Capítulo 18: Érase una vez en prisión

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—De acuerdo, me explicarán que diablos estaban pensando o tengo que averiguarlo por mi cuenta. Y los tres saben que no les gustará lo que pasará.

Tyler nos mira a los tres como si quisiera asesinarnos y trago grueso, ¿en qué lío nos hemos metido ahora?




La noche anterior:

—De acuerdo, sé que están locas pero ya esto es una exageracion —les digo a las gemelas cuando estas se abren paso a mi estudio y las veo vestidas con ajustados vestidos brillantes y tacones de al menos quince centímetros, ¿cómo las mujeres pueden usar esas cosas? Sus maquillajes son similares, pero mientras el cabello de Candice cae en rizos hasta la mitad de su espalda, el de Kat es completamente lacio.

El vestido dorado de Candice centella debajo de las luces del estudio y mirándolas así, vuelvo a hacerme la misma pregunta que me he repetido durante las últimas horas: ¿es corrector ir con ellas?

La última y más alocada idea de las gemelas se trata de conseguir un transpondedor y así rastrear el dinero que se supone deben entregar dentro de un par de noches. Logan, la chica de Candice, se encargó de encontrar un transpondedor y hacérselos llegar por medio de una chica que tiene un show en uno de los clubes más grandes de todo Seattle, Lux. La chica es DJ y aunque ninguna de las gemelas ha tenido contacto directo con ella, por más que obvias razones, estoy seguro de que no se le hará difícil reconocerlas. Hasta cuando quieren pasar desapercibidas, las gemelas consiguen que todo gire en torno a ellas.

—Si nos vamos ahora mismo, llegaremos antes de que Trinity comience su show —me dice Candice mientras mira la hora en su teléfono y me sonríe. Sé que tiene la pequeña esperanza de que Logan aparezca en el club, de todas maneras la tal Trinity es su amiga.

—Entonces andando —les digo levantándome de mi silla en donde paso la mayoría de mi tiempo libre, mirando el lienzo en blanco como si fuese a decir lo que tengo que hacer.

—Wow, lucen sexys —dice Kendall cuando nos ve saliendo del estudio y se cruza de brazos mientras escanea a las gemelas con la mirada, en busca de alguna imperfección.

—Ya sabes, Kens, tú no sabes nada —le digo cuando por fin asiente ante las gemelas y luego da un asentimiento a mí.

—Como muerta —promete y los tres salimos de casa, en dirección a lo camioneta.

Mi trabajo en Madeleine's ha sido una buena excusa para pasar tiempo con Taylor y ahorrar un poco de dinero a su vez, lo que me gana varios puntos con mis padres, piensan ciegamente que estoy madurando y eso es bueno. La mayoría de los días debo quedarme más del tiempo de mi turno solo para ayudar a Gloria con la carga de clientes, el propio Louis nos confirmó que nunca habían ido tantos clientes en una sola semana. Supongo que Taylor y yo podemos ser considerados "personas de interés".

Una de las mejores cosas de salir de la manada e ir a territorio humano es que no podemos llevar a los guardaespaldas, para no levantar sospechas. Debido a nuestro plan, es aún mejor no tener tres grandes camionetas con hombres enormes que dan miedo. Es una pizca de normalidad en nuestras vidas.

—¿Podemos repasar el plan, por favor? —le pregunto a las gemelas cuando veo por el espejo retrovisor que estamos lo suficientemente lejos de la salida de la manada como para que nos escuchen.

—Entrar al club, ver el espectáculo de Trinity. Tal vez pedir un par de tragos, así no levantaremos sospechas —dice Candice desde atrás mientras escucho que deja de teclear con insistencia en su teléfono.

—Pasaremos a los bastidores y ella nos dará el transpondedor mientras fingimos ser unas fanáticas locas.

—Soy la peor fingiendo, será mejor que seas una gran actriz Kat.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora