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✨LLUVIA A CUALQUIER HORA DEL DÍA✨
CRYSTAL
Al igual que en cualquier otro día, las gotas de lluvia forman una rítmica melodía que golpetea sobre el fino vidrio de las ventanas que rodean a mi estudio. La habitación se encuentra iluminada por la cálida luz eléctrica que desprenden los candelabros de cristal y plata que cuelgan del techo y de las habitaciones. Adentro hay un calor que surge gracias al vapor de mi agua caliente y al echarpe que tengo sobre la espalda, pero en el exterior el frío es palpable con tan sólo mirar a las hojas de los árboles que son sacudidas con ferocidad por el viento.
Paso a la siguiente página del documento y me acomodo a los anteojos mientras sigo prestando atención a las páginas que se encuentran repletas de anotaciones hechas por mí misma. Como de costumbre, me encuentro absolutamente perdida en el tema de la nervosis; la pandemia que suele cobrarse millones de vidas siglos con siglos. Es una enfermedad que se ha llevado montones de inocentes y ha convertido las vidas de varias familias en todo un infierno. Una plaga que ha afectado a todos los niveles por igual.
Hay muy poca información reciente sobre la infección y tengo que conformarme con artículos médicos que se encuentran escondidos dentro de diferentes antologías.
Una de mis manos toma al bolígrafo para subrayar a los párrafos que más me interesan y la otra permanece sobre la cabeza de mi conejito, Caramelo. Acaricio a sus caídas orejas de cada tanto en tanto mientras paso las páginas e intento concentrarme en la solución para este conflicto que se repite mes con mes.
"En la observación clínica, resulta imperativo distinguir entre los casos latentes y aquellos en fase activa, dado que el curso de la condición y el pronóstico varían significativamente. Los individuos afectados presentan notables alteraciones en el sistema nervioso central, manifestándose en episodios de pérdida de autocontrol y, en algunas instancias, conductas agresivas y violentas.
Sin embargo, el síntoma prodrómico, invariablemente identificado, es el insomnio persistente. A partir de este, el cuadro clínico progresa hacia modificaciones severas en el comportamiento; los impulsos del paciente se tornan irrefrenables, con una marcada degradación en las facultades de autocontrol, aunque sin culminar en un desenlace fatal en el sentido tradicional. La observación longitudinal sugiere una progresión degenerativa de la sintomatología, con un notable deterioro del estado general conforme avanza el curso de la afección."
He estudiado al tema durante años porque confío en que, algún día, mi investigación servirá para encontrar, por lo menos, a una vacuna. Es el único tema con el que me desenvuelvo en total claridad es sobre los infectados y el peligro que representa la enfermedad.
No soy la reina todavía, mi posición es la de la heredera al trono, pero en vista de que mamá falleció años atrás y yo fui su única descendencia, es evidente que el título de princesa sólo podría pertenecerme a mí junto con el resto de responsabilidades que conlleva ser parte de la familia real. Me han educado para ser excelente y formidable en cada aspecto, siempre regia, tan tranquila como la llovizna que cada mañana me despierta.
