✨PÓCIMA DE IRREALIDAD✨
KYROS
Mi mente divaga a través de sombras, una cabellera castaña que resplandece con el sol, ojos verdes repletos de curiosidad y un intenso aroma a arroz con leche es que se encarga de envolver a la visión que me mantiene embelesado.
En el momento en que estoy por acercarme a ella, a la desconocida que ha puesto a mi mundo de cabeza, me percato de que piso un suelo pegajoso y al bajar la mirada me encuentro con nieve cubierta de sangre. Cada centímetro de mi piel termina frío y paralizado, cada uno de mis órganos es perforado por cuchillas que no alcanzo a esquivar y la última bocanada de aire escapa de mis pulmones.
Sé que he caído al agua, el hielo debajo de mis pies se quebró y ahora lucho por volver a respirar. Mi abdomen sangra debido a la puñalada que recibí, por lo que un visible camino carmesí me acompaña en cuanto trato de subir a la superficie que se aleja cada vez más y más de mis manos. Moriré ahogado, envuelto en hipotermia y siendo un fracaso.
La pesadilla se desvanece en el instante en que una gota de rocío cae sobre mi mejilla.
Parpadeo y sacudo la cabeza en un intento de deshacerme del frío que quemaba a mis huesos. El alba apenas ha comenzado, yo me encuentro recargado contra un viejo árbol y los rayos del sol disipan a la niebla de a poco. Estoy cubierto por la gruesa capa negra de lana, aun así, el viento frío se vuelve desagradable.
El bufido de mi caballo me hace reaccionar, pienso que Rohke pasta por ahí de manera despreocupada, pero su gruñido indica que se siente amenazado por algo.
Con una mierda, no debí haber dormido en una zona profunda del bosque.
Entre la oscuridad creada por las copas de los gigantescos árboles, escucho el crujir de los arbustos y Rohke relincha inquieto. Me acerco a mi caballo para protegerlo de cualquier ataque y me aferro con fuerza a mi anillo de piedra constelación.
No le tengo miedo a los animales salvajes que puedan aparecer por aquí, sé que lo más inofensivo que podría encontrar es a una criatura que tenga garras y mandíbula fuerte.
Pero lo que nos observa desde la oscuridad, no es una bestia. Aun así, puedo sentir su presencia, su aliento feroz y su mirada hambrienta.
Mi anillo acaba por transformarse en una daga en cuanto veo a una sombra emerger de entre los arbustos, que pierden sus hojas al tacto de unas raquíticas manos y del suelo brotan flores de pétalos negros.
La mujer está tan pálida como un cadáver, su cabello largo carece de brillo y viste como si fuera una campesina de los alrededores.
No obstante, carece de un alma propia.
—El destino de un príncipe... —murmura con una expresión maliciosa. Es bellísima, pero las garras en sus manos demuestran a su verdadero ser.
Mis manos sudan frío al escuchar esas palabras.
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Sidereal
Fantasy«Del tiempo surgió el caos del universo, y las estrellas, con sus secretos, se encargaron de escribir al destino.»