✨LAS MUJERES MÁS FELICES DEL MUNDO II✨
HALLEY
Me duele bastante la cabeza y lo peor es que, con el paso de las horas, la molestia no ha mermado, al contrario, estoy a punto de colapsar a causa de la migraña producida por mi propio estrés.
Todo ha ido en picada desde que yo aparecí en la primera plana del periódico, desde que mi nombre fue escuchado en la radio a nivel continental y mi rostro se mostró en cada fotografía posible.
¿Me encuentro feliz? No, mucho menos tranquila. ¿Cómo es que podría sentirme dichosa si descubrí que mi hermana también es parte de los resultados?
Hace tanto que no sé nada de ella, la última vez que nos vimos yo...
Bueno, no tiene caso el querer acordarme de esos días. Tome una decisión y ahora cargo con las consecuencias de ello.
Yo sabré lidiar con mi propio sufrimiento si mi marido Escarlata decide convertirme en su juguete preferido para torturar. Pero Luna es alguien delicada, ese carácter suyo suele quebrarse con mucha más facilidad que el mío. Nunca lo admitirá, sin embargo, mi hermana menor es débil y las lágrimas que derrame se convertirán en su condena.
En cuanto a mí, mis tíos decidieron encerrarme en el ático tras que Jasha se fuera de la casona lanzando amenazas al aire. Boris me llevó a rastras mientras repetía insultos hacia mí y Olenka se puso más exigente que de costumbre; si antes me alimentaba con las sobras, y dos veces al día, ahora es una y poco falta para que solo me dé huesos que roer.
Ambos no están contentos con que yo forme parte del Catálogo, pero ¿qué culpa tengo? Si hasta yo creí que sería un mero espectáculo donde las afortunadas serían las Naranjas y algunas Amarillas. ¿De verdad los Blancos se atrevieron a escoger de los niveles bajos?
La carta, de fino papel grabado y de caligrafía escrita en cursiva, es el recordatorio de que no hay ninguna equivocación. Mi nombre resalta en el primer párrafo, al igual que mi nivel, y la firma del autor también destaca a causa de los rizos que portan las mayúsculas.
La líder del concejo Blanco en verdad me escribió una carta.
Y si conseguí leerla, fue por un golpe de suerte. Aquel día planeaba ir a trabajar para distraerme, y cuando bajé, Boris estaba recibiendo el correo. El cartero se entusiasmó al verme y, en lugar de entregarle el sobre a mi tío, me lo dio directo en las manos. Pude notar al disgusto en el rostro de Boris, más no me importó.
Prefiero ir al Norte que seguir viviendo en este lugar.
Madame Sherazade alega que no podré llevar a ningún familiar conmigo, lo cual me alivió, y que enviará a un carruaje exclusivo para el día en que yo me marche de Ettelhal.
Y ese día está cada vez más cerca.
Según lo explicado por Sherazade, me quedaré en la frontera de Vólkerfel acompañada de algunos asistentes administrativos que se encargarán de cuidarme hasta llegar al continente Austral.
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Sidereal
Fantasy«Del tiempo surgió el caos del universo, y las estrellas, con sus secretos, se encargaron de escribir al destino.»