Capítulo 50 (Parte 1): Este siempre será tu hogar

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Josh y yo nos quedamos un rato largo en la cripta y cuando el hambre ataca, volvemos al restaurante, donde se ha encargado de que prepararan una gran selección de comida italiana solo para nosotros.

—¿Cómo conseguiste todo esto? —río cuando nos sentamos nuevamente en la mesa.

—Tyler me ayudó. Tendremos que cuidar a sus hijos un par de noches para que ellos puedan tener tiempo libre, pero creo que estaremos bien —repone mi novio sonriendo.

—¿Dices que Tyler te ayudó? —pregunto anonadada, ¿desde cuándo a Tyler le agradan las personas con las que salgo? Eso explica mucho sus palabras de ayer.

Comemos, reímos y bebemos vino mientras charlamos y nos divertimos, el saber que Josh ya lo sabe todo hace que el peso sobre mis hombros que he tenido desde que lo conocí, desaparezca por completo. Por fin puedo ser completamente yo frente a él y se siente bien.

Se siente bien no mentirle a él y no mentirme más a mí misma. Es como debió haber sido desde el principio.

—Será mejor que nos vayamos —dice Josh mirando la hora en su reloj—, o llegaremos tarde.

—¿A dónde? —pregunto con el ceño fruncido.

—A la siguiente parte de tu sorpresa.

—¿Hay más? —pregunto, bebiendo el resto del vino que queda en mi copa para pasar el trozo de pastel de chocolate que tengo en la boca.

—Mucho más.

Emocionada, sigo a Josh la camioneta, ansiosa por la siguiente parte de mi sorpresa. Josh me ha sorprendido antes, pero nunca de esta manera.

—Ven aquí.

Josh saca un pañuelo de la guantera y lo ata detrás de mí cabeza, haciéndome sonreír.

—Esto se pone mejor, ¿no tienes unas esposas?

—Eres una completa pervertida —ríe Josh comenzando a conducir. Intento descifrar las calles por las que transitamos, pero me es imposible, apenas conozco este lado de la manada. Necesitaré un tour pronto si esta manada sigue creciendo como lo hace hasta ahora.

—Como si tú no lo fueras —repongo riendo.

No tardamos en llegar a nuestro destino y Josh me ayuda a bajar del auto para que no termine en el suelo y, a su vez, asegurarse de que no me deshaga del antifaz antes de tiempo. Intento detectar algo a través del olor, pero me es imposible.

—¿Me trajiste a un lugar para matarme o algo por el estilo? Porque déjame decirte que si lo haces, Tyler te seguirá hasta que termines en pequeños trocitos en el estómago de algún animal salvaje.

—Eso suena bastante tétrico, ¿sabías? —dice Josh en mi oído pero puedo escuchar la diversión en su voz—. Cuidado con las escaleras.

Cuento los escalones al subir, son cinco en total haciéndome fruncir el ceño, ¿Josh me trajo a casa?

—¿Dónde estamos? —pregunto y me deshago del pañuelo que cubre mis ojos, recibiendo una montaña de confetti.

—¡Sorpresa!

—¿Pero qué es esto? —pregunto riendo mientras las chicas se abalanzan sobre mí para abrazarme—. ¿Es que es mi cumpleaños y lo olvidé?

Kendall me toma de los ojos y me mira con el ceño fruncido mientras toma mi barbilla entre sus dedos.

—A veces eres bastante tonta, ¿lo sabías?

—A veces eres bastante mala, ¿lo sabías?

Me suelto de su agarre y ella ríe, señalando el gran cartel que está colgando del techo.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora