Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)

Capítulo 5: Perfecto, a esa edad ya sabía cómo poner un condón

Crecer en una casa en donde tu único familiar consanguíneo es una rubia con algunos problemas de control de impulsos y un instinto suicida increíblemente alto, es algo, más que extraño... peculiar. Igual que mamá, papá tampoco tiene mucha relación con su familia por lo que ésta familia es lo único que he conocido. No me importa si compartimos genes o no, ellos forman parte de mí y yo de ellos.

El único problema de vivir con una familia tan excesivamente grande es que todos comen como leones hambrientos y nunca ninguna cantidad de comida parece ser suficiente.

La tía Isa me llamó y dijo que tardaría más de lo previsto lo que significa una sola cosa: queda de mi parte resolver que almorzaremos hoy. Me siento tentado a llamar a mamá y decirle que traiga algo para todos.

Después de la guerra, nuestra ama de llaves, Rita, decidió irse y ninguno pudo culparla. Estaba asustada, igual que todos nosotros. Yo creo en Abby y Tyler y en que ellos son buenos en su trabajo y no permitirán que algo malo nos pase, pero después de todo lo que pasó, considero prudente estar preparados para todo. Porque después de casi perderlo todo, prefieres vivir como si cada día fuese el último.

Veo el tarro en el borde del mesón de la cocina y me aseguro de que haya suficiente efectivo para pagarle al repartidor y ordeno comida china para todos.

Después de la partida de Rita, los cambios continuaron en casa. Chloe fue la primera, quien volvió al trabajo de enfermera del hospital que dejó antes de que Curtis naciera. Con la incapacidad de Travis, que lo obliga a usar un bastón, Tyler consiguió hacerlo jefe de patrullas fronterizas. No es su trabajo ideal, pero para Travis ningún trabajo de escritorio sería ideal, eso era lo mejor que se le podía ofrecer.

Mi padre, Gary y Jake, el de las gemelas y Ross, el de Kendall y Cameron, fueron nombrados jefes de escuadrón y tanto mi madre, como Maggie y Octavia, trabajan en el orfanato de la manada. La tía Isa es la única que se quedó en casa para estar con Erick y se encargó de lo que fue el trabajo de Chloe por años.

No puedo evitar reír ante el recuerdo del día en el que la abuela se mudó aquí para estar más unidos como familia y en su primera noche, el perro de Kendall, Thor, decidió que era divertido subirse a la cama lleno de lodo y con una zarigüeya muerta en el hocico. La cara de la abuela fue todo un poema.

—¿De qué te ríes? —pregunta Kol cuando vuelve del baño. Erick duerme desde hace un rato y solo espero que se mantenga así durante el resto de la ausencia de la tía Isa. No es que no me gusten los niños, es sólo que no son mis seres favoritos. Me gusta más que sean como Kol, independientes y que puedan hablar y pedir lo que quieran.

—Nada, solo recuerdo el día que se mudó la abuela a casa.

Kol también ríe ante el recuerdo y se sienta en uno de los sofás de la sala.

—Ojalá vuelva pronto de su viaje, ya la extraño. Aunque tú también eres un buen niñero.

Una semana antes de mi regreso, la abuela se fue a una serie de conferencias de botánica, se supone que volverá pasado mañana y solo puedo imaginar que su invernadero necesitará ser expandido. No conozco a nadie que ame tanto las plantas como la abuela.

—Como si ustedes fuesen muy difíciles —digo sentándome en el sofá junto a Kol. Lo cierto es que de todos los miembros de mi familia a los que me habrían pedido cuidar, Kol y Erick son los mejores.

En este justo momento no quiero ni ver a Kendall y agradezco que se haya ido con sus amigas junto con Thor. Y el trío de oro sería ideal si solo tuviera que hablar con Curtis, Kol dijo que se fueron a sus entrenamientos. Mi teléfono vibra en el bolsillo de mi short y río al ver la foto que me envía Jasper, mi mejor amigo de la universidad. Él es australiano y está completamente loco. Sí, a la escala de llevarme a un club de desnudistas para que olvide a Peyton.