Capítulo 15: Que sales con una chica que tiene nombre de perro de concurso

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Me separo de Taylor al escuchar la voz y miro al dueño de la misma, de pie junto a la puerta del patio trasero.

—Ese labial te sienta de maravilla. Combina con el color de tus ojos.

Miro a Jasper anonadado y medio limpio los rastros de labial antes de abrazarlo.

—Pero, ¿qué haces aquí? —pregunto sorprendido al tiempo que palmeo su espalda y lo escucho reír.

—Tus primas me invitaron, ¿es normal que se parezcan tanto? Asustan un poco.

—Ah, ahora entiendo porque andaban tan raras esta última semana —dice Taylor detrás de nosotros y yo río con nerviosismo, no sé si ella solo intenta ser amable o su instinto es de verdad malo.

—Y tú debes ser Taylor, Jeremy no para de hablar de ti —hago lo mejor por no sonrojarme, pero no puedo, ¿qué se fumó Jasper en el avión? Apenas y le he mencionado a Taylor un par de veces.

Jasper la abraza y Taylor ríe mientras se sonroja y le devuelve al abrazo.

—¿Ah sí? Que divertido. Jeremy también habla de ti.

—¿Y qué dice? ¿Qué soy lo mejor que conoció al llegar a Australia?

—Que sales con una chica que tiene nombre de perro de concurso.

No puedo evitar soltar una carcajada y Jasper me mira mal, pero ¿qué puedo hacer? Taylor es capaz de ser muy divertida cuando quiere.

—Eres astuta. Me agrada —dice mirándome de lado con una sonrisa cómplice—. Y Delilah no es nombre de perro de concurso.

—Oh, claro que si lo es —dice una voz detrás de nosotros y debo darle varios puntos a las gemelas cuando veo los piercings y el cabello rosa y azul de Ariana—. Al menos un perro de concurso tiene más cerebro que ella. Feliz cumpleaños.

Ariana me mira sonriendo de lado y me abraza, desde que la conozco está es la segunda o tercera vez que consigo que su rostro no sea una mueca total de desagrado. No la culpo por ser así, sus padres la abandonaron en un orfanato cristiano en Italia, su país natal. Una pareja la adoptó a los tres años y la llevaron a Australia. Poco tiempo después, su madre adoptiva murió y ella quedó en la custodia de su padre, quien se casó con una mujer que le hacía la vida imposible y mediante intrigas y chismes sin sentido, la echó con tan sólo doce años de casa. Pasó de refugios en refugios, desde muy joven descubrió lo dura que era la vida y se prometió a si misma que nunca le daría el poder a alguien para lastimarla, convirtiéndose en la persona que es hoy en día.

A veces termino pensando que soy la única persona con la que ha sido capaz de abrirse sobre su pasado y lo cierto es que detrás de todo ese odio generalizado hacia la humanidad en sí, es una gran chica que lo único que busca con desesperación es alguien que la ame y no la abandone.

—Gracias, Ana.

Ariana me mantiene la mirada por unos segundos y luego dirige sus ojos asesinos a Taylor.

—¿Tú eres la famosa Taylor? —el tono de Ariana raya en la imprudencia, el mismo que hace que las personas la odien. Taylor no se amilana con su voz y asiente, encarando a Ariana. Me gusta ver esta faceta de ella.

—Así es, ¿algún problema con eso?

—Ninguno —suelta Ariana mirándola de arriba abajo, escaneando cada detalle de ella—. ¿Eres una perra rompecorazones? Sabes, mejor no respondas, los actos demuestran quienes son las personas. Jeremy habla muy bien de ti, solo espero que no seas otra Peyton.

—Oh, Ana, descuida —dice Taylor con un tono de desafío silencioso que demuestra aquel poder que todos nosotros intentamos ocultar, el poder que la Diosa Luna nos dio a cada uno—. No necesito darle explicaciones de quien soy a personas sin importancia. Eres alguien para Jeremy, no para mí, recuerda eso.

Luz de Luna (Saga Alfas #3.5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora