Capítulo 11: Está muerta para mí

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Cuando Scarlett Harris dijo que su baby shower compartido sería lo más recatado posible, tuve que saber que mentía. Nada que planee la loca de mi hermana puede ser recatado, a no ser que le paguen para que sea de esa forma. La gran sala de su casa se ha convertido en un salón con sillones blancos y diversos arreglos entre rosa y azul. La mesa al fondo es de unos tres metros de largo, el primer metro y medio está lleno de dulces azules y de la pared cuelgan telas y globos también azules. El otro lado es exactamente igual, pero de rosa. Lo que más gracia me provoca es el pastel, el cual está dividido justo a la mitad y decorado con elefantes azules por un lado y por el otro con jirafas rosas.

Junto a esa mesa se encuentra otra en donde se colocan los regalos para los bebés.

Un par de chicas que no conozco me colocan una etiqueta en la camisa que pone "¡es una niña!". Scarlett me pidió específicamente que usara una camisa rosa y tuve que terminar comprando ésta a último minuto. Otra chica coloca una calcomanía igual a la mía pero con las palabras "¡es un niño!" en el vestido azul de Taylor.

Es simple. Sin mangas y liso, de un azul cielo que hace resaltar sus ojos. La parte delantera del vestido llega hasta unos centímetros más arriba de sus rodillas y la parte trasera hasta sus pantorrillas. Cola de pato dijo Kat que se llamaba. Y lleva zapatos con un poco de tacón, a duras penas su cabeza llega a mi hombro.

—Esto es tan... —comienza a decir Taylor mirando como la misma decoración de elefantes y jirafas va hasta el patio trasero.

—Exagerado.

—¡Qué bueno que vinieron! —exclama Scarlett cuando nos ve y me abraza. Nuevamente sus dotes de embarazada mágica aparecen cuando lleva otros tacones como los del otro día, pero blancos. Lleva puesto alguna especie de enterizo rosa que no dudo que Kat haya escogido.

—¿Cómo no venir? —pregunto intentando ocultar la ironía de mi voz haciendo que Taylor me mire mal.

Las fiestas no son lo mío, muchas personas abrazándote y preguntándote por cosas que la verdad no les interesan. Muchos formalismos para mí.

Cuando me suelta, Scarlett abraza a Taylor y cuando ella me pide auxilio con la mirada, llega Colin al rescate.

—Cariño, vas a asfixiarla.

—Es que estoy muy feliz de que Jeremy haya encontrado a alguien tan linda —dice con los ojos anegados en lágrimas, ¿pero en qué momento comenzó a llorar?—. Por fin podrás olvidar a...

—Taylor y yo iremos a ver lo demás —digo con rapidez y tomo su mano para alejarnos de la llorona de Scarlett.

—¿Pero que fue todo eso?

—Hormonas —río, pero Taylor no me sigue la broma.

—¿A quién pretendes olvidar?

—¡Jeremy!

Busco con la mirada quien me ha llamado y encuentro a mi madre justo afuera de la casa, con mi padre a su lado. Hora de la verdad.

—Prometo explicarte luego, ¿sí?

—Claro —asiente, consciente de que este no es el momento ni el lugar para tener una conversación de esa índole.

—¿Lista para entrar al club de la pelea?

El punto a favor de Taylor es que no es una completa desconocida. Ha sido la mejor amiga de las gemelas por dos años, eso le ha ganado algunos puntos. Y yo me beneficio, no habrá un montón de personas haciendo preguntas incómodas que no necesitan hacer y que no responderé.

Al salir al patio trasero, me encuentro con dos largas mesas, cada una para unas treinta personas o más. Hay otra más pequeña y baja que puedo suponer que es para los niños y otra donde solo hay cuatro sillas. En el centro del patio se encuentra una gran pista de baile y la música sale de algún lugar del piso superior de la casa. Todo continúa con la temática de colores y animales y no puedo evitar reír cuando veo un biberón sin tapa en la mano de mi padre, quien se encuentra a unos metros de nosotros, hablando con Travis y Ross.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora