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✨LAS MUJERES MÁS FELICES DEL MUNDO I✨

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✨LAS MUJERES MÁS FELICES DEL MUNDO I✨

LUNA

Se supone que debería de estar saltando de alegría, porque pronto me convertiré en una Escarlata, pero papá salió en un viaje de negocios y no tendré oportunidad para despedirme de él.

Voy a marcharme para siempre y, además de que no puedo creerlo, no podré decirle adiós a una de las personas que más me importan en este mundo.

Dimitri me ha traído hasta mi departamento para ayudarme a empacar, pero en cuanto arribó la carta de madame Sherazade Phaysile, alegando que no era necesario que yo preparara un equipaje, pues entonces me decidí por sollozar entre los brazos del que considero mi segundo padre.

No sé qué es lo que sucederá conmigo, de lo que si estaba segura es que me habría encantado quedarme al lado de papá y que, cuando fuese el tiempo, él me heredará el puesto de zarina dentro de la Organización.

—No quiero irme sin despedirme —le digo con mi labio inferior temblando.

Dimitri acaricia una de mis mejillas.

—Seque esas lágrimas, zarina. Debe de ser fuerte en este momento; le han dado un deber que no le correspondía y al que tampoco puede negarse. Levante la cabeza y demuestre que sí puede con ello.

—Pero la Organización...

—Yo me ocuparé de cada asunto, al igual que su padre.

—Yo quería quedarme aquí, papá y tú son lo único que me quedan en este universo —digo y vuelvo a soltarme a llorar, abrazándolo con todas mis fuerzas.

No quiero quedarme sola. Detesto estar sola.

Él toma a mis dos manos entre las suyas para calmarme.

—Y no nos perderá, se lo aseguro, una vez que...una vez que su padre regrese, hallaremos la manera de contactar con usted y, le juro que, si se encuentra en problemas, iremos de inmediato a hacerle pagar a quien la haga sufrir, pero, mientras tanto, sea fuerte por nosotros dos. —Masajea a mis manos y luego me da palmaditas en los dos hombros.

—¿Papá no te dijo cuando volvería? —pregunto con los ojos abnegados en lágrimas.

Abre la boca y veo que hay duda en su mirada, como si no quisiera contarme algo importante, algo que sabe que me lastimaría, pero de inmediato es reemplazado por esos ojos dulces que prometen que harán todo por mí.

—Ya sabe cómo suelen ser esos asuntos, zarina, así que no se angustie. Pronto vendrán por usted, ¿por qué no aprovecha para alistarse y desayunar algo? Yo necesito reunirme con un par de viejos socios, así que bajaré y me reuniré con usted en la entrada del departamento. ¿Le parece?

No tengo más opción que asentir, pero no necesito pensar en el Catálogo.

Luego de ver que Halley también es una Elegida, quise tenerla enfrente mío para darle una bofetada. Seguro que ella ha estado de maravilla y soy yo la que tiene cargar con cada desgracia, mis tíos le habrán dado una vida decente y encima será la emperatriz de algún Escarlata.

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