gracias al ataque de uno de los contrarios, uno de esos mismos le arrebató el disco. Practicaban muy bien los desvíos y los bloqueos, que por un momento me llené de rabia y me entraron ganas de mandarlos fuera de la pista. Pero aquí las cosas se hacían limpiamente. Le grité a Minjoon que se encargara de ganar terreno, estaban por llegar a la portería, y aunque tenía fe en Jimin como guardametas, no pensaba dejárselas tan fácil, ni aunque estuviera prácticando con mi propio equipo.
Taeyong y Shownu supieron recuperar el disco, pero luego de eso fueron lanzados a los extremos de la pista, dándole oportunidad al número treinta y ocho de hacer un lanzamiento. No obstante, Jimin lo bloqueó perfectamente. Súbitamente agarró el disco y lo lanzó a Jackson, quien estaba libre. Los contrincantes fueron tras él cuales abejas asesinas. Minjoon ganó terreno a la par de mí, entonces fue el momento perfecto para hacerle el pase. Cubrió bien la zona, luego me pasó el disco, y antes de que pudieran lanzarse contra mí, lo lance súbita y perfectamente dentro del arco, no sin antes de provocar un par de fuertes caídas, claro.
Las fuertes bocinas se escucharon por todo el campo de hielo y el tablero electrónico marcó nuestra ventaja, que apenas era mínima contra los otros. Pero teniendo en cuenta que todos éramos del mismo equipo y que era una práctica, diría que estábamos muy bien y que esas estatales podían ser nuestras.
Los aplausos del entrenador reemplazaron el ruido de las bocinas.
—Bien, chicos, eso es todo. Pueden irse a descansar. Los veré en la próxima práctica. —Fue el primero en deslizarse en dirección a la salida.
Respondimos con un vago asentimiento de cabeza. Me quité el casco mientras llegaba a la valla. Aquí podía hacer mucho frío, pero quienes se ganaban las peores y altas temperaturas éramos nosotros, los jugadores de hockey.
Me fui quitando toda la ropa pesada camino a la ducha, igual a otros tantos del equipo. Los parloteos de los chicos lograban llegar a mis oídos, hablaban de chicas, fiestas, el equipo y rivales; lo que cualquier chico entre los dieciocho y diecinueve años solía hablar, o al menos mi grupo de compañeros.
—¿Qué fue de Yoongi? —cuestionó Jimin, cerrando la puertilla de su taquilla—. ¿Tiene la regla como todo el tiempo?
ESTÁS LEYENDO
Mentes Criminales » Jeon Jungkook; BTS
FanfictionLos psicólogos afirman que retener las emociones no es nada recomendable, pero ¿qué pasa cuando aquello se cumple y alguien tiene que sobrellevar algo amargo a lo largo de su vida? ¿Qué es lo que pasaría si el detonante preciso aparece y promete der...